Éramos todos gauchos pero el poncho no aparece

No aclaren que oscurece

Viernes, 19 de junio de 2020

Flor y Gonza, como ellos se dicen llamar, dieron a conocer un comunicado en el que hacen un descargo por la situación producida, pero no se menciona para nada la deuda con el personal. Aquí va el descargo que hicieron en las redes sociales y que fue contestado enérgicamente por muchos lectores.

"Hola. Somos Flor y Gonza, creadores y dueños del restaurante Santa Evita, ustedes nos conocen. Les escribimos porque recibimos un escrache contra nosotros que nos resulta terriblemente doloroso, basado en mentiras y acusaciones falsas y quisiéramos aclarar un par de cuestiones:

- El Santa Evita es una microPyME. Lo abrimos en agosto de 2018, en plena crisis neoliberal, apostando lo poco que teníamos en nuestros bolsillos y asumiendo deudas que todavía estamos honrando. Creamos puestos de trabajo y nosotros mismos dejamos gran parte de nuestra vida adentro de estas paredes. Todos los que vinieron pueden dar fe de que siempre estuvimos al frente de la nave. Por eso, durante casi dos años, y a pesar de la situación socioeconómica, ustedes nos acompañaron desde el primer momento.

- En los últimos meses, como le sucedió a todos los comercios, y particularmente al gremio gastronómico, nos encontramos haciendo malabares para sostener el restaurante y los puestos de trabajo. Nadie puede ignorar este contexto. Cada día, desde que empezó la cuarentena, buscamos alternativas que se adapten a las nuevas reglas y nos permitan recaudar, aunque sea una parte de lo que se necesita para no bajar las persianas. Una vez más, arriesgamos nuestro patrimonio personal y esta vez, también, nuestra salud.

- Sería demasiado optimista decir que lo logramos, pero después de estar casi dos meses cerrados pudimos volver a encender la cocina y reinventar el Santa. Por supuesto, los ingresos son una mínima fracción de los que teníamos antes de la pandemia, pero en eso no somos ninguna excepción. A pesar de eso, podemos asegurarles es que estamos poniendo todo lo que tenemos (y hasta tomamos créditos) para preservar a los trabajadores de las consecuencias de esta situación.

- Nuestra prioridad es garantizar que el Santa Evita siga funcionando y dando trabajo, incluso en esta situación de crisis, en la que sostuvimos a toda la planta de trabajadores aunque no teníamos funciones para una parte del equipo. Pusimos eso adelante de muchas cosas y nunca dejamos de preocuparnos por que cada uno de nuestros empleados tuviera un ingreso, sin poner en riesgo la sustentabilidad del negocio. Nosotros, desde que comenzó la pandemia, no hacemos más acumular deudas. No nos quejamos: son las reglas de juego.

- Nos gustaría aclarar también que nosotros no tenemos casa propia y decidimos pagar los sueldos antes que el alquiler del PH en el que vivimos, que es el mismo desde hace más de una década, o la cuota del colegio de nuestro hijo. Nos quieren pintar como empresarios inescrupulosos cuando somos trabajadores que en una situación difícil para el país decidimos apostar y generar trabajo.

- En este contexto, lamentablemente, y sin que medie ninguna instancia previa de reclamo, nos vemos envueltos en este conflicto, que no quisimos ni buscamos, construido en base a falsedades y con propósitos que exceden un reclamo laboral. Como corresponde, el problema se resolverá en los Tribunales, donde los trabajadores cuentan con garantías para hacer valer sus derechos. Nosotros cumplimos nuestras obligaciones y, como no puede ser de otra forma, también cumpliremos lo que se decida en sede judicial.

- Entre otras mentiras, han dicho que nos quedamos con los sueldos que se depositan en el marco del programa ATP, cuando es de público conocimiento que ese pago lo hace el ANSES directamente en las cuentas de cada empleado. También nos acusan de tener una facturación extraordinaria durante la pandemia, una falsedad que se cae por su propio peso: como en todo el sector, los ingresos se redujeron a una fracción de los que teníamos funcionando con normalidad.

- Detrás del escrache hay una persona que hasta hace unos días queríamos como a una hermana y sentimos un inmenso dolor al ver que tejió una maniobra que tiene como único objetivo hacernos daño. En su afán, sólo logra poner en riesgo las fuentes de trabajo que dice defender. Seamos claros: si quiebra el Santa Evita, nos quedamos todos en la calle. Y todos sabemos lo difícil que será conseguir empleo en el rubro gastronómico por mucho tiempo.

- Desde acá, queremos contarles que el Santa Evita sigue funcionando con la misma premisa del primer día, resguardando los puestos de trabajo y redoblando esfuerzos para capear la crisis. Nosotros, como siempre, estamos acá, trabajando a la par, recibiendo pedidos, preparando y despachando los almuerzos y las cenas que nos permiten seguir de pie. No nos ocultamos y todos saben dónde encontrarnos. El resto es una cuestión que está siendo tratada por las vías que corresponden.

- Todos nuestros números son claros y están a la vista, igual que nosotros, porque no tenemos nada que ocultar. Por eso, estamos muy tranquilos con respecto a lo que vaya a suceder en la Justicia. Los medios y las redes son otra cosa: ahí no hacen falta pruebas para difamar. Nos resulta muy triste pero no vamos a responder de la misma manera. Seguiremos haciendo lo que sabemos hacer: comida rica".

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