Ubicado estratégicamente en la esquina de Posadas y la subida a la Nueve de Julio, Figata reemplazó hace pocos meses a un restaurante de cadena con nombre italiano y origen cordobés. El cambio operó favorablemente en cuanto a calidad y diversidad de platos dentro de una extensa carta.
Figata - Posadas 1052 Buenos Aires - Teléfono: 4322/0826/7400. Abierto todos los días desde las 8 a 1 AM. Principales tarjetas.
Tipo de Cocina: Italiana
Barrio: Recoleta
Precio: $$$
Figata es una palabra que si uno la googlea (hoy es más fácil que recurrir a un viejo diccionario) aparece traducido como "fresco". Pero también suele referirse a algo brillante (luminoso, en italiano). Desconocemos si el término tiene además algún significado en algunos de los tantos dialectos que existen en la península.
Alcachofas rellenas.
Lo cierto es que con ese nombre, se reemplazó hace algunos meses al conocido Restaurante Il Gatto, ocupando la esquina de la Recova de Posadas que da a la subida hacia la Nueve de Julio. Un amplio salón, cómodas sillas, mesas separadas para guardar la privacidad y, al fondo, el horno pizzero que según cuentan los mozos funciona a tope los fines de semana. Es lo que nos depara la ambientación.
Por lo demás, Figata es un italiano que abunda en opciones sobre todo de pastas, y algunas pocas licencias nada típicas, como las empanadas de cordero y dos cortes de carne vacuna que apuntan al requerimiento de los muchos turistas extranjeros que andan por la zona.
En esa diversidad de platos, cuesta decidirse porque todo tienta y más aún si se trata de un par de comensales con origen italiano en la venas.
Como entrada, la elección no resultó demasiado complicada y apuntó a un producto de temporada que los italianos aman: carciofi, alcauciles o como dice la carta, alcachofas. Salen cuatro unidades, rellenas de fricasé de panceta y gratinadas. Tiernas, sin esa sensación vinagrosa que uno advierte cuando se trata de un enlatado. Estamos en temporada y los alcauciles de La Plata lucen espléndidos, cómo no aprovecharlos.
Gnocchi di patate.
Había otras opciones tentadoras, como la polenta Nápoli al gratín, los calamaretti grillados, el carpaccio di vitello y la mozzarella de búfala caprese. Una alternativa también es la pizza, que sale en cinco versiones. La que lleva el nombre del restaurante va con salsa de tomate, mozzarella, jamón crudo, tomates secos, albahaca y parmesano.
Las cosas se complican un poco a la hora de los principales. Y es precisamente porque sobran ofertas. Con el compañero de mesa, Roberto Gallina, optamos por compartir dos platos; los gnocchi con bagna cauda, y el risotto de hongos con aceite de trufas. El punto del arroz estaba bien, pero si alguien con tonada italiana se acerca lo mejor es sacarlo un par de minutos antes. Sabemos que el paladar argentino, en general no resiste algunos extremos de la Cucina Italiana.
Un detalle interesante es que no dejan queso rallado en la mesa, sino que el mozo lo sirve al momento y según el gusto del cliente, como debería ser siempre. Por eso de Figata (fresco).
Ya dijimos que el capítulo de pastas está muy bien nutrido; hay rellena (ravioli di manzo), "della casa" (cuerdas de guitarra arrabbiata, tres tomates y alio e olio), seca De Cecco (penne all' amatriciana, spaghetti carbona a elección con pesto). Y asimismo otros dos risotti además del pedido: uno al estilo milanese con langostinos y arvejas, y otro con brócoli.
Como secondi (las carnes según la tradición italiana), proponen lomo figatina al tartufo; pollo alla cacciatora, cartoccio di salmone e gamberi, y pesca blanca a "la mediterránea".
Para el final, cannoli de chocolate y ricota, tiramisú, fragole (frutillas al vino tinto) y algunos postres no tan tradicionales.
La carta de vinos ofrece precios muy razonables. Rige una propuesta de Famiglia Bianchi, ya que pidiendo un Malbec te llevás el nuevo Rosé de la línea de regalo.
La casa invita una hora de estacionamiento bonificado en La Recova. Es interesante recalcar la relación costo beneficio, ya que los platos son abundantes pero no exageradamente como pasa con el restaurante vecino y por ende, los precios son mucho más accesibles.
El Alvear Grill nació el 16 de julio de 2018 para reemplazar nada menos que a La Bourgogne, que apagó sus fuegos tras la cena de la Revolución Francesa, dos días antes y luego de una larga trayectoria en ese lugar. Es uno de los espacios históricos y más elegantes de la gastronomía porteña, ubicado dentro del Alvear Palace Hotel. Hoy el restaurante aparece renovado, a través de la incorporación del chef Leandro Di Mare y de la gerente de AA&BB, Gabriela Troncoso. Su propuesta conlleva una dualidad positiva: las carnes argentinas y una cocina de elaboración puntillosa y creativa.
Pocos días después de su apertura, Kuro Kuma ("Oso Negro" en japonés) aparece poblado de comensales en una fría noche de miércoles. Se trata de uno de los espacios más llamativos de VíaViva, el pasaje debajo del viaducto del tren a Tigre, que nace en la calle Juramento, en la entrada al Barrio Chino. La propuesta es de cocina asiática, garantizada por la sapiencia de Oscar Lin, propietario y chef de Síntesis Tapas Asiáticas, en Palermo. Para quienes prefieren la comodidad de un salón cómodo y climatizado, antes que la comida callejera al paso, sin dudas éste es el lugar a elegir.
En los confines de Villa Urquiza, Bonario es un nuevo pequeño restaurante ubicado en una estratégica esquina del barrio, sobre la Avenida Congreso. Su propuesta -creada por el chef Sebastián Iraola-, se basa primordialmente en la cocina mediterránea, con platos simples, ricos y abundantes. Está abierto todo el día y funciona además como cafetería.