No subestimen a San Juan

Hace unos tres años atrás, siempre por gestión del colega y amigo Adrián Alonso, tuvimos la oportunidad de visitar el Valle de Pedernal, un terruño que nos deslumbró a tal punto de definirlo como una especie de "Cafayate sanjuanino".

En aquel momento, el entonces gobernador José Luis Gioja, señaló su disgusto por el hecho de que gran parte las uvas de elevada calidad de este lugar van a Mendoza y se elaboran allí sin mencionar siquiera su origen.

Y ni hablar de que en el Pedernal no hay bodegas establecidas; solo viñedos de los que se proveen de uvas de excelsa calidad las principales empresas del sector. Este es tan solo un ejemplo de todo lo bueno que tiene San Juan para darle a la industria vitivinícola.

Por eso fuimos con gran expectativa a participar de la 21º edición de EVISAN, la evaluación de la añada de San Juan. No se trata de un concurso, sino que el propósito es evaluar las cosechas mediante el análisis sensorial.

San Juan es la segunda provincia vitivinícola de la Argentina por tradición y magnitud. En sus valles, concentra el 22% de la superficie total de vid implantada, casi 49.000 hectáreas. De ellas, el 78% se utiliza para la elaboración de vinos y el resto para la venta de uva de mesa, pasas y otros usos.

Las variedades de uva que se encuentran reconocidas internacionalmente y que se cultivan en la provincia, son Malbec, Syrah, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Tannat, Bonarda, Chardonnay, Sauvignon Blanc y Viognier, principalmente.

Respecto a la calificación de la añada 2017, fue determinada con confianza estadística, por el Sistema de Información Web de Evaluación de Vinos, luego de haberse procesado "los datos obtenidos como resultado del trabajo comprometido y responsable de un panel de evaluadores entrenados, durante las jornadas de catas técnicas realizadas dentro de un marco científico".

En el caso de la vista se miden matiz e intensidad de color. En el olfato, intensidad, persistencia y agradabilidad. Finalmente, con el sentido del gusto se determinan el principio, el medio y el final de boca. En la entrada de boca se evalúa la agradabilidad, en media boca, el cuerpo y las caudalías y en el final de boca el amargo, la astringencia (en el caso de los tintos) y el balance acidez, alcohol, azúcar en blancos, y acidez, alcohol y taninos en los tintos.

Por último, la ficha contempla la evaluación del retrogusto en sus aspectos de agradabilidad y persistencia. Todo esto se suma al perfil sensorial global para cada muestra donde se evalúan: apreciación visual, balance aromático, balance en boca, armonía, apreciación global y defectos.

La cosecha 2017 de uvas para vinificación, se dijo, "fue escasa por una fuerte merma en la producción, pero la elaboración se llevó a cabo con materia prima en general de muy buena sanidad y completa madurez; los mostos tuvieron fermentaciones normales y las prácticas enológicas surtieron los efectos buscados".

Otro aspecto a considerar es que los viñedos de la provincia de San Juan, en los últimos años, usualmente no tuvieron aportes de tratamientos fitosanitarios, por lo que prácticamente se han convertido en producciones orgánicas, lo que en un futuro cercano podría potenciarse como un valor agregado. Tómese nota de esto porque no debe pasar inadvertido.

En cuanto a las muestras degustadas en el marco de Evisan 2017, en general "fueron de una calidad muy buena, en algunos casos excelente; sorprendieron por sus bondades algunas muestras de vinos básicos o genéricos, por lo general blancos. También sobresalieron todos los vinos elaborados con uvas provenientes del Valle de Pedernal, así como también algunas muestras provenientes del Valle de Calingasta, que contaban con gran concentración y excelente color, además de muy intensos y armónicos en nariz y en boca".

Las 10 muestras que llegaron a la final, fueron explicadas por otros tantos enólogos que trabajan en la provincia. No se dieron a conocer cuáles eran los vinos, por cuanto -como se dijo- EVISAN no es un concurso sino una evaluación sensorial. Los organizadores lo comunican luego a los finalistas.

Mientras degustábamos algunas de las especialidades sanjuaninas preparadas por los integrantes de la Tecnicatura Universitaria en Gestión Gastronómica de la UCCuyo (punta de espalda a las brasas y a las llamas, tomaticán al disco, semitas con chicharrón con pata de ajo y aceitunas, pasteles de queso y canela, charquicán con Syrah sanjuanino, dulces regionales), en los corrillos uno de los temas de conversación era la importación de vinos desde Chile, que tanto preocupa a los viticultores locales.

EVISAN, tradicionalmente organizada por la Universidad Católica de Cuyo con el apoyo del gobierno de San Juan, contó este año con 97 muestras de 27 bodegas. La intención es que este número se incremente en el futuro. La conclusión que sacamos es que la provincia debe dejar de subestimarse a sí misma. Solo de esta manera lo van a considerar como lo que es: mucho más que blancos y vinos de regular calidad.

Aprovechando el viaje a San Juan, visitamos las bodegas La Guarda y Merced del Estero. En la primera, ubicada en Trinidad, uno de los barrios de la capital, el enólogo Fabricio Ferrandiz nos permitió probar algunas de las etiquetas que tienen en el mercado, principalmente los de la línea El Guardado.

También estaban presentes los enólogos Carlos Carbajo y Juan Camuñas, que pertenecen al grupo "Vinos de Autor", quienes nos hicieron probar algunas de sus creaciones.

Merced del Estero está ubicada en Zonda, distrito de Rivadavia, al oeste de la capital. Elaboran vinos con la marca Mil Vientos línea Joven y Mil Vientos Criado en Barrica, así como Merced del Estero Gran Corte.

Así nos recibió la provincia, con la calidez de su gente y la calidad de sus vinos. Y como bien  dice un sanjuanino de ley, Ronald Falcón, nada más alejado de la realidad eso de que San Juan es el patio trasero de Mendoza.