La "otra" Cocina Peruana

Gracias por Tanta

Sábado, 16 de diciembre de 2017

Tanta es otra de las creaciones de Gastón Acurio, con un estilo diferente a sus antecesores en nuestra ciudad: Astrid & Gastón y La Mar. En este caso, se ofrece la comida casera peruana, la "que han preparado nuestras madres y abuelas toda la vida" según la definición del gran cocinero que llevó a su país a los primeros planos de la gastronomía mundial.

Tanta - Esmeralda 938 - Reservas: info@tanta.com.ar - Abierto de lunes a sábados de 12 a 1 AM - Principales tarjetas.

Tipo de Cocina: Peruana Criolla

Barrio: Microcentro

Precio: $$$

Se ha formado un minipolo gastronómico alrededor de las dos torres construidas en la esquina de Esmeralda y Paraguay. Y el local más grande y llamativo corresponde a un nuevo emprendimiento de los socios locales de Gastón Acurio, los mismos de La Mar y ahora de Tanta.

El grupo tiene ocho locales en Lima, incluido el más reciente que funciona dentro del Aeropuerto Jorge Chávez, uno en Arequipa, cinco en Santiago de Chile, uno en Chicago, y ahora el de Buenos Aires.

Anthony Vásquez es el chef ejecutivo y el venezolano Allen Mezzoni, su ex sous chef en La Mar, ocupa el cargo de jefe de Cocina. Además llegaron al país varios cocineros de los Tanta limeños para garantizar la calidad de la propuesta del local porteño.

Pero estos datos carecerían de sentido sino agregáramos la visita justo el día después de la gran apertura de jueves a la noche, cuando sin comunicación oficial acudieron 120 comensales. Este hecho poco común augura el éxito de Tanta.

Fuimos a Tanta el viernes 16, el primer almuerzo y apenas dos días después de haber concluido la "marcha blanca".

Daba gusto ver en acción a un batallón de gente trabajando a destajo y con gran entusiasmo. Y observar el enorme salón, vidriado, con su jardín vertical, una barra a la derecha del acceso al local y otra más grande al fondo, en la que se acomodan prolijamente los montaditos y los postres.

Precisamente hay una oferta al estilo de pinchos de Sagardi, aunque con la impronta peruana. Y aunque nos estemos anticipando o cambiando el orden de las cosas, no hay carta de postres sino que otro sector de esa enorme barra exhibe la gran cantidad de dulzuras, como el infaltable Suspiro de Limeña que dicen, tiene un secreto no revelado.

Es inevitable comenzar con un cóctel, ya sea tradicional, ya de autor, o inclusive sin alcohol y aun los batidos con mucha fruta y vegetales. Optamos por el Chilcano, por más que el Pisco Sour siempre es el más requerido. Y les damos una yapa: un Sour vale por tres Chilcanos si de alcohol se trata. O sea que hay más aguante y, al decir de nuestro amigo limeño Ricardo Carpio, nos permite disfrutar mucho más al glorioso Pisco.

De inmediato hay que hacer una pasada para ver los montaditos del día (trucha y alcaparras; langostinos y huevo; tortilla de papa y piquillo, anchoa y tomate, etcétera). En la barra también hay empanadas (lomito saltado; ají de gallina; de carne); tartas (formidable pascualina y pastel de choclo y carne), y "sanguchitos" (triple de palta, huevo y tomate; o huevo con tocino y mayonesa).

Los "sánguches" (sic) incluyen la Tanta Burger, una hamburguesa de 250 gramos, lechuga, tomate, cebolla salteada, queso cheddar, pepinillo y salsa especial; de peceto al jugo; de pavo criollo; o parrillero, vegetariano y pechugón (entre otros).

Otra opción interesante son los piqueos: probamos las exquisitas croquetas Tanta rellenas de ají de gallina, la papa rellena de carne y salsas peruanas, y una tortilla de papas bien babé.

Pero además, no faltan el cebiche clásico y el tiradito limeño; los anticuchos; tequeños; causa limeña, y wantanes, entre otras opciones. En este capítulo pueden encontrarse algunas similitudes con platos de La Mar, pero no mucho más que eso.

Hay seis opciones de pastas, para quienes piensan que la Cocina Peruana no se ocupa de ellas. Por ejemplo, ravioles de queso y verduras con boloñesa de ossobuco; de batata con crema de salvia y jamón serrano, y de peceto en salsa al vino tinto y un toque de mostaza. También lasaña de carne, spaghetti mediterráneo y tallarín salteado al wok.

Los platos principales son suculentos y compartibles. Ofrecen clásicos como el ají de gallina, el lomo saltado y el arroz criollo. Una chaufa de quinua (llamada "Airport"), "el peceto de la abuela", y seco de ternera son algunos de ellos.

De la cocina llegaron a nuestra mesa el estofado al vino (asado de tira, tocino, champiñones y cebollitas, acompañados de fettuccine verdes a la mantequilla); "Qué tal costilla" (ribs de cerdo con sabor a chifa, su chaufa blanco y criolla de mango; más un plato que tiene su historia: "El bife de Anthony el Goloso" (montado sobre tallarines y papas a la huancaína). Se trata de un homenaje del chef a la gran carne argentina. Parece que Acurio no estaba muy convencido de cambiar la receta original limeña, con la carne empanada, así que cedió al pedido de Anthony Vásquez siempre y cuando bautizara la preparación con su nombre.

Ya quedó dicho que no hay carta de postres, está todo a la vista. La lista de vinos es por el momento un punto débil, no por la cantidad de etiquetas (que es razonable) sino por la elección hecha por la sommelier. Conste que ésta es apenas una cuestión subjetiva del crítico. Igualmente, se podría hacerle caso al chef cuando dice que para la Cocina Peruana la cerveza va de maravillas. O comer con Chilcano, no nos disgusta para nada.

Para finalizar, un café espresso Segafredo (si ristretto mejor) y por qué no, un chupito de Pisco. Broche de oro para una comida opípara.

Gran trabajo de Anthony el jefe de cocina, el venezolano Allen Mezzoni, quien estuvo en Lima varias semanas capacitándose. Más todo un equipo sólido detrás.

Para tener en cuenta: el precio promedio de la primera noche osciló en los 500 pesos, una relación costo beneficio imbatible. Y la inauguración oficial será en febrero, con la presencia de Gastón Acurio.

Lo ratificamos: ha nacido un restaurante destinado a tener éxito. Dará que hablar.

Gracias a la colega Alicia Sisteró por las fotos que acompañan esta nota.


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