Nuevos vientos soplan en Patio #378, el restaurante del Novotel de la Avenida Corrientes. Se incorporó el chef Mauro Campos y la carta sigue ensamblando a la perfección los productos locales con un toque francés.
Cambió el chef (Javier Marrone pasó a The Brick Kitchen, de la misma cadena), pero el Novotel de la Avenida Corrientes mantiene su espíritu de cocina abierta “hasta tarde” para después del teatro y su estilo francés, que abunda en los productos locales y el toque personal del nuevo jefe de brigada; Mauro Campos.
El esta época del año, Patio #378 tiene un plus que no es para desdeñar: lo posibilidad de comer afuera, con la vista de la piscina y el jardín vertical, una especie de oasis entre el cemento de la ciudad. Adentro, el ambiente conjuga modernismo y originalidad en el salón principal (pararse en la recepción y comprobar las extrañas figuras en forma de ilusión óptica, en color verde, que se aparecen a nuestra vista).
A la hora del almuerzo, Patio #378 ofrece menús ejecutivos con opciones a discreción del copioso buffet, y con la posibilidad de agregar un plato principal, con valores de $ 235 y $ 260, respectivamente. Incluyen una bebida sin alcohol o copa de vino, más café espresso. En caso de optarse por los platos de la carta, que son los disponibles para la cena, habrá que pagar servicio de mesa ($ 15). Todos los valores son a febrero de 2016.
Las opciones están identificadas con nombres originales, graciosos, con “gancho”. Es un sello distintivo de Patio, que invita a leer las descripciones como un divertimento más.
Bien afrancesado, el entrante “Edipo”, que no es otra cosa que la clásica y siempre apetitosa soupe à l’oignon. “La Otra Orilla” son galettes de centeno con crema ácida de eneldo, salmón ahumado y caviar negro. “La Tempestad”, nada menos que pulpo español marinado en mostaza antigua, con crudités de apio y shot de gazpacho. Y también la ensalada “Malvaloca”, que lleva hojas verdes, endivias, salmón ahumado, palta, maní tostado y vinagreta.
PATIO #378 ES UN OASIS DONDE COMER EN PLENO CENTRO DE BUENOS AIRES. EXCELENTE PROPUESTA POR SU RELACIÓN PRECIO CALIDAD, DE LA MANO DEL CHEF MAURO CAMPOS.
Ya entre los principales, sorprende la “Sirena Varada”, lomo de trucha patagónica envuelta en panceta, con tapenade, espinaca y crema trufada de papas, limón y naranja. “La Fiera, el Rayo y la Piedra”, es un curioso nombre para denominar a un entrecôte de novillo con salteado de hongos y echalotes, más provoleta de cabra y chimichurri.
“El Lobo ha Vuelto” llega a modo de costillas de cordero asadas con papines norteños, panceta, habas, caviar de berenjenas y sabayón de salvia. Y “Anticristo”, es un bife de chorizo argentino con gratín dauphinoise y salsa de pimientos ahumados. Otra opción es “Vidas Cruzadas”: risotto de mar, con langostinos al lemon grass, con mejillones y vieiras.
Para “La Despedida”, vale probar “A Media Luz los Tres”, que es un cremoso de chocolate con leche y cardamomo, marquise y sopa de chocolate blanco y lavanda. O “Amores y Amoríos”, curd de limón y chocolate blanco sobre sopa de frutos rojos y albahaca. También hay helados, que se presentan como “Bajo Cero”, seis unidades a elección.
Durante el día, hay sándwiches y picoteos, además de un Menú Teatro, para la salida de los espectáculos (consultar) que se sirve hasta la 1 de la madrugada.
Patio #378 también tiene una barra con tragos clásicos y de autor, con happy hour de 19 a 21, con precios especiales para socios del Club Patio.
El gran mérito del chef Mauro Campos es haber mantenido la esencia del lugar, a lo que le ha otorgado su impronta personal a los platos. Patio es altamente recomendable por su relación precio calidad.
El Alvear Grill nació el 16 de julio de 2018 para reemplazar nada menos que a La Bourgogne, que apagó sus fuegos tras la cena de la Revolución Francesa, dos días antes y luego de una larga trayectoria en ese lugar. Es uno de los espacios históricos y más elegantes de la gastronomía porteña, ubicado dentro del Alvear Palace Hotel. Hoy el restaurante aparece renovado, a través de la incorporación del chef Leandro Di Mare y de la gerente de AA&BB, Gabriela Troncoso. Su propuesta conlleva una dualidad positiva: las carnes argentinas y una cocina de elaboración puntillosa y creativa.
Pocos días después de su apertura, Kuro Kuma ("Oso Negro" en japonés) aparece poblado de comensales en una fría noche de miércoles. Se trata de uno de los espacios más llamativos de VíaViva, el pasaje debajo del viaducto del tren a Tigre, que nace en la calle Juramento, en la entrada al Barrio Chino. La propuesta es de cocina asiática, garantizada por la sapiencia de Oscar Lin, propietario y chef de Síntesis Tapas Asiáticas, en Palermo. Para quienes prefieren la comodidad de un salón cómodo y climatizado, antes que la comida callejera al paso, sin dudas éste es el lugar a elegir.
En los confines de Villa Urquiza, Bonario es un nuevo pequeño restaurante ubicado en una estratégica esquina del barrio, sobre la Avenida Congreso. Su propuesta -creada por el chef Sebastián Iraola-, se basa primordialmente en la cocina mediterránea, con platos simples, ricos y abundantes. Está abierto todo el día y funciona además como cafetería.
