Hace algunos días, anunciamos que el Four Seasons había reabierto su parrilla vidriada: Nuestro Secreto. Los fines de semana, la propuesta incluye un exuberante brunch de parrilla que puede disfrutar ya sea adentro, con muy pocas mesas para respetar el protocolo sanitario vigente, o en las mesas ubicadas en el jardín que rodea la piscina descubierta. Por algo se empieza y quisimos vivir la experiencia después de varios meses.
Nuestro Secreto - Cerrito 1455 (por el momento se ingresa por la entrada principal del hotel, sobre la calle Posadas). Teléfono: 4321-1552. Abierto de miércoles a sábados noche; mediodía brunch los sábados y domingos, de 12 a 16.
Tipo de Cocina: Parrilla
Barrio: Recoleta
Precio: $$$$
Los hoteles han sido uno de los rubros más perjudicados por la pandemia. Al no haber turistas, sus puertas permanecieron cerradas (y en algunos casos continúan así), a la espera de una reactivación cuanto menos de público argentino.
De a poco, la gastronomía fue la punta de lanza para la reapertura parcial, con su capacidad reducida y preferentemente al aire libre.
Mientras se aguarda la vuelta de Elena, su restaurante más emblemático, el Hotel Four Seasons decidió retornar a la actividad con Nuestro Secreto, único caso de una parrilla ubicada dentro de las instalaciones de un hotel. Y la ventaja de contar con asador criollo y un jardín que nos invita a almorzar rodeados de vegetación.
Su salón con paredes y techos vidriados es una rara avis arquitectónica, sin dudas. Más argentina imposible, la propuesta se basa en la carne con una parrilla alimentada con leña de vid, manzano y zarzamora; asador criollo y horno de barro.
Una curiosidad más es que Nuestro Secreto tiene a una mujer a cargo de las brasas. En efecto, Patricia Ramos forma parte de la brigada que trabaja a destajo bajo la conducción de Juan Gaffuri y Joaquín Grimaldi.
Disfrutar de un asado al estilo "brunch" (almuerzos pantagruélicos con precio fijo ($ 4.500 por persona), es una excelente idea para quienes viven en departamentos y no tienen la posibilidad de contar con parrilla o un espacio al aire libre en su casa.
La propuesta tiene varios pasos: aperitivos, achuras, ensaladas, del asador, de la parrilla, del horno de barro, guarniciones y postres.
Vayamos por partes. Para el comienzo nos acercaron la tabla de fiambres y quesos artesanales con miel en panal; empanadas de carne cortada a cuchillo al horno de barro, y una sabrosa y picantita provoleta de cabra.
Luego será el turno de las achuras, que para los argentinos son infaltables como la carne misma. Incluía chorizo, morcilla y generosa porción de mollejas. Para acompañar, ensalada de rúcula, cherries y burrata; y mix de verdes, palmitos, zanahoria y palta.
Por fin llegó el plato fuerte con sus tres alternativas, todas juntas: asado de siete costillas al asador (como en el campo); de la parrilla, corte madurado (dry aged) del día y matambrito de cerdo; y del horno de barro gigot de cordero.
Para acompañar (también de a tres): queso brie con humita; vegetales al rescoldo con salsa romesco; papas fritas y salsa bearnesa.
Si no les pareció suficiente, hay asimismo un trío de cosas dulces: panqueques de dulce de leche; mousse de chocolate; helados Dolce Morte (que en este caso fue lo único que pudimos consumir). También con tres gustos: banana, frambuesa y maní. Los helados creados por Joaquín Grimaldi no dejan de sorprender. Llegan a la mesa en cuchuruchos negros.
Quienes prefieran ir a la hora de la cena, Nuestro Secreto abre de miércoles a sábados, para comer a la carta con un menú más extenso y la experiencia de comer bajo las estrellas o en el hermoso salón que es una versión criolla del Palacio de Cristal del Parque del Retiro madrileño.
El Alvear Grill nació el 16 de julio de 2018 para reemplazar nada menos que a La Bourgogne, que apagó sus fuegos tras la cena de la Revolución Francesa, dos días antes y luego de una larga trayectoria en ese lugar. Es uno de los espacios históricos y más elegantes de la gastronomía porteña, ubicado dentro del Alvear Palace Hotel. Hoy el restaurante aparece renovado, a través de la incorporación del chef Leandro Di Mare y de la gerente de AA&BB, Gabriela Troncoso. Su propuesta conlleva una dualidad positiva: las carnes argentinas y una cocina de elaboración puntillosa y creativa.
Pocos días después de su apertura, Kuro Kuma ("Oso Negro" en japonés) aparece poblado de comensales en una fría noche de miércoles. Se trata de uno de los espacios más llamativos de VíaViva, el pasaje debajo del viaducto del tren a Tigre, que nace en la calle Juramento, en la entrada al Barrio Chino. La propuesta es de cocina asiática, garantizada por la sapiencia de Oscar Lin, propietario y chef de Síntesis Tapas Asiáticas, en Palermo. Para quienes prefieren la comodidad de un salón cómodo y climatizado, antes que la comida callejera al paso, sin dudas éste es el lugar a elegir.
En los confines de Villa Urquiza, Bonario es un nuevo pequeño restaurante ubicado en una estratégica esquina del barrio, sobre la Avenida Congreso. Su propuesta -creada por el chef Sebastián Iraola-, se basa primordialmente en la cocina mediterránea, con platos simples, ricos y abundantes. Está abierto todo el día y funciona además como cafetería.