Los Almendros, del productor al consumidorDomingo, 12 de enero de 2020Una solución para evitar intermediarios a la hora de comprar alimentos. Con este criterio, en Los Almendros buscan a los productores a su lugar de trabajo, ven sus campos, sus establecimientos, sus instalaciones y sus procesos productivos, y efectúan degustaciones para constatar la excelencia de cada productos.
En primer lugar, nobleza obliga. Esta nota no es un espacio de publicidad, ni siquiera hemos recibido alguna vez un solo producto de los que se promocionan y comercializan.
Pero creemos que estos esfuerzos hay que apoyarlos porque nos permiten conseguir alimentos de primera mano, sin intermediarios y pagando por ellos los que realmente corresponde pagar.
Alejandro Eloso Ermoloff, uno de los gestores de Los Almendros, afirma: "somos un grupo de personas enamoradas de los productos del interior de nuestro país y que luego de innumerables viajes, de admirar la belleza de sus paisajes, de haber disfrutado la amistad de su gente y de haber probado la increíble calidad de los productos artesanales de cada región, siempre nos quedamos con la duda de saber porque esos productos no se conocen ni tienen llegada a Buenos Aires".
Y agrega: "es increíble que habiendo tanta variedad de alimentos de altísima calidad, solo se comercialicen una pequeña parte de ellos, quedando el grueso del mercado absorbido por las grandes marcas y por los alimentos hechos en forma masiva".
Últimamente, vemos que se está modificando esta ecuación y que cada vez mayor cantidad de gente trata de buscar mejores alimentos con sabores más naturales, apuntando a elevar la calidad y al mismo tiempo, cuidando de no consumir productos con agregado de aditivos artificiales, conservantes y saborizantes químicos.
"Esta es la razón de nuestro emprendimiento -dice Alejandro-, llevar productos no conocidos pero de excelencia a todos aquellos que buscan mejorar la calidad de lo que consumen".
Cuenta que con este criterio, fueron a buscar a los productores a su lugar de trabajo, ver sus campos, sus establecimientos, sus instalaciones y sus procesos productivos, y efectuar la degustación de los mismos para constatar la excelencia de los productos a promocionar y comercializar, para así poder dar todas las garantías de confianza en cuanto a la calidad de los alimentos ofrecidos.
Hay múltiples formas de producción y comercialización de productos alimenticios, pero podríamos agruparlas en dos grandes ramas: las industriales y las artesanales.
La fabricación industrial está orientada básicamente a la masificación de los productos, apuntando exclusivamente a una optimización de beneficios económicos en desmedro de la calidad de lo ofrecido. Esta es la razón por la que destinan cifras millonarias a packaging y marketing, justamente para ocultar las deficiencias del producto y poder venderlos más fácilmente condicionando el sentido del consumidor.
Por el contrario, "la fabricación artesanal apunta a cuidar los procesos productivos en todas sus etapas, utilizando procesos naturales, sin agregados sintéticos, conservantes, estabilizantes ni saborizantes químicos, confeccionando productos de mucha mejor calidad, con sabores y aromas más originales e intensos, texturas más firmes y homogéneas, con óptimas cualidades alimenticias y nutricionales, y conformando productos mucho mas benéficos para la salud".
Por este motivo, al no estar orientada la producción a su masificación, en Los Almendros no inversión en marketing y por lo tanto muchos de estos productos son poco conocidos en las grandes ciudades, cuyo mercado es acaparado por las grandes productoras exclusivamente".
"Esta es la idea de crear Los Almendros, la de poder llevar productos de altísima calidad directamente desde el productor al consumidor, sin intermediarios, ni cámaras frigoríficas, ni pasos que alteren la calidad de los productos ofrecidos".
Entre otros productos comercializan aceites, aceitunas, frutas y semillas secas, encurtidos, dulces y mieles, mostazas y aderezos, quesos, carnes especiales, escabeches y patés, fiambres y embutidos, bebidas alcohólicas y sin alcohol.
Suelen ofrecer "Cajitas Felices", que contienen 10 productos de entre 100 y 150 gramos cada uno: por ejemplo de quesos surtidos (6 de vaca, 2 de cabra y 2 de oveja o búfala); fiambres, mitad y mitad; quesos y carnes ahumadas; y cajas de 5 quesos de Couly Ventimiglia y la de quesos especiales (Couly, La Suerte, Santa Agueda y Cabaña Piedras Blancas).
También recientemente han incursionado en un producto importado de Suecia, que no se consigue en el país: arenques Abba.
"Por eso nuestra consigna es: hay que probarlos", es el eslogan de Los Almendros.
Una solución para evitar intermediarios a la hora de comprar alimentos. Con este criterio, en Los Almendros buscan a los productores a su lugar de trabajo, ven sus campos, sus establecimientos, sus instalaciones y sus procesos productivos, y efectúan degustaciones para constatar la excelencia de cada productos.
En primer lugar, nobleza obliga. Esta nota no es un espacio de publicidad, ni siquiera hemos recibido alguna vez un solo producto de los que se promocionan y comercializan.
Pero creemos que estos esfuerzos hay que apoyarlos porque nos permiten conseguir alimentos de primera mano, sin intermediarios y pagando por ellos los que realmente corresponde pagar.
Alejandro Eloso Ermoloff, uno de los gestores de Los Almendros, afirma: "somos un grupo de personas enamoradas de los productos del interior de nuestro país y que luego de innumerables viajes, de admirar la belleza de sus paisajes, de haber disfrutado la amistad de su gente y de haber probado la increíble calidad de los productos artesanales de cada región, siempre nos quedamos con la duda de saber porque esos productos no se conocen ni tienen llegada a Buenos Aires".
Y agrega: "es increíble que habiendo tanta variedad de alimentos de altísima calidad, solo se comercialicen una pequeña parte de ellos, quedando el grueso del mercado absorbido por las grandes marcas y por los alimentos hechos en forma masiva".
Últimamente, vemos que se está modificando esta ecuación y que cada vez mayor cantidad de gente trata de buscar mejores alimentos con sabores más naturales, apuntando a elevar la calidad y al mismo tiempo, cuidando de no consumir productos con agregado de aditivos artificiales, conservantes y saborizantes químicos.
"Esta es la razón de nuestro emprendimiento -dice Alejandro-, llevar productos no conocidos pero de excelencia a todos aquellos que buscan mejorar la calidad de lo que consumen".
Cuenta que con este criterio, fueron a buscar a los productores a su lugar de trabajo, ver sus campos, sus establecimientos, sus instalaciones y sus procesos productivos, y efectuar la degustación de los mismos para constatar la excelencia de los productos a promocionar y comercializar, para así poder dar todas las garantías de confianza en cuanto a la calidad de los alimentos ofrecidos.
Hay múltiples formas de producción y comercialización de productos alimenticios, pero podríamos agruparlas en dos grandes ramas: las industriales y las artesanales.
La fabricación industrial está orientada básicamente a la masificación de los productos, apuntando exclusivamente a una optimización de beneficios económicos en desmedro de la calidad de lo ofrecido. Esta es la razón por la que destinan cifras millonarias a packaging y marketing, justamente para ocultar las deficiencias del producto y poder venderlos más fácilmente condicionando el sentido del consumidor.
Por el contrario, "la fabricación artesanal apunta a cuidar los procesos productivos en todas sus etapas, utilizando procesos naturales, sin agregados sintéticos, conservantes, estabilizantes ni saborizantes químicos, confeccionando productos de mucha mejor calidad, con sabores y aromas más originales e intensos, texturas más firmes y homogéneas, con óptimas cualidades alimenticias y nutricionales, y conformando productos mucho mas benéficos para la salud".
Por este motivo, al no estar orientada la producción a su masificación, en Los Almendros no inversión en marketing y por lo tanto muchos de estos productos son poco conocidos en las grandes ciudades, cuyo mercado es acaparado por las grandes productoras exclusivamente".
"Esta es la idea de crear Los Almendros, la de poder llevar productos de altísima calidad directamente desde el productor al consumidor, sin intermediarios, ni cámaras frigoríficas, ni pasos que alteren la calidad de los productos ofrecidos".
Entre otros productos comercializan aceites, aceitunas, frutas y semillas secas, encurtidos, dulces y mieles, mostazas y aderezos, quesos, carnes especiales, escabeches y patés, fiambres y embutidos, bebidas alcohólicas y sin alcohol.
Suelen ofrecer "Cajitas Felices", que contienen 10 productos de entre 100 y 150 gramos cada uno: por ejemplo de quesos surtidos (6 de vaca, 2 de cabra y 2 de oveja o búfala); fiambres, mitad y mitad; quesos y carnes ahumadas; y cajas de 5 quesos de Couly Ventimiglia y la de quesos especiales (Couly, La Suerte, Santa Agueda y Cabaña Piedras Blancas).
También recientemente han incursionado en un producto importado de Suecia, que no se consigue en el país: arenques Abba.
"Por eso nuestra consigna es: hay que probarlos", es el eslogan de Los Almendros.