Solo a un optimista de la comida como Julián de Dios se le ocurre salir a comer sin reserva la noche de San Valentín. Y encima encontró lugar: Mirutaki, un nuevo restó japonés recién abierto por los hermanos Totake.
Calle Carranza. Noche de San Valentín. Algunos restaurantes con mesas románticas a medio camino, algún lugar popularmente completo, varias cervecerías artesanales desiertas, con el dueño "mais solitário que um paulistano" (Zeca Baleiro, copyright), y ya a metros de la avenida Santa Fe, donde Palermo se olvida de Hollywood, encuentro un restaurante luminoso, detrás del vidrio veo a varias personas satisfechos frente a su ramen. Listo. Entro.Mirutaki - ????.
Hace un tiempo, Nicolás Totake, Matías Totake y Santiago Toguchi convirtieron el restaurante del primer piso del Supermercado Nueva Casa Japonesa en suficiente motivo para ir a San Cristóbal. Y con ese éxito en la mochila se animaron a abrir hace pocos días su propio restaurante: Mirutaki.
Apenas al entrar me encuentro en la larga barra que da a la cocina con Germán Sitz (creador de La Carnicería, Chori y Niño Gordo) y su mujer Melu. Felices y pipones me cuentan lo que tengo que pedir: primero las gyozas, luego los takoyaki de pulpo y, finalmente, el ramen Ebi Karai. Soy glotón y le agrego un nigiri.
Todo perfecto, y sin duda, los noodles negros del ramen me parecieron de los mejores que probé en Buenos Aires.
Y además con una ecuación precio - calidad muy piola: menú abundante para dos personas, con cerveza japonesa $ 1.100.
En la carta veo que también hay algunos platos cocinados en un kamado: kushiyaki (set de brochettes), kaki sake (salmón y teriyaki), pero Nicolás me aclara que los ofrecen hasta las 23. Otro motivo para volver.
En pocas palabras: un menú simple y coherente, con muy buenos sabores, ambiente despejado de decoración David Changiana, y una larga barra que permite ver y compartir el ir y venir de la cocina.
No hay duda, en algunas semanas va a haber cola en la puerta y en un par de meses no faltarán quienes digan que los bancos de madera son chicos, o la luz es fuerte, o que el menú es corto, o largo... aun sin haber ido. Por todo eso: el momento de ir es ahora. Cuando la comida es el plato principal.
Mirutaki: Carranza 2339 - Abre a las 20 - Sólo efectivo - No hay reservas, es por orden de llegada.
"That's Amore" es el eslogan que uno lee en las remeras de los camareros de "Pasta", el ristorante que el piamontés (Biella) Mauro Lacagnina abrió en Belgrano poco antes de la pandemia. Para disfrutar de la verdadera cocina italiana, nada mejor que la que practican los cuocchi que han llegado a nuestro país y se han instalado entre nosotros para deleitarnos con le recette della nonna. A eso hay que sumar una impecable relación precio calidad.
Bestial está ubicado en el rooftop de un piso 11, aunque se nos asemeja mucho más alto todavía por lo imponente de la vista. Quizás eso sea porque si uno mira hacia el río de la Plata, no hay edificios elevados. Con la vista del cuartel del Regimiento de Patricios en primer plano, el panorama se extiende hacia las costas uruguayas. Y, adentro, todo es estridente e impactante. La propuesta nos remite hacia la culinaria nikkei, y la coctelería va acompañada de "cabezas bestiales" dentro de la cuales se colocan los vasos. Ahora también abren al mediodía tres veces por semana.
Pocas veces confluyen, al mismo nivel de eficiencia, los tres elementos esenciales de un restaurante: cocina, ambiente y servicio. Eso es lo que sentimos luego de vivir la experiencia de O-satori, el omakase ubicado en el piso 23 del Hotel Buenos Aires Marriott (ex Panamericano).