Más de lo mismo: ¿son ineptos o lo hacen a propósito?Martes, 8 de abril de 2025Lo dijimos hace exactamente tres días antes de la Gala de Michelin Argentina. Y vale decir que somos adivinos, sino realistas. Todo el supuesto prestigio de la guía de la empresa de cubiertas francesa, se acabó tan pronto llegó a la Argentina. Es una farsa como los 50° Best, si hasta comparten el conductor de la premiación: Iván de Pineda. Lo que nos lleva a pensar que los inspectores serán anónimos, pero que también ineptos o pasan cosas raras, una de dos.
Si quieren llámenlo periodismo de anticipación. Pero no lo es, sino que nuestra nota publicada el viernes pasado sobre la premiación de la Guía Michelin Argentina 2024 adelantaba lo que surgía de un análisis simple y concreto: https://www.fondodeolla.com/nota/19584-el-que-se-quema-con-leche-ve-una-vaca-y-llora/
Lo único en lo que vale la pena coincidir, es que las 2 Estrellas de Aramburu (@arambururesto) están plenamente justificadas desde todo punto de vista. Es un reconocimiento al esfuerzo y el talento de un chef que hizo todo a pulmón, que no necesitó de ningún lobby y que se ha ganado todo nuestro respeto: https://www.fondodeolla.com/nota/19555-super-aramburu/
Y que se haya premiado a Crizia con 1 Estrella, también se nos ocurre muy razonable (aunque hace mucho que no vamos). Luego, de Mendoza no vamos a decir nada porque las uvas se caen de maduras. No es casualidad que la gala de premiación se haya hecho en una bodega de la provincia.
Claro que de ahí a aceptar que Mendoza tenga seis restaurantes "estrellados" y Buenos Aires solo cuatro, es lo mismo que nosotros aseguremos que en CABA elaboramos mejores vinos que en la principal provincia vitivinícola del país. Ridículamente obsceno.
Un colega que no sabemos qué puede acreditar para ser un comunicador fuera del área de los vinos, nos acusó de ser porteños centralistas. Y que tener más restaurantes no significa que sean mejores. La diferencia entre CABA y Mendoza es de una proporción de 50 a 1, tal vez nos quedemos cortos. Parece que de los 50 no sirve casi ninguno.
Lo que pasa es que algunos mendocinos se creen ser el ombligo del mundo. Centralismo del interior, puede ser sin dudas.
Por otra parte, muchos de nuestros colegas son cómplices de esta farsa solo para que los inviten y les paguen los gastos adonde se entreguen las estrellas y las recomendaciones.
Hablando de recomendaciones, una vez más lugares descartables (y nuestros lectores ya a quiénes nos referimos), siguen conviviendo en una lista en la que están, por ejemplo, Roux, Mercado de Liniers, 4ta Pared, Sál, Osaka Concepción Arenal, Casa Cavia, entre otros, solo por nombrar a algunos. La Brigada sigue brillando por su ausencia.
Qué bueno sería que nos informaran sobre la totalidad de lugares visitados, para saber a cuáles descartaron y por qué razones. Qué bien hicieron algunos chefs que no viajaron a Mendoza, porque tenían cosas más importantes que hacer.
La herencia dejada por el incompetente Matías Lammens, exministro de Turismo de la Nación, que prometió una revolución Michelin en la Argentina, se acaba en 2025 porque el contrato fue por tres años y a un costo, según él mismo informó en su momento, a razón de 600.000 euros por cada uno de esos años. Lo que pagó Mendoza lo desconocemos. Pero uno se imagina.
Por último, qué mal escritas están las conclusiones que se pueden leer en la web de la Guía Michelin Argentina. La prosa es pobre y denota una total falta de profesionalismo. No aporta nada más que información banal y superflua.
Hasta acá llegamos, no hay que darle al pito más de lo que el pito vale. Ponemos fondo negro en la portada de esta nota, porque en Fondo de Olla © creemos que la Guía Michelin, al igual que los 50° Best Restaurants, le hacen mucho daño a la gastronomía argentina.
Lo dijimos hace exactamente tres días antes de la Gala de Michelin Argentina. Y vale decir que somos adivinos, sino realistas. Todo el supuesto prestigio de la guía de la empresa de cubiertas francesa, se acabó tan pronto llegó a la Argentina. Es una farsa como los 50° Best, si hasta comparten el conductor de la premiación: Iván de Pineda. Lo que nos lleva a pensar que los inspectores serán anónimos, pero que también ineptos o pasan cosas raras, una de dos.
Si quieren llámenlo periodismo de anticipación. Pero no lo es, sino que nuestra nota publicada el viernes pasado sobre la premiación de la Guía Michelin Argentina 2024 adelantaba lo que surgía de un análisis simple y concreto: https://www.fondodeolla.com/nota/19584-el-que-se-quema-con-leche-ve-una-vaca-y-llora/
Lo único en lo que vale la pena coincidir, es que las 2 Estrellas de Aramburu (@arambururesto) están plenamente justificadas desde todo punto de vista. Es un reconocimiento al esfuerzo y el talento de un chef que hizo todo a pulmón, que no necesitó de ningún lobby y que se ha ganado todo nuestro respeto: https://www.fondodeolla.com/nota/19555-super-aramburu/
Y que se haya premiado a Crizia con 1 Estrella, también se nos ocurre muy razonable (aunque hace mucho que no vamos). Luego, de Mendoza no vamos a decir nada porque las uvas se caen de maduras. No es casualidad que la gala de premiación se haya hecho en una bodega de la provincia.
Claro que de ahí a aceptar que Mendoza tenga seis restaurantes "estrellados" y Buenos Aires solo cuatro, es lo mismo que nosotros aseguremos que en CABA elaboramos mejores vinos que en la principal provincia vitivinícola del país. Ridículamente obsceno.
Un colega que no sabemos qué puede acreditar para ser un comunicador fuera del área de los vinos, nos acusó de ser porteños centralistas. Y que tener más restaurantes no significa que sean mejores. La diferencia entre CABA y Mendoza es de una proporción de 50 a 1, tal vez nos quedemos cortos. Parece que de los 50 no sirve casi ninguno.
Lo que pasa es que algunos mendocinos se creen ser el ombligo del mundo. Centralismo del interior, puede ser sin dudas.
Por otra parte, muchos de nuestros colegas son cómplices de esta farsa solo para que los inviten y les paguen los gastos adonde se entreguen las estrellas y las recomendaciones.
Hablando de recomendaciones, una vez más lugares descartables (y nuestros lectores ya a quiénes nos referimos), siguen conviviendo en una lista en la que están, por ejemplo, Roux, Mercado de Liniers, 4ta Pared, Sál, Osaka Concepción Arenal, Casa Cavia, entre otros, solo por nombrar a algunos. La Brigada sigue brillando por su ausencia.
Qué bueno sería que nos informaran sobre la totalidad de lugares visitados, para saber a cuáles descartaron y por qué razones. Qué bien hicieron algunos chefs que no viajaron a Mendoza, porque tenían cosas más importantes que hacer.
La herencia dejada por el incompetente Matías Lammens, exministro de Turismo de la Nación, que prometió una revolución Michelin en la Argentina, se acaba en 2025 porque el contrato fue por tres años y a un costo, según él mismo informó en su momento, a razón de 600.000 euros por cada uno de esos años. Lo que pagó Mendoza lo desconocemos. Pero uno se imagina.
Por último, qué mal escritas están las conclusiones que se pueden leer en la web de la Guía Michelin Argentina. La prosa es pobre y denota una total falta de profesionalismo. No aporta nada más que información banal y superflua.
Hasta acá llegamos, no hay que darle al pito más de lo que el pito vale. Ponemos fondo negro en la portada de esta nota, porque en Fondo de Olla © creemos que la Guía Michelin, al igual que los 50° Best Restaurants, le hacen mucho daño a la gastronomía argentina.