La Brasería, en una esquina gastronómica tradicional del barrio de Núñez, cumple con la fórmula de la parrilla, pero suma pescados, pastas y algunos detalles que realzan la propuesta.
La Brasería- Quesada 1701- Teléfono: 4786-1990. Abierto martes a domingos mediodía y noche. Principales tarjetas.
Tipo de Cocina: Parrilla
Barrio: Núñez
Precio: $$$
Abrió a fines del año pasado donde antes estaba Gianni, en diagonal exacta con otra parrilla del mismo grupo: Solomía. Y es que La Brasería, como su propio nombre lo indica, dejó las pastas (parcialmente, porque siguen siendo un capítulo más de la carta actual) por la carne.
El barrio, y en particular la intersección de Quesada y Arribeños, cuenta con una larga historia parrillera. Allí mismo, estaba el local donde tuvo su origen El Parrillón del Pobre Luis, desde hace unos años en otra locación no tan lejana y con denominación acotada.
La Brasería cuenta con un amplio salón con barra y parrilla a la vista para alrededor de 60 personas, más la vereda calefaccionada con la mitad de ubicaciones, en las que el público fumador también puede proveerse de mantas para apaciguar el frío de estos días invernales.
Tras un rápido repaso del menú, hay que decir que lo primero que llama la atención es el Chori Chipa, una original manera de presentar el clásico chori pero con pan de queso. Es voluminoso, así que si uno quiere probar otras cosas se corta por la mitad y se comparte, lo que no deja de ser una buena decisión.
La burrata con rúcula, prosciutto y parmesano puede ser un buen acompañamiento para lo que se viene, al igual que la tortilla de campo y la tabla de achuras, con mollejas, se aclara ya que muchas veces se retacea al "caviar argentino". Y las muy ricas empanadas criollas, fritas y de carne cortada a cuchillo.
A la hora de las carnes, hay opciones de tablas, entre ellas la que lleva el nombre del local, que incluye diferentes cortes, achuras y guarniciones (hasta cuatro comensales).
Hay asado del centro, que toma las costillas hasta la quinta y se sirve en una tira (medio kilo); los originales "bife uruguayo" y" ojo uruguayo", que se cortan finos; o los más clásicos lomo, bife de chorizo, matambrito de cerdo y varias opciones más.
El Baby Beef de 700 gramos es una pieza que impresiona, sale con papas fritas a caballo. Del capítulo de "Especiales", la hamburguesa de 200 gramos de carne llamada Butcher´s Burgers, con queso Cheddar y panceta acompañada con papas fritas trufadas. También las Texas BBQ ribs de cerdo ahumadas a fuego lento; o un plato estrella de la carta, el pacú a las brasas, para compartir, que se acompaña con aros de cebolla, verdes, tomates grillados y papas bastón.
Como dijimos, hay opciones de pastas que no son precisamente salidas de una parrilla para cumplir con los clientes menos carnívoros. Por el contrario, son caseras y se recomiendan los ravioli alla Scroffa, los malfatti di Roma y los sorrentinos de Amalfi, de masa negra y rellenos de salón, ricota y ciboulette con crema de azafrán y camarones.
El final dulce solo para muy golosos, ya que algunos preferimos excedernos en la carne y las achuras sin reservar un espacio para los postres. Hay flan y budín de pan hechos en casa, o la Mongo Cookie, una galleta gigante de Oreo rellena con helado de crema bañada en salsa de dulce de leche.
La carta de vinos se limita a un puñado de bodegas, pero además cuentan con una selección especial con otras etiquetas menos populares. Los precios son razonables.
El Alvear Grill nació el 16 de julio de 2018 para reemplazar nada menos que a La Bourgogne, que apagó sus fuegos tras la cena de la Revolución Francesa, dos días antes y luego de una larga trayectoria en ese lugar. Es uno de los espacios históricos y más elegantes de la gastronomía porteña, ubicado dentro del Alvear Palace Hotel. Hoy el restaurante aparece renovado, a través de la incorporación del chef Leandro Di Mare y de la gerente de AA&BB, Gabriela Troncoso. Su propuesta conlleva una dualidad positiva: las carnes argentinas y una cocina de elaboración puntillosa y creativa.
Pocos días después de su apertura, Kuro Kuma ("Oso Negro" en japonés) aparece poblado de comensales en una fría noche de miércoles. Se trata de uno de los espacios más llamativos de VíaViva, el pasaje debajo del viaducto del tren a Tigre, que nace en la calle Juramento, en la entrada al Barrio Chino. La propuesta es de cocina asiática, garantizada por la sapiencia de Oscar Lin, propietario y chef de Síntesis Tapas Asiáticas, en Palermo. Para quienes prefieren la comodidad de un salón cómodo y climatizado, antes que la comida callejera al paso, sin dudas éste es el lugar a elegir.
En los confines de Villa Urquiza, Bonario es un nuevo pequeño restaurante ubicado en una estratégica esquina del barrio, sobre la Avenida Congreso. Su propuesta -creada por el chef Sebastián Iraola-, se basa primordialmente en la cocina mediterránea, con platos simples, ricos y abundantes. Está abierto todo el día y funciona además como cafetería.