Los Caselli son una familia enogastronómica. El padre, Diego es archiconocido en el mundo del vino y hoy tiene a su cargo la distribuidora I Vini, donde comercializa entre otras bodegas y marcas: Alfa Crux, Altocedro, Alpataco (de Familia Schroeder), Abras, Alandes, Puramun de Pepe Galante, además de cervezas importadas y gin de elaboración artesanal (Alquimista).
Los hijos, Juan y Mateo, apuntalados en el know how del padre, abrieron hace pocas semanas un local de delicatesen en San Isidro. Su nombre, Vitto (por el nonno Vittorio) es un desafío mayúsculo en tiempos de pandemia. Pero siempre aparecen los audaces que están decididos a brindar un servicio donde no hay demasiadas opciones para el consumidor.
En Vitto todo está puesto con buen gusto y criterio. Y las góndolas no se llenan con productos industriales, sino con las creaciones artesanales de pequeños productores y calidad premium.
El concepto es el de una fiambrería al estilo de las mejores de Buenos Aires, que a los hermanos les sirvió un poco de inspiración. Buenos fiambres y embutidos, tablas de quesos y fiambres, productos de almacén gourmet en general, vinos de bodegas medianas (no solo las de I Vini), cervezas y gin artesanal.
La estrella de la casa es el jamón crudo, que te lo arman "al paso". No solo esto, también venden los fabulosos jamones y embutidos españoles de Enrique Tomas, incluido claro está el famoso pata negra de bellota. Una buena posibilidad de aprovisionarse de estos productos increíbles, como el jamón de campo ibérico, el gran reserva; lomo, chorizo y salchichón ibérico; fuet, etcétera.
Hay más información en Instagram: @vittosalumeria y los pedidos pueden hacerse a través de: wa.me/5491156341000
Pero lo mejor es visitar el local porque es un placer adicional: ver uno mismo todo lo que tienen disponible para engalanar tu mesa con los mejores productos y bebidas para acompañar. Vitto queda en Juan Segundo Fernández 135, San Isidro. Abierto de lunes a sábados de 10 a 20; los domingos de 10 a 13.
Ubicado en la esquina de Guatemala y Gurruchaga, en pleno corazón de Palermo, ORNO relanzó su propuesta que remite al ritual de compartir la mesa. Con platitos para picar, pastas artesanales, pizzas y algunos sabores porteños, se convierte en una cantina sui generis.
El otoño y el invierno son las estaciones ideales para disfrutar de un buen té. Thibon propone disfrutar de esta experiencia en un bar con historia y tradición.