De Somos Plata a Emplatame. Lo poco de bueno que dejó la pandemia, ha sido un notorio mejoramiento en las propuestas de comidas para delivery. Y un caso paradigmático, es el de Emplatame, una creación del chef Marcos Aldazabal, que desarrolló su estrategia a través de la cocción sous vide.
Marcos Aldazabal ya tenía sus restaurantes "Somos Palta", cuando lo sorprendió la pandemia. Corría el año 2020 y la única forma de sobrevivir que encontraron los gastronómicos, fue desarrollar un sistema de delivery que, hasta los restaurantes de alta cocina, como Aramburu y Mercado de Liniers utilizaron para darle batalla al parate generalizado.
Lo que más sorprendió en ese momento, fue que los cocineros lograran adaptarse a esa necesidad que tenía cara de hereje. Era cuestión de trabajar para no hacer cualquier delivery, sino mejorar ese sistema que, a la sazón, resultó una tabla de salvación para no ahogarse en le peor crisis que debió afrontar la gastronomía.
Hay un público más exigente que el promedio, que exige calidad y al que no se puede darle de comer cualquier cosa porque si piden y nos gusta, no te compran nunca más. Y por cierto que hay un público que necesita de este servicio, porque cada vez hay menos tiempo para cocinar y no a todos les gusta hacerlo.
En esa disyuntiva que planteaba la situación sanitaria, el chef Marcos Aldazabal decidió apostar a una propuesta innovadora. Creó Emplatame, basándose en la comercialización de alimentos listos para cocinar que, en la práctica, significó llevar "Somos Palta", su cadena de restaurantes, a los hogares de sus clientes.
Marcos cuenta que Emplatame desarrolló su estrategia con la técnica de cocción sous vide, para que cada plato tuviera calidad y facilidad de regeneración en la cocina. La idea era llevar la comida de sus locales a la casa de cada cliente, una necesidad imperiosa mientras siguiera haciendo estragos la pandemia.
De tal manera que así nació Emplatame, ofreciendo comidas que entregan envasadas al vacío y que, en pocos minutos, no más de 15, se regeneran en agua hirviendo están que estén listas para degustar.
Aldazabal armó el menú en categorías: carnes y pescados; pastas; tartas y otros; "para acompañar", postres y bebidas. Hemos probado la pechuga al verdeo, la lasaña vegetariana, los purés de papa y de batata, y algunas de las opciones dulces como el brownie y variedad de alfajores. Muestra que sirvió para comprobar la calidad de la propuesta.
Emplatame cuenta con una gran variedad de opciones, que pueden elegirse y ver los precios, desde su tienda online. Entre otros platos destacados, están el salmón en crema de hierbas; ribs de cerdo BBQ; milanesa napolitana; lomo al champiñón y tallarines a la parisiénne, entre otros. El otro factor a tener en cuenta son los precios, muy razonables en todos los rubros.
El hombre es un maestro, solo que para hacer plata. Como cocinero, es del montón. Y no para de llamar la atención con excentricidades como ésta: una milanesa crudeli crudeli. Contradicción pura, el chef que quema todo, acá te encaja una milanga que da asco de solo verla. Y los periodistas obsecuentes aplauden, como siempre. En tanto que los comensales ingenuos creen que están disfrutando de la obra de un genio.
En La Brasserie Petanque, la Revolución Francesa se festeja con todo. Este año, el sábado 12, el domingo 13 y el lunes 14 de julio, habrá un menú especial con vinos de la Bodega Escorihuela Gascón y agua Perrier.
En el barrio de Núñez, a metros de la Avenida Libertador, se encuentra este innovador espacio que se especializa en tres ítems principales: onigiris, sandos y café de especialidad. Un concepto novedoso creado por su dueño, Axel Meunier, junto a la artista Martina Quesada y el chef Segundo Farrell.