Ho visto Maradona

San Paolo: catedral de la pizza napoletana

Viernes, 8 de abril de 2016

Maurizio de Rosa ataca de nuevo. Instalado en Buenos Aires entre sus viajes a Nueva York y Tokio, abrió San Paolo, un homenaje al estadio donde Maradona deslumbró a los italianos, y también a la vera pizza napoletana.


San Paolo- Uriarte 1616 - Teléfono 4831-9181. Abierto de lunes a viernes mediodía y noche, sábado noche. Pago en efectivo.

Tipo de Cocina: Italiana, Pizzería

Barrio: Palermo Soho

Precios: $$


Conocimos a Maurizio De Rosa hace un tiempo, cuando visitábamos Partenope, su pizzería de la Zona Norte. Venía con su bagaje de conocimientos gastronómicos a cuestas, dueño de Prova en Nueva York (ya vendió su parte en la sociedad para poder instalarse en Buenos Aires) y de Nakazawa, uno de los restaurantes japoneses con especialidad en sushi más conocidos y valorados de la Gran Manzana.

Vaya a saber por qué motivos eligió radicarse en nuestra ciudad, aunque mantiene intactas sus raíces con su patria de origen y Nueva York. Entre varios proyectos, con mucha rapidez logró concretar el segundo de ellos entre nosotros, San Paolo.

En un local donde funcionara un restaurante italiano, Appasionato, abrió en tiempo récord este templo de la vera pizza napoletana. Es un homenaje también a otro templo, el mismo en el que deslumbrara en sus mejores tiempos de jugador Diego Armando Maradona. Lamberto, un cuocco napolitano amigo de Maurizio, se encarga de la pizza frita, las pastas y los fritti misti.

La novedad es que en San Paolo, Maurizio está acompañado como socio por Dante Liporace, a quien es ciertamente raro verlo en un emprendimiento tan clásico y de menor exigencia creativa que Tarquino. Conociéndolo como lo conocemos, no tardarán en aparecer por aquí algunas sorpresas con forma redonda.

Hay que decir que la autenticidad de la propuesta es lo importante y significativo en San Paolo, pero no lo es menos la relación precio calidad, que podemos asegurar que resulta imbatible en este tipo de negocio gastronómico.

El horno pizzero funciona de noche, pero al mediodía se puede optar por un increíble menú de tres pasos a solo $ 150 (valores de abril de 2016), que puede incluir entrada, pasta del día u otro principal y postre. Por ejemplo, zucchini alla scapece marinados con vinagre, ajo y menta; lasagna napoletana y babá al Rhum.

Por la noche, hay también un menú que vale $ 200 e incluye frito misto, una pizza por persona y postre. El fritto misto incluye arancini siciliani, scogliozzi di polenta y croquetas de papa. A la carta, para comenzar hay ensalada caprese para compartir, ensaladas (preguntar) y zucchini alla scapece.

Los principales son parmigiana di melanzane (berenjenas), sformatto de tagliatelle (bechamel, arvejas, jamón cocido) y lasagna di Carnevale (con ricota, chorizo y albóndigas).

SAN PAOLO ES UNA NUEVA OPCIÓN PARA PROBAR LAS AUTÉNTICAS PIZZAS NAPOLITANAS, ADEMÁS DE ALGUNOS PLATOS TÍPICOS DEL SUR DE ITALIA. Y CON PRECIOS IMBATIBLES.  

Pero sin dudas, la gran atracción son las pizzas, agrupadas en clásicas y modernas. Entre las primeras, no falta la mastunicola, tan antigua como que es anterior a que el tomate llegara a Europa desde las Américas, hecha con grasa de cerdo, provolone y albahaca. La Marinara es otro clásico del sur, a base de tomates pelados, ajo, orégano y albahaca. La Margherita es, como todos sabemos, la más representativa de Napoli. Y la Romana, le incorpora anchoas. Maurizio, a propósito, suele utilizar collatura di alici, un condimento originario de Cetara, en la misma región de Campania que Napoli.

El calzone sale aquí con ricota, jamón cocido, mozzarella ahumada y tomates pelados. El frito incorpora ricota, salame y mozzarella.

Y las modernas, donde estimamos que Dante meterá mano muy pronto, son menos tradicionales pero igualmente tentadoras. La Aquilana viene con ricota, queso Reggianito y zucchini fritos; la Diavola, por su parte, lleva cherries, salame, provolone y peperoncino.

Para el final, además de babá, tienen torta caprese, helado de turrón y sorbetto de albahaca y limón, o duraznos al vino blanco.

Sirven cerveza tirada y varias artesanales. Y una carta de vinos que, cuando la situación lo permite, tendrá novedades de la madre Italia.

No hay secretos en San Paolo. Productos de primera calidad que Maurizio busca y encuentra (se utilizan solo tomates italianos, por ejemplo), técnicas clásicas y modernas, pero por sobre todo honestidad en la propuesta, son los pilares de esta nueva manera de entender la pizza en Buenos Aires. 

Más de Restaurantes
Così mi Piace, así me gusta, así nos gusta
Restaurantes

Così mi Piace, así me gusta, así nos gusta

Hay pizzas y pizzas. Buenos Aires ofrece hoy diversas versiones que nos sorprenden a veces por la escasa o nula difusión que han tenido entre nosotros. Uno de esos casos es el de la variedad romana, finita, seca, crujiente y con ingredientes de calidad, algunos de ellos italianos. Es la que ofrece Così mi Piace, junto a varias opciones de pasta al dente.
Un speakeasy de carnes en Recoleta
Restaurantes

Un speakeasy de carnes en Recoleta

Casi como si se tratara de un speakeasy, Rufino se descubre en el subsuelo del hotel boutique Mío Buenos Aires, de Recoleta. El restaurante se inauguró a mediados del 2018 y, por suerte, han logrado superar la pandemia que les pegó doble (ya que no disponen de espacios al aire libre excepto un diminuto patio al fondo del salón. El leit motiv es la carne argentina, llevada aquí a niveles de calidad y sofisticación bien entendida, que potencian la propuesta.
L'Atelier vuela alto
Restaurantes

L'Atelier vuela alto

El caso de la cocina francesa en Buenos Aires es digno de estudio. No contamos con demasiados exponentes de calidad, siempre ha tenido una mala e injusta fama de ser muy costosa y, para colmo de males, sufrió un vacío importante con el cierre de La Bourgogne. Por suerte nos quedan los bistrós y, entre ellos, sin dudas que L'Atelier va a la vanguardia por su excelente relación precio calidad. Un lujo que podemos darnos, para comer como si estuviéramos en París o cualquier otra ciudad de Francia. Un gran trabajo de Verónica Morello y Charly Forbes.