Un Riesling para Las PerdicesJueves, 22 de febrero de 2018Poco presente en las mesas argentinas, la variedad Riesling -que tiene su cuna en el valle del Rin- cuenta ahora con una nueva exponente gracias a la innovación permanente de Viña Las Perdices.
Algunos consideran que es "la uva perfecta del Rin" donde está la cuna de la variedad. Como pasa generalmente, los orígenes de cualquier cosa de la que se trate están sometidos a la duda. Sin embargo, en el caso de la uva Riesling, la versión más fidedigna indica que fue introducida en el Siglo IX en la zona de Rheinghau.
Habría sido por el año 843 cuando Louis II el Germano hizo plantar la variedad sobre las costas del río Rin. La uva tomó pronto el nombre de Riesling (pronúnciese Risling) como derivación del vocablo riesen que significa "verter" en alemán.
La Riesling se encuentra entre las que podríamos denominar "uvas de culto". Según estudios recientes provendría de un cruce de Traminer con una vid silvestre alemana, originaria del valle del Rin.
El bouquet depende de las condiciones climáticas y de los suelos de los que proviene, ya que capta los elementos minerales y luego los exhibe en el vino. En climas cálidos, tiene un cuerpo más contundente y desarrolla notas de piña, pera, durazno, ciruela blanca y flores.
En un clima más fresco, muestra un cuerpo ligero y su legendario equilibrio entre dulzura, acidez y perfume.
Da como resultado un vino de cuerpo liviano, bien equilibrado, aromático, elegante, pero al mismo tiempo con estructura. Esta variedad tiene una rica acidez natural, que permite una buena conservación a través de los años, expresivas notas cítricas, ideales para cortar las grasas de las comidas más pesadas. Por ejemplo, el Riesling combina exitosamente con carne de cerdo o ternera, platos fritos o sopas cremosas.
Juan Carlos Muñoz y Fernando Losilla, responsables del estilo enológico de Viña Las Perdices, elaboran vinos de alta calidad con el objetivo de presentar productos de innovación.
La bodega ha mantenido desde su nacimiento un constante desarrollo de variedades originales y poco difundidas y se caracteriza, entre otras cosas, por la diversidad de vinos blancos. Bajo este concepto, la bodega creó la marca paraguas Exploración que busca descubrir tanto regiones vitivinícolas como variedades poco usuales y métodos de vinificación poco tradicionales.
A Exploración la integran cuatro líneas de vinos, una de ellas está compuesta por varietales blancos no tradicionales de pequeña y limitada producción como el Albariño y este nuevo lanzamiento de Riesling.
Exploración también está integrada por Malbec Ice, con un método de elaboración no tradicional; Ala Colorada, integrada por variedades tintas no tradicionales, y Exploración Geográfica, donde Viña Las Perdices experimenta en terruños fuera de Agrelo. Esta nueva línea se presentará al mercado durante 2018.
"Al elaborar un Riesling, el desafío es exponer las notas de frutas y la acidez refrescante de la variedad. Es por eso que el trabajo en la viña y sus condiciones son tan importantes. El Riesling se hace en el viñedo", comenta el ingeniero Juan Carlos Muñoz.
La composición varietal es 100% Riesling, de Agrelo, Luján de Cuyo. La crianza se realizó en tanques de acero inoxidable a temperatura controlada, sobre lías finas durante 180 días con removidos semanales, para acrecentar el volumen y la complejidad en boca.
Las notas de cata del enólogo indican que el vino presenta un color amarillo pálido con sutiles tonos verdosos. En nariz, ofrece aromas a flores blancas, lima y manzana, así como notas cítricas y minerales. Es complejo, untuoso en boca, voluminoso y se remarca la acidez característica de la variedad.
Ideal para acompañar todo tipo de pescados y mariscos en sus diferentes presentaciones. También como aperitivo por su correcta acidez que le confiere frescura.
Riesling 2017 de Viña Las Perdices tiene un precio sugerido de $ 320 en vinotecas (a partir del 15/3/2018 entrará en vigencia la nueva lista de precios, esta etiqueta tendrá un valor de $ 346). Los vinos de Viña Las Perdices son comercializados en C.A.B.A., provincia de Buenos Aires y la Patagonia por la Consultora Umami.
Poco presente en las mesas argentinas, la variedad Riesling -que tiene su cuna en el valle del Rin- cuenta ahora con una nueva exponente gracias a la innovación permanente de Viña Las Perdices.
Algunos consideran que es "la uva perfecta del Rin" donde está la cuna de la variedad. Como pasa generalmente, los orígenes de cualquier cosa de la que se trate están sometidos a la duda. Sin embargo, en el caso de la uva Riesling, la versión más fidedigna indica que fue introducida en el Siglo IX en la zona de Rheinghau.
Habría sido por el año 843 cuando Louis II el Germano hizo plantar la variedad sobre las costas del río Rin. La uva tomó pronto el nombre de Riesling (pronúnciese Risling) como derivación del vocablo riesen que significa "verter" en alemán.
La Riesling se encuentra entre las que podríamos denominar "uvas de culto". Según estudios recientes provendría de un cruce de Traminer con una vid silvestre alemana, originaria del valle del Rin.
El bouquet depende de las condiciones climáticas y de los suelos de los que proviene, ya que capta los elementos minerales y luego los exhibe en el vino. En climas cálidos, tiene un cuerpo más contundente y desarrolla notas de piña, pera, durazno, ciruela blanca y flores.
En un clima más fresco, muestra un cuerpo ligero y su legendario equilibrio entre dulzura, acidez y perfume.
Da como resultado un vino de cuerpo liviano, bien equilibrado, aromático, elegante, pero al mismo tiempo con estructura. Esta variedad tiene una rica acidez natural, que permite una buena conservación a través de los años, expresivas notas cítricas, ideales para cortar las grasas de las comidas más pesadas. Por ejemplo, el Riesling combina exitosamente con carne de cerdo o ternera, platos fritos o sopas cremosas.
Juan Carlos Muñoz y Fernando Losilla, responsables del estilo enológico de Viña Las Perdices, elaboran vinos de alta calidad con el objetivo de presentar productos de innovación.
La bodega ha mantenido desde su nacimiento un constante desarrollo de variedades originales y poco difundidas y se caracteriza, entre otras cosas, por la diversidad de vinos blancos. Bajo este concepto, la bodega creó la marca paraguas Exploración que busca descubrir tanto regiones vitivinícolas como variedades poco usuales y métodos de vinificación poco tradicionales.
A Exploración la integran cuatro líneas de vinos, una de ellas está compuesta por varietales blancos no tradicionales de pequeña y limitada producción como el Albariño y este nuevo lanzamiento de Riesling.
Exploración también está integrada por Malbec Ice, con un método de elaboración no tradicional; Ala Colorada, integrada por variedades tintas no tradicionales, y Exploración Geográfica, donde Viña Las Perdices experimenta en terruños fuera de Agrelo. Esta nueva línea se presentará al mercado durante 2018.
"Al elaborar un Riesling, el desafío es exponer las notas de frutas y la acidez refrescante de la variedad. Es por eso que el trabajo en la viña y sus condiciones son tan importantes. El Riesling se hace en el viñedo", comenta el ingeniero Juan Carlos Muñoz.
La composición varietal es 100% Riesling, de Agrelo, Luján de Cuyo. La crianza se realizó en tanques de acero inoxidable a temperatura controlada, sobre lías finas durante 180 días con removidos semanales, para acrecentar el volumen y la complejidad en boca.
Las notas de cata del enólogo indican que el vino presenta un color amarillo pálido con sutiles tonos verdosos. En nariz, ofrece aromas a flores blancas, lima y manzana, así como notas cítricas y minerales. Es complejo, untuoso en boca, voluminoso y se remarca la acidez característica de la variedad.
Ideal para acompañar todo tipo de pescados y mariscos en sus diferentes presentaciones. También como aperitivo por su correcta acidez que le confiere frescura.
Riesling 2017 de Viña Las Perdices tiene un precio sugerido de $ 320 en vinotecas (a partir del 15/3/2018 entrará en vigencia la nueva lista de precios, esta etiqueta tendrá un valor de $ 346). Los vinos de Viña Las Perdices son comercializados en C.A.B.A., provincia de Buenos Aires y la Patagonia por la Consultora Umami.