Un clásico italiano sin pastas

Tiramisú a la Chilena

Martes, 20 de septiembre de 2016

Tiramisú es el restaurante que más cubiertos hace en Santiago de Chile. Un éxito notable, sustentado en los mejores productos italianos y en la variedad de sus pizzas.


Tiramisú- Isidora Goyenechea 3141 Las Condes-Teléfono +56 2 2519 4900. Abierto todos los días mediodía y noche, excepto fechas patrias. Principales tarjetas.

Tipo de Cocina: Italiana - Pizzería

Lugar: Las Condes, Santiago (Chile)

Precios: $$$

Mucho nos habían hablado nuestros amigos de Segafredo sobre este restaurante. Sin dudas que es un lugar que hay que conocer cuando uno viaja a la capital chilena. Como periodistas vinculados a la gastronomía, vale la pena estudiar in situ este fenómeno de público que atiborra los varios salones de Tiramisú a toda hora.

Y allá fuimos con Julián De Dios y Ariel Musacchio (gerente de Segafredo Zanetti), un compatriota que vivió varios años en Chile y hoy viaja continuamente para atender los asuntos de la marca de café más vendida en Italia.

 Es curioso lo que ocurre con Tiramisú. Porque Chile no tiene una colonia de inmigrantes italianos tan numerosa como nuestro país. Sin embargo, la pizza es una comida global que trasciende latitudes y culturas. Y ése es el fuerte de este restaurante que basa su propuesta en sus numerosas variedades de pizzas, sus tablas de embutidos y fiambres importados de Italia, piadinas, ensaladas y un fenomenal atún de aleta amarilla que tuvimos la suerte de probar al final de la cena.

La primera sorpresa nos la llevamos cuando el mozo nos acercó la carta. Buscábamos el capítulo de las pastas, pero éste brillaba por su ausencia. Y hasta en eso, Tiramisú es sui generis. Solo hay una pasta incluida en una ensalada; por ende se sirve a temperatura ambiente.

La explicación no tardó en llegar. Por razones operativas y dada la cantidad de cubiertos que hacen, se hace imposible servir las pastas como se debe, es decir al dente. De lo contrario habría que caer en el estilo Kansas, donde la pasta se recocina en una olla gigante y se termina en el microondas. Más de un millar de comensales largos por día avalan esta decisión que hace primar la calidad de lo que se lleva a la mesa.

Frente a esta alternativa, en Tiramisú optaron por armar la base del menú en las pizzas. Las hay tradicionales, de mozzarella de búfala o de fior di latte (de leche de vaca), tres opciones de burrata, cuatro rosse (como la clásica marinara de tomate y ajo, nuestra "pizza de cancha"), tres bianche (la mergellina lleva tomate, jamón, mozzarella y champiñones), y también calzoni, focaccia y fugazza. Además de las famosas piadine romagnole.

Comenzamos la comida con una degustación de salumi, formaggi y prosciutto di Parma. Como es sabido, en Chile no han tenido limitaciones a la exportación, de manera que en Tiramisú, los embutidos, quesos, jamones, aceite de oliva y demás insumos son importados desde Italia.

Y la burrata, de excepcional calidad, estaba acompañada por jamón crudo italiano, aceitunas verdes y negras, hojas de albahaca y tomates cherries.

TIRAMISÚ ES EL RESTAURANTE MÁS CONCURRIDO DE SANTIAGO DE CHILE. UN MENÚ SIMPLE, TANTO COMO LO ES LA COCINA ITALIANA Y CON LAS PIZZAS EN UN LUGAR PROTAGÓNICO.

Luego fue el turno de las pizzas, entre las cuales descollaba la de rúcula, prosciutto di Parma y queso Parmigiano Reggiano. Nunca viene mal una Margherita, claro está.

Un plato estrella de la casa resultó el atún de aleta amarilla, apenas sellado, con guarnición de verduras grilladas, bien mediterráneo en su concepción.

Imposible irse del popular restaurante santiaguino, sin probar el postre que le da nombre, un tiramisú en el que los ingredientes son los que deben ser, verdadero mascarpone y café de primera.

Hay tragos, aperitivos y vinos (Lambrusco, Prosecco y diversas etiquetas italianas). La carta contiene amplia variedad de cepas chilenas, y hasta el Malbec Punto Final, de la Bodega Renacer, instalada en Mendoza y de capitales chilenos.

No se podía culminar la velada sin pasar por una de las barras, donde preparan con minuciosidad los baristas de Tiramisú. El café Segafredo nos deparó un ristretto como los que se beben en la propia Italia.

Sorprende lo expeditivo del servicio, aún en los momentos de mayor concurrencia (que en realidad son todos). Y nobleza obliga, hay que decir que si bien no somos demasiado afectos a las grandes concentraciones de comensales, en Tiramisú pareciera que están atendiendo a 20 personas y no a 500 en forma simultánea.

La relación precio calidad está en su punto exacto. Una comida para dos personas, puede rondar los 600 pesos argentinos. Lo que se dice una bicoca.

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