Fondo de Olla sigue desnudando la falsedad de muchos mitos de la gastronomía y la alimentación. Hay fundamentos científicos que avalan que desde el punto de vista nutricional y de la salud, la única diferencia entre la sal marina, la de roca y la común es que las dos primeras son mucho más caras que la tercera.
Una reciente investigación realizada en el Reino Unido informa que, a pesar de que se las presenta como “productos naturales y más sanos”, la sal de roca y la marina tienen exactamente la misma composición química que la sal común de mesa. La investigación, que estuvo a cargo de la revista “Which” y la Organización de Apoyo al Consumidor británica, no encontró diferencias entre el producto común y varias costosas marcas de sal de roca y marina. Un dato que fue común es que muchos consumidores del Reino Unido consumen demasiada sal, que excede ampliamente los seis gramos diarios recomendados. Esta publicación británica está dirigida a grupos de apoyo al consumidor y realizó un sondeo entre 1.356 personas, encontrando que uno de cada tres pensaban que la sal marina y la de roca eran productos más sanos que la sal de mesa común. Es sabido que el alto consumo de sal se convierte en un factor de riesgo a través de la hipertensión, la cual puede conducir al infarto y a enfermedades cerebrovasculares.
Se cree erróneamente que la sal marina o de roca, al ser productos naturales, no son dañinos o que contienen sustancias beneficiosas para la salud, comparadas con la sal común que ha sido procesada. Con el fin de confirmar estas investigaciones, el estudio de marras analizó el contenido químico de varias marcas gastronómicas de sal marina y de roca, y las comparó con la común de mesa. Encontraron que todas contienen 100% de cloruro de sodio y son igualmente perjudiciales para la salud, si se las consume en altas cantidades. Un hecho muy significativo es el que se observa en algunas personas que, antes de probar siquiera la comida, le agregan sal “por las dudas”. Se trata de una nefasta mala costumbre que con el correr de los años puede alcanzar consecuencias desagradables para la salud. No obstante, desde el punto de vista gastronómico, existen notorias diferencias sobre los distintos tipos de sales que se utilizan para sazonar las comidas. Pero no es lógico que se pretenda disimular su uso en supuestas ventajas para la salud. La realidad indica que, como ocurre con otros productos, el vino sin ir más lejos, todo es cuestión de medida. Cualquier exceso resulta contraproducente y mucho más con un elemento tan gravitante como la sal para el organismo humano.