Editorial

Probás 100 vinos por día y ya no sabés qué estás tomando

Martes, 20 de febrero de 2024

Tim Atkin vuelve al país para llevar adelante su 14ta degustación anual, invitado por Wines of Argentina. Estará entre nosotros hasta el 8 de marzo (llegó el pasado 15 de febrero). En primer lugar, contará solamente los vinos que le pongan enfrente desde la entidad que promueve la marca y la imagen país de los vinos argentinos. En segunda instancia, haciendo un cálculo grosso modo, nos da la friolera de un centenar de vinos por día. O sea, llega un momento en el que ya ni sabés qué estás tomando.

Por: EDITORIAL

Esto sería algo así como la Michelin de los vinos, porque si bien no será el exministro Lammens el que les dé la lista de lugares a visitar, sino Wines of Argentina, vulgarmente conocida como WofA. Al menos, será solo uno el que va a catar y no una caterva de inútiles inspectores seudoinstruidos que pagamos con nuestros impuestos los argentinos. 

Otro punto a favor es que a Tim Atkin le cubrirán sus gastos y honorarios las bodegas que pagan su cuota en WofA, precisamente. Si no pagás esa cuota o directamente no querés hacerlo, tus vinos no existirán para el afamado crítico inglés, salvo algunas pocas pequeñas bodegas que WofA elige como para justificar las injusticias que conlleva su presencia en el país. Igual, aclaran ellas deben pagar una "tarifa diferencial de participación". 

Lo cierto es que las principales bodegas y sus enólogos ya se rasgan las vestiduras, pensando que una buena calificación les permitirá vender mucho más en los siempre complicados mercados internacionales del vino. 

Localmente, nula trascendencia e importancia tendrán esos puntajes, casi igual que los que ponen críticos, periodistas y sommeliers vernáculos, que tienen en tupé de puntuar a los vinos como si fueran palabra santa.  

Lindo curro, sus explicaciones son tan vulgares e insensatas como las reseñas que leemos en la Guía Michelin de los restaurantes argentinos a los que mandaron a calificar. Encima, como la cata no es a ciegas y suelen hacerse en las mismas bodegas, es muy poco probable que si está el enólogo enfrente digan realmente lo que piensan.  

Vamos ahora a detallar, según la historia oficial, cómo será la maratónica e irracional gira del susodicho Tim Atkin

Los primeros cinco días tras su llegada al país, es decir hasta hoy martes 20 de febrero, transcurrirán en Buenos Aires, 2donde se han coordinado degustaciones en privado junto a representantes de más de 50 bodegas de diferentes puntos del país: Jujuy, Salta, Cafayate, Catamarca, La Rioja, Córdoba, Buenos Aires, La Pampa, Neuquén, Río Negro y Chubut". ¿Les dijimos eso no? Que Atkin cata frente a los bodegueros y enólogos.

"Entre los highlights (sic) de su estadía en CABA se reunirá con Andrea Donadio, Delvis Huck y Alma Cabral, quienes se quedaron con el podio del Concurso Mejor Sommelier de la Argentina 2022, entre un total de 35 participantes". 

"De este modo, WofA busca enriquecer la agenda y ofrecer una visión más amplia de la industria, en este caso desde la perspectiva de la sommellerie y de la mano de exponentes femeninas. Esta actividad se enmarca dentro de la iniciativa Women of Argentina orientada a dar visibilidad al rol de las mujeres en el sector". 

"Su viaje continuará en la provincia de Mendoza con un recorrido por más de 40 bodegas y el encuentro con representantes de otras 71, incluyendo San Rafael y San Juan, así como degustaciones junto a diversos grupos de productores locales: Vinodinámicos, Productores Amigos, Productores Independientes de Paraje Altamira (PIPA)". 

"Serán en total más de 1.800 etiquetas que degustará en esta edición, incluyendo también las tradicionales tasting sessions a puertas cerradas. El 60% de las bodegas registradas corresponde a proyectos de pequeña y mediana escala, gracias al trabajo sostenido que viene llevando adelante WofA para favorecer a la categoría mipyme, ofreciendo beneficios y tarifas diferenciales de participación". 

"Esta visita forma parte del cronograma de misiones inversas que integran el plan de acción previsto por WofA para 2024, profundizando el vínculo con líderes de opinión y referentes del mundo del vino a nivel internacional. Un año más, el Vino Argentino tendrá la posibilidad de seguir mostrando su diversidad, dando a conocer nuevas añadas, perfiles y estilos, así como los avances en materia de sostenibilidad que Atkin volcará luego en su reporte, cuyo lanzamiento está previsto para el mes de julio". 

"Su anuario 2023, se convirtió en la edición más extensa hasta el momento sobre la Argentina y marcó un récord de participación, con 2.026 vinos de 379 productores nacionales". 

O sea que esta vez, probará 226 vinos menos que el año pasado. Igualmente, se nos ocurre que es un despropósito total porque nadie en su sano juicio puede aceptar que todos los días le hagan probar y evaluar casi un centenar de vinos. O más, porque no creemos que no tenga algunos momentos de descanso y esparcimiento.

Va de suyo, en consecuencia, que estos gurús son chantas porque viven de poner puntajes que están sometidos al arbitrio de quienes lo contratan. Tanto tenés, tanto valés. Es por ello que Fondo de Olla © no suele publicar, sino muy esporádicamente y en ocasiones que lo justifican medianamente, los puntajes que obtienen las bodegas con sus vinos, tampoco cuando provienen de concursos que muchas veces provocan risa, por no llorar. 

CONCLUSIONES

1- En primer lugar, el protagonismo es de las bodegas, tanto en lo bueno como en lo malo. Lo que opinen los gurús del vino, los comunicadores, los sommeliers, etcétera, tiene importancia secundaria y relativa. 

2- La culpa no la tiene el chancho, sino el que le da comer. No cargamos las tintas sobre Atkin, tampoco sobre sus colegas, porque para ellos es un negocio y, por ende, nunca van a querer quedar mal con quienes les pagan. Aunque no sea ético.

3- Un enólogo nos comentaba hace poco que lo ponen muy mal este tipo de visitas. Pero son las reglas de juego y hay que aceptarlas, porque los dueños así lo exigen. Pero no es justo ni sensato que, por una cata de un tipo que se toma quince minutos en degustar sus vinos, te puedan destruir el trabajo de todo un año. Cuanto menos, provoca mucho estrés innecesario.

4- El rol de la mujer. Basta con esto ya. Hoy tenemos muchas enólogas y en algunos años, serán tantas como sus colegas masculinos. Y entre los sommeliers, ni hablar: ellas son mayoría y, ciertamente, han demostrado ser más eficientes que los hombres. 

5- No conocemos muchos concursos que sean serios. Lo era el Concurso de Bruselas que organizaba Gustavo Choren, donde las catas eran a ciegas y a cara de perro. De todas maneras es mejor que sean varios los catadores y no uno solo. Este concurso, a nivel internacional, tiene como máximo 50 vinos, siempre a la mañana.   

6- Casi ninguna bodega se atreve a presentar sus vinos en una cata a ciegas. Se corren muchos riesgos desde el punto de vista de la imagen de la bodega y también en el aspecto comercial. 

7- Si se acepta la cata a ciegas, que los enólogos o representantes de bodegas lleven las muestras a un lugar determinado, porque el solo hecho de hacerse presente en una bodega delata de quién son los vinos presentados.

8- ¿Cuántos vinos se pueden probar de forma efectiva? Dicen algunos que hasta 45 vinos por sesión. O tal vez el doble, si hay una cata a la mañana y otra a la tarde. Nosotros consideramos la otra versión, que indica que si una cata tiene más de una veintena de vinos, es improbable que un catador pueda juzgarlos con criterio. Hay quienes recomiendan como lo ideal que sean 10 a 12 los vinos por cada sesión (obvio que esta cantidad no le cierra a nadie, porque serían muchos menos los vinos puntuados y también los que contribuyen en los gastos y honorarios). Un experto duce: "esta cantidad de vinos permite que los catadores prueben una variedad de perfiles de sabor, sin abrumar su paladar o su capacidad cognitiva. Beber demasiados vinos en una sola sesión, puede ser perjudicial no solo para la capacidad de un catador de evaluar los vinos, sino también para su seguridad".

Por último, sería muy bueno que WofA blanquee al público cuánto cobran estos gurús para venir a nuestro país. Al final de cuentas, que sean las bodegas las que paguen por esos gastos y honorarios, y que no se traslade eso al costo del vino entre los consumidores locales. 

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