Cuántas veces organizábamos nuestros viajes a Mar del Plata para que el horario coincidiera con la hora de comer en Maipú. Ama Gozua (ama es "mamá" en euskera), cerró definitivamente sus puertas. La Ruta 2 ya no será lo mismo, para los que gozamos de la comida y de los placeres de la cocina de campo.
Nuestro último intento fue fallido. En diciembre pasado, íbamos a Mar del Plata para asistir al partido de la Copa de Campeones de la Superliga, cuando al llegar a Maipú, observamos con espanto que siendo las 13.30 había una multitud de gente esperando para almorzar en Ama Gozua. Nos dijeron que había que esperar por lo menos una hora y media. No pudo ser.
De haber imaginado lo que sobrevendría en este 2020, seguramente hubiéramos esperado. Es que ayer nos despertamos con la noticia de que el tradicional restaurante de campo cerraba sus puertas para siempre. Las instalaciones están en venta.
Cómo no tener nostalgia de esos lomitos de cerdo con papas fritas y huevo frito a caballo. Chorizos y morcillas inolvidables. Ravioles caseros. Flan de exuberantes huevos de campo.
Adiós Ama Gozua, fuiste otra víctima de la pandemia. Siempre te vamos a extrañar.
En una esquina de Palermo, una casa de barrio conserva algo más que historia: guarda el espíritu de Reliquia, el restaurante creado por el chef Branko Vaccaro y la sommelier Julia Bottaro. Desde su apertura, el proyecto se propuso algo inusual: que la cocina no grite, sino que dialogue, y que el servicio conserve la calidez de lo familiar.
La editora gastronómica de "The New Yorker" visitó "La Boca" by Francis Mallmann" (https://www.faena.com/new-york/dining/la-boca-by-francis-mallmann), y literalmente lo descalifica. Y es lapidaria con el chef argentino, ya que afirma que "con el debut en Nueva York, su éxito se desvanece".