Sofitel Cardales con la magia de Diego Irato

La Butaca frente al lago

Miércoles, 15 de diciembre de 2021

La pandemia atacó duro a la hotelería, de manera que las actividades quedaron limitadas durante buena parte del último año y medio. Sin embargo, la reapertura del área gastronómica se desarrolla paso a paso, esperando la normalidad tan deseada. En Sofitel La Reserva Cardales, Diego Irato mudó su cocina de altísimo nivel a La Butaca, en tanto espera volver pronto con Le Lac, al que Fondo de Olla © siempre ha catalogado entre los cinco mejores restaurantes de la Argentina. Esta vez probamos los platos del chef en un ámbito diferente, pero de igual calidad a lo ya conocido.

Le Lac - Ruta Panamericana Km. 61,500 Los Cardales - Tel.: 03489-435417. Abierto de miércoles a domingos mediodía y noche (consultar horarios y cambios de días de atención). Principales tarjetas.

Cocina: Francesa de autor

Lugar: Los Cardales

Precio: $$$$

Repetidas veces hemos elogiado la gastronomía de la cadena francesa Accor, pero particularmente la propuesta de chef Diego Irato, quien tiene a su cargo la brigada del Sofitel La Reserva Cardales, no ha merecido otra cosa que comentarios halagadores para su factótum.

Extrañábamos el disfrute de su cocina de excelencia, de raíces francesas pero un toque maestro de su autor que la identifica y la potencia. 

De bajo perfil, Irato comenzó a trabajar en este grupo en el Sofitel Arroyo (hoy desaparecido) como pastelero, pero desde la apertura de La Reserva, en Los Cardales, tomó las riendas de este complejo hotelero de envergadura.

Y lo hizo de la mejor manera. Porque aquí se da una perfecta conjunción entre producto, cocina, ambientación y servicio. El punto más alto fue siempre Le Lac, el pequeño y elegante bistró que funcionaba solo las noches de viernes, sábados y vísperas de feriados.

Con la pandemia, reapertura del hotel mediante, el chef decidió "mudar" su alta cocina a La Butaca, que antes ofrecía un servicio de buffet y platos más simples, abierto todo el día para los huéspedes y comensales no alojados.

Hoy está la posibilidad, por las noches, de acceder a la cocina de autor del chef lo que, en la práctica, equivale a trasladar semejante propuesta a este espacio más amplio, en tanto de espera la normalidad sanitaria para volver a Le Lac.

Las mesas pegadas al amplio ventanal con vista privilegiada al lago, son las preferidas para disfrutar de una comida digna de La Fiesta de Babette. De noche, las luces dan otra dimensión diferente pero igualmente valorada.

Queda claro que ésta es solo es una opción más, muy válida y recomendable, pero también hay una carta más sencilla, o bien servicio de buffet cuando la situación lo permite.

A tono con lo que muchos restaurantes están haciendo, con el propósito de tener huerta propia para proveerse de sus vegetales, acá hay una finca de grandes dimensiones que tiene la ventaja de estar al alcance de la mano de los cocineros.

Pese al cierre de instalaciones por tantos meses, los cultivos siguieron cuidándose y, asimismo, se hicieron algunos cambios de índole agrícola para optimizar los recursos. Pero lo importante es que, muchos de los ingredientes que se utilizan en la preparación de los platos, son provistos de primera mano por la huerta propia.

Para esta ocasión, Irato decidió armarnos una degustación de porciones más reducidas (como puede verse en las fotografías que acompañan esta nota), de manera de tener una idea más acabada del menú en vigencia.

Para el comienzo, el chef eligió langostinos en crocante de panko y sésamo negro, mayonesa de maracuyá y cubos de mango fresco.

Lo que siguió es una de las "joyitas" de la carta: un tiernísimo tentáculo de pulpo grillado con puré de batata.

El atún rojo grillado (apenas cocido, como debe ser), sale con manteca de alcaparras, mousseline de papas, coliflor y sésamo tostado.

Una de las especialidades del chef, siempre ha sido el pato. Y, en este caso, se trataba de un magret glaseado sobre salteado de vegetales de temporada y brotes de bambú, mayonesa de zanahoria y jengibre.

Por eso de que el orden de los factores no altera el producto, en lugar de carne vacuna (ya a esta altura se estaba agotando la resistencia) fue bienvenida la pasta rellena con espárragos. Delicada masa, sabroso relleno y el sutil encanto de los espárragos.

Pero aún faltaba el golpe final ya que, luego de predessert de café, llegó a la mesa la imponente Pavlova XXL con crema de limón, helado y frutas de temporada (ver la foto para creer).

El servicio de vinos fue muy adecuado, como siempre. Al mediodía hay un menú más simple. En el mismo espacio se sirve el desayuno para los huéspedes del hotel.

Lo dicho lo repetimos, porque lo que abunda, no daña. La cocina de Diego Irato está a la altura de los mejores, con el agregado de que es un verdadero 2x1 (por su condición de pastelero, puesto que muy pocos chefs pueden jactarse de dominar lo dulce y lo salado por igual).

La Butaca (y quizá pronto también Le Lac) nos permiten vivir una experiencia gastronómica memorable.

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