Los chefs Daniel Llasaca y Raúl Zorrilla Porta, de extensa trayectoria en restaurantes de la ciudad, ofrecen desde El Abasto un menú de auténticos sabores peruanos. Y a un precio imbatible.
Kamay nació después de cerrar por la cuarentena "Kariñito Nikkei", el restaurante a puertas cerradas de Daniel "Nikkei" Llasaca (ex La Mar) y Raúl Zorrilla Porta (exchef de Olaya).
La marca nueva Kamay tiene el objetivo de llegar al público porteño con sabores tradicionales de la cocina peruana a precios muy accesibles, y de la mano de una cocina orgánica (a leña) desde la materia prima hasta el packaging.
La palabra Kamay proviene del dialecto quechua huanca y significa "crear".
Ahora, además de platos voluminosos, ricos y baratos, ofrecen cócteles para acompañar la comida. Vale la pena echarle un vistazo a la carta, ya que por la calidad de la comida y los precios, la relación costo-beneficio tiene muy poco parangón en el mercado.
Empecemos por la parte sólida. La cocina de Kamay abreva en lo más profundo del peruanismo gastronómico. Nunca falta el ceviche, pero tampoco platos criollos clásicos. Como para que nadie se quede insatisfecho, mucho menos con apetito.
El lomo saltado José Antonio "a lo Pobre", son jugosas tiras de lomo flambeadas al wok y a la leña, con cebollas crujientes, tomate, cilantro y verdeo, acompañado de papas fritas, arroz al ajo y una corona de huevo frito. Vale $ 430.
El chaufa "Royal Taypa" se presenta como un "imperdible" de la casa. Son trozos de pollo salteado, con huevo, arroz, verdeo, jengibre, morrón, salsa de soja y aceite de sésamo, acompañado de wantanes bien chiferos con salsa agridulce ($ 430).
El ceviche se llama "de Bote Don Torres", un clásico de los huariques (bodegones peruanos), con pesca del día, limón, ají limo, cebolla, cilantro, canchita, y su "camotito bien dulzón" ($ 400).
También está el arroz con mariscos "bien de barrio", con chipirones, langostinos, y berberechos de la costa Atlántica, "para lograr esta mágica receta". Los mariscos van salteados con pasta de ají panca, cerveza negra, morrón, choclo, arvejas, cilantro y "un auténtico sabor ahumado", que sale con su salsa criolla ($ 400).
Y para finalizar, "pollada la sin hueso", en sus dos versiones (medio pollo o entero). El pollo está deshuesado y cocido a la parrilla, con salsa anticuchera ahumada, acompañado de papas doradas, ají parrillero, ensalada, ají y vinagreta ($ 500 y $ 750, respectivamente).
Boris Torres es el bartender de Kamay. Es un profesional que pasó por las barras de Astrid & Gastón, 878 Bar, Chila, Olaya, Ralph's, Lusitano y Shout, entre otros lugares. Prepara cócteles que llegan a tu casa en prácticas botellitas de vidrio.
Ofrece dos limonadas sin alcohol ("Williams", con jugo de pera, cilantro, zumo de limón y sirope, y "La Pituca" con zumo de maracuyá y de naranja con pulpa, limón y sirope, ambos a $ 140).
Además del clásico Pisco Sour ($ 180), Boris te propone tres cócteles de autor, todos a $ 150 cada uno: "Kaymaná" ( ron macerado con cardamomo, ananás y pepino); "Picarona" (vodka macerado con ají amarillo, maracuyá y almíbar de huacatay), y "Martincito" (gin macerado con lemongrass, zumo de limón, manzana Granny Smith y sirope).
Los pedidos se hacen a través del teléfono: 11 5638 0582, o bien escribiendo en Facebook o Instagram (kamaysabor). Envío sin cargo con entrega personalizada.
Se trata de un menú aniversario de tres pasos, que incluye también agua y una copa de vino o bebida sin alcohol. A solo $ 33.000 por persona, y descuento del 10% por pago en efectivo.
En una casa histórica de más de 100 años, que perteneció al sobrino del expresidente Carlos Pellegrini, se instaló Muyè, el nuevo proyecto gastronómico de Marcelo Böer, junto a Fernando Bertuol. Tuvimos la oportunidad de conocer el lugar en la marcha blanca. Todavía en etapa de experimentación, de prueba y error, encontramos una propuesta en la que sincronizaban armoniosamente cocina, ambiente y servicio.
El hombre es un maestro, solo que para hacer plata. Como cocinero, es del montón. Y no para de llamar la atención con excentricidades como ésta: una milanesa crudeli crudeli. Contradicción pura, el chef que quema todo, acá te encaja una milanga que da asco de solo verla. Y los periodistas obsecuentes aplauden, como siempre. En tanto que los comensales ingenuos creen que están disfrutando de la obra de un genio.