Los pastelitos en las fechas patriasLunes, 8 de julio de 2024¿De membrillo o de batata? La eterna y clásica disputa que se produce en cada mesa familiar. Qué tener en cuenta a la hora de comer uno de los típicos dulces patrios.
En el marco del 9 de Julio, Día de la Independencia, afloran como en las demás fechas patrias, ciertas tradiciones culinarias que nos unen como nación. Entre los platos típicos que adornan nuestras mesas en esta fecha tan especial, los pastelitos ocupan un lugar destacado.
Son esas masas hojaldradas rellenas de dulce de membrillo o de batata, un emblema de la repostería criolla. Su origen se remonta a la época colonial, cuando eran preparados en las casas para celebrar las fiestas patrias.
La técnica de hojaldrar la masa, que se realiza mediante el plegado y el uso de grasa, es un legado de las influencias europeas, adaptado con ingredientes locales y el toque personal de los cocineros locales.
Federico Osorio, dueño de Osorio Casa de Comidas, un emprendimiento familiar nacido en el corazón de Recoleta que desarrolla la comida tradicional argentina con la propia visión de su chef.
"Lo distintivo de un buen pastelito, es usar manteca en lugar de margarina para la masa de hojaldre", señala. Y agrega que "la manteca no solo aporta un sabor más rico y auténtico, sino que también permite que la masa adquiera una textura más crujiente y laminada".
La elaboración de los pastelitos es todo un arte. La masa debe ser trabajada con paciencia, estirándola y plegándola repetidas veces para formar las capas características del hojaldre. El relleno, generalmente de dulce de membrillo o de batata, se coloca en el centro de cuadrados de masa que luego se cierran y se fríen hasta obtener ese dorado perfecto.
"El aceite para freír debe estar a una temperatura adecuada, ni muy alta ni muy baja, para que los pastelitos se cocinen de manera uniforme y no absorban demasiado aceite", afirma Osorio.
En cada pastelito, no solo encontramos ese característico sabor dulce, sino también una conexión con nuestras raíces y nuestra historia. Ideales, entonces, para incorporarlos al menú de cada fecha patria.
¿De membrillo o de batata? La eterna y clásica disputa que se produce en cada mesa familiar. Qué tener en cuenta a la hora de comer uno de los típicos dulces patrios.
En el marco del 9 de Julio, Día de la Independencia, afloran como en las demás fechas patrias, ciertas tradiciones culinarias que nos unen como nación. Entre los platos típicos que adornan nuestras mesas en esta fecha tan especial, los pastelitos ocupan un lugar destacado.
Son esas masas hojaldradas rellenas de dulce de membrillo o de batata, un emblema de la repostería criolla. Su origen se remonta a la época colonial, cuando eran preparados en las casas para celebrar las fiestas patrias.
La técnica de hojaldrar la masa, que se realiza mediante el plegado y el uso de grasa, es un legado de las influencias europeas, adaptado con ingredientes locales y el toque personal de los cocineros locales.
Federico Osorio, dueño de Osorio Casa de Comidas, un emprendimiento familiar nacido en el corazón de Recoleta que desarrolla la comida tradicional argentina con la propia visión de su chef.
"Lo distintivo de un buen pastelito, es usar manteca en lugar de margarina para la masa de hojaldre", señala. Y agrega que "la manteca no solo aporta un sabor más rico y auténtico, sino que también permite que la masa adquiera una textura más crujiente y laminada".
La elaboración de los pastelitos es todo un arte. La masa debe ser trabajada con paciencia, estirándola y plegándola repetidas veces para formar las capas características del hojaldre. El relleno, generalmente de dulce de membrillo o de batata, se coloca en el centro de cuadrados de masa que luego se cierran y se fríen hasta obtener ese dorado perfecto.
"El aceite para freír debe estar a una temperatura adecuada, ni muy alta ni muy baja, para que los pastelitos se cocinen de manera uniforme y no absorban demasiado aceite", afirma Osorio.
En cada pastelito, no solo encontramos ese característico sabor dulce, sino también una conexión con nuestras raíces y nuestra historia. Ideales, entonces, para incorporarlos al menú de cada fecha patria.