Quieren trabajar, queremos que trabajenLunes, 21 de septiembre de 2020Excelente reflexión de Leandro Caffarena sobre este ejemplo clarísimo de lo que está pasando en la gastronomía, tras una cuarentena irracional que ya superó los seis meses. A contramano de lo que ocurrió en todos los países del mundo, aquí los científicos no lo son tanto y los políticos se hacen los boludos.
"Muchos conocerán a mi amigo Hugo Echevarrieta. Otros conocen seguramente a su mundialmente famoso restaurante @labrigadaparrilla que está considerado uno de los mejores restaurantes de carne del mundo.
Hugo se hizo de abajo, no viene de una familia rica. Su impresionante negocio tuvo como combustible principal el trabajo duro de toda su vida. Hasta hace pocos años, Hugo no tenía francos.
Décadas sin un solo franco. Recién hace muy poco tiempo se toma un franco: los martes por la tarde-noche solamente.
Desde hace seis meses Hugo tiene que afrontar todos los gastos de su restaurante, entre ellos más de cincuenta empleados, sin facturar un solo centavo. No hace delivery porque no cree que la carne llegue bien, y no tiene mesas en la calle.
Hugo gastó un dineral para adaptar su restaurante a la llamada ‘nueva normalidad'. Esto es, tabicó todas sus mesas, impuso protocolos durísimos de higiene.
Es uno de esos empresarios que todos los gobiernos dicen que quieren tener: esos que invierten en el país, esos que generan trabajo, esos que no están pendientes del valor del dólar o de la especulación financiera.
Y digo ‘dicen' porque al final es al que más están cagando. Porque abren lugares al aire libre, cervecerías que todo bien pero se arman con un capital muy chico y emplean poquísima gente; hay protocolos para casi todos pero para los empresarios como Hugo, no, para esos no hay un carajo, vos ‘a sudarla' y si no te gusta, jodete.
Excelente reflexión de Leandro Caffarena sobre este ejemplo clarísimo de lo que está pasando en la gastronomía, tras una cuarentena irracional que ya superó los seis meses. A contramano de lo que ocurrió en todos los países del mundo, aquí los científicos no lo son tanto y los políticos se hacen los boludos.
"Muchos conocerán a mi amigo Hugo Echevarrieta. Otros conocen seguramente a su mundialmente famoso restaurante @labrigadaparrilla que está considerado uno de los mejores restaurantes de carne del mundo.
Hugo se hizo de abajo, no viene de una familia rica. Su impresionante negocio tuvo como combustible principal el trabajo duro de toda su vida. Hasta hace pocos años, Hugo no tenía francos.
Décadas sin un solo franco. Recién hace muy poco tiempo se toma un franco: los martes por la tarde-noche solamente.
Desde hace seis meses Hugo tiene que afrontar todos los gastos de su restaurante, entre ellos más de cincuenta empleados, sin facturar un solo centavo. No hace delivery porque no cree que la carne llegue bien, y no tiene mesas en la calle.
Hugo gastó un dineral para adaptar su restaurante a la llamada ‘nueva normalidad'. Esto es, tabicó todas sus mesas, impuso protocolos durísimos de higiene.
Es uno de esos empresarios que todos los gobiernos dicen que quieren tener: esos que invierten en el país, esos que generan trabajo, esos que no están pendientes del valor del dólar o de la especulación financiera.
Y digo ‘dicen' porque al final es al que más están cagando. Porque abren lugares al aire libre, cervecerías que todo bien pero se arman con un capital muy chico y emplean poquísima gente; hay protocolos para casi todos pero para los empresarios como Hugo, no, para esos no hay un carajo, vos ‘a sudarla' y si no te gusta, jodete.