Matrimonio de convenienciaLunes, 27 de enero de 2020Después de convivir en "camas separadas", hoy ya son una pareja hecha y derecha. Lo de Jesús, con 66 años en el mercado gastronómico local, se unió con La Malbequería. Y ambos ofrecen un matrimonio conveniente para los comensales protagonizado por dos baluartes: carne y vino.
Lo de Jesús / La Malbequería- Gurruchaga 1406/1418. Teléfono: 4832-1418. Abierto todos los días de 12 a 1 AM (La Malbequería hasta las 24). Principales tarjetas.
Tipo de Cocina: Parrilla
Barrio: Palermo Soho
Precio: $$$$
Unidos son más. Lo de Jesús es una parrilla-bodegón que ya tiene una extensa trayectoria. Fue fundado en 1953. La Malbequería apareció hace mucho menos tiempo (2016) como anexo del restaurante vecino.
Hoy ambos locales están conectados de tal manera que comparten menú. Uno puede comer en el viejo y pintoresco salón de Lo de Jesús (más adecuado al gusto de los clientes históricos de la casa), como en la casona con patio donde el vino cobra importancia.
La capacidad se completa con las mesas ubicadas en la vereda, que la noche de miércoles de verano aparecía repleta de comensales, al igual que las ubicaciones internas de ambos locales.
Carne y vino constituyen un matrimonio perfecto, imposible de igualar. Y sin dudas que es de "conveniencia" para los comensales. Más aún por cuanto los precios son de vinoteca y la carta es amplia (más de 400 etiquetas y no sólo de Malbec pese a que el nombre pueda indicar lo contrario).
Las carnes provienen de animales criados a pasto, de las razas Hereford y Angus, de 470 kilos en pie. Se hace una maduración en cámara frigorífica propia.
La cocina de Lo de Jesús tuvo algunos vaivenes, pero el año pasado incorporaron un nuevo chef consultor: Agustín Brañas, joven cocinero que se capacitó en Europa y trabajó en la Patagonia, inclusive en cotos de caza y pesca.
Hacía tiempo que no visitábamos Lo de Jesús, que desde la última vez ha tomado impulso como restaurante de carnes, al margen de que mantiene su esencia de bodegón con platos que nunca faltan en este tipo de negocio gastronómico tan típico de Buenos Aires.
Esto se nos ocurre que ha permitido que creciera sobremanera la cantidad de turistas extranjeros, que como se sabe quieren carne y Malbec. Sin dudas que el nombre de la vinoteca-restaurante resulta todo un hallazgo de marketing.
Para comenzar, hay empanadas, tortilla de papas o a la española con chorizo colorado (un invento porteño), el jamón crudo "de siempre", y hongos a la provenzal. La burrata resultó una buena y fresca elección, potenciada por el sabor de los tomates asados y el complemento de las migas de pan tostado y el pesto de rúcula.
De las entradas a la parrilla, se optó por una buena combinación entre provoleta y mollejas. Pero además se puede pedir en forma individual chorizo, morcilla, chinchulines y salchicha parrillera.
Luego, el menú ofrece dos alternativas absolutamente carnívoras: cortes tradicionales y cortes especiales. El primero incluye bife de chorizo, lomo y ojo de bife de 350 gramos, que salió en el punto pedido muy jugoso. Hay además pechuga de "pollo pastoril" y churrasquito de cerdo.
Los "especiales" son la entraña de novillo, rack de ojo de bife, tira de asado del medio (también llegó a la mesa en su punto), picaña entera y dos cortes de Wagyu: bife de chorizo y ojo de bife (consultar).
Hay asimismo dos opciones de pescado. El pacú que ya viene con larga trayectoria en la casa, y la merluza negra. De los platos de cocina, milanesas de peceto simple y Napolitana, ravioles y tagliatelle.
Se completa la carta con ensaladas y guarniciones, como los pimientos morrones asados con ajo frito y perejil, las batatas a la parrilla y las zanahorias orgánicas también a la parrilla.
Los postres son de bodegón: panqueques, flan de dulce de leche con crema, mousse de chocolate, helados y tiramisú. O las muy tentadoras ciruelas asadas al Malbec.
Los quesos de La Suerte pueden pedirse ya sea como entrada o prepostre a la francesa.
Ya quedó dicho que la carta de vinos no solo es amplia sino que además exhibe precios muy convenientes (los mismos de la vinoteca).
Después de convivir en "camas separadas", hoy ya son una pareja hecha y derecha. Lo de Jesús, con 66 años en el mercado gastronómico local, se unió con La Malbequería. Y ambos ofrecen un matrimonio conveniente para los comensales protagonizado por dos baluartes: carne y vino.
Lo de Jesús / La Malbequería- Gurruchaga 1406/1418. Teléfono: 4832-1418. Abierto todos los días de 12 a 1 AM (La Malbequería hasta las 24). Principales tarjetas.
Tipo de Cocina: Parrilla
Barrio: Palermo Soho
Precio: $$$$
Unidos son más. Lo de Jesús es una parrilla-bodegón que ya tiene una extensa trayectoria. Fue fundado en 1953. La Malbequería apareció hace mucho menos tiempo (2016) como anexo del restaurante vecino.
Hoy ambos locales están conectados de tal manera que comparten menú. Uno puede comer en el viejo y pintoresco salón de Lo de Jesús (más adecuado al gusto de los clientes históricos de la casa), como en la casona con patio donde el vino cobra importancia.
La capacidad se completa con las mesas ubicadas en la vereda, que la noche de miércoles de verano aparecía repleta de comensales, al igual que las ubicaciones internas de ambos locales.
Carne y vino constituyen un matrimonio perfecto, imposible de igualar. Y sin dudas que es de "conveniencia" para los comensales. Más aún por cuanto los precios son de vinoteca y la carta es amplia (más de 400 etiquetas y no sólo de Malbec pese a que el nombre pueda indicar lo contrario).
Las carnes provienen de animales criados a pasto, de las razas Hereford y Angus, de 470 kilos en pie. Se hace una maduración en cámara frigorífica propia.
La cocina de Lo de Jesús tuvo algunos vaivenes, pero el año pasado incorporaron un nuevo chef consultor: Agustín Brañas, joven cocinero que se capacitó en Europa y trabajó en la Patagonia, inclusive en cotos de caza y pesca.
Hacía tiempo que no visitábamos Lo de Jesús, que desde la última vez ha tomado impulso como restaurante de carnes, al margen de que mantiene su esencia de bodegón con platos que nunca faltan en este tipo de negocio gastronómico tan típico de Buenos Aires.
Esto se nos ocurre que ha permitido que creciera sobremanera la cantidad de turistas extranjeros, que como se sabe quieren carne y Malbec. Sin dudas que el nombre de la vinoteca-restaurante resulta todo un hallazgo de marketing.
Para comenzar, hay empanadas, tortilla de papas o a la española con chorizo colorado (un invento porteño), el jamón crudo "de siempre", y hongos a la provenzal. La burrata resultó una buena y fresca elección, potenciada por el sabor de los tomates asados y el complemento de las migas de pan tostado y el pesto de rúcula.
De las entradas a la parrilla, se optó por una buena combinación entre provoleta y mollejas. Pero además se puede pedir en forma individual chorizo, morcilla, chinchulines y salchicha parrillera.
Luego, el menú ofrece dos alternativas absolutamente carnívoras: cortes tradicionales y cortes especiales. El primero incluye bife de chorizo, lomo y ojo de bife de 350 gramos, que salió en el punto pedido muy jugoso. Hay además pechuga de "pollo pastoril" y churrasquito de cerdo.
Los "especiales" son la entraña de novillo, rack de ojo de bife, tira de asado del medio (también llegó a la mesa en su punto), picaña entera y dos cortes de Wagyu: bife de chorizo y ojo de bife (consultar).
Hay asimismo dos opciones de pescado. El pacú que ya viene con larga trayectoria en la casa, y la merluza negra. De los platos de cocina, milanesas de peceto simple y Napolitana, ravioles y tagliatelle.
Se completa la carta con ensaladas y guarniciones, como los pimientos morrones asados con ajo frito y perejil, las batatas a la parrilla y las zanahorias orgánicas también a la parrilla.
Los postres son de bodegón: panqueques, flan de dulce de leche con crema, mousse de chocolate, helados y tiramisú. O las muy tentadoras ciruelas asadas al Malbec.
Los quesos de La Suerte pueden pedirse ya sea como entrada o prepostre a la francesa.
Ya quedó dicho que la carta de vinos no solo es amplia sino que además exhibe precios muy convenientes (los mismos de la vinoteca).