Dentro del fárrago de ofertas gastronómicas de Nordelta, en su Centro Comercial sobresale Beltrán, uno de los restaurantes más espaciosos y cuya carta nos transporta a lo más destacado de la cocina porteña y la parrilla tradicional. Con precios razonables y platos abundantes, se nota la mano de Santiago Ragghianti, quien pasó del vino a la cocina y tomó lo mejor de cada rubro para cerrar un círculo virtuoso.
Beltrán Nordelta - Avenida de los Lagos 7010 Rincón de Milberg, Nordelta. Teléfono: 011 3112 8746. Horarios: domingos a jueves de 12:00 a 16:00 y de 20:00 a 23:30; viernes y sábados de 20:00 a 00:00. Precios: $$$. IG: @beltran_nordelta.
Hace bastante tiempo que no nos encontrábamos con Santiago Ragghianti, exgerente comercial del grupo vitivinícola más grande del país, desde hace tiempo ligado directamente a la gastronomía con el Restaurante Su Casa, en Pilar.
Su último emprendimiento es Beltrán, nombre que le gustó a Santiago dueño porque "es corto, suena bien, se recuerda fácilmente y puede ser indistintamente nombre o apellido de personas". Lo abrió hace algunos meses y hacia allá fuimos, con tormenta incluida en el trayecto por el Camino de los Remeros.
La cita era con Mario Bianco y Ariel Musacchio, ambos de Segafredo Argentina que es el café oficial de Beltrán. Estos encuentros, además del placer de la comida, son importantes para que uno pueda ponerse al día sobre los avatares de la gastronomía y, en especial, lo que ocurre con el negocio de la bebida más consumida en el mundo.
Hay que decir que Beltrán impacta por su ambientación elegante, el amplio salón con su barra no menos imponente, una cava a la vista en la que se denota que el propietario conoce muy bien el rubro, además de otro salón para eventos o para utilizar cuando la concurrencia es muy masiva, a lo que hay que agregar un saloncito privado.
A un costado, no dejan de sorprender las carnes maduradas bien a la vista de los comensales en un exhibidor refrigerado. Al protagonismo de la parrilla en una concepción tradicional y de precios muy razonables (algo no menor dado el desquicio que hoy presenta el negocio gastronómico, donde no hay medida ni razón de ser en muchos casos), se suma una amplia carta de platos inspirados en la culinaria porteña.
Se desprende que lo que se ha buscado es satisfacer la demanda mayoritaria de los clientes más clásicos, que quieren platos exuberantes y ricos.
La carne es protagonista, sin dudas. Pero la oferta es amplia y satisface a todos los paladares sin abusar de los precios.
La parte vínica se decidió rápidamente con "Misterio", un vino elaborado en la Bodega Domingo Molina especialmente para el autor de esta nota, a lo que Santiago agregó una botella de su cava personal: Sagrado El Pedernal Malbec, cosecha 2015.
Para el inicio del almuerzo, las sugerencias se rumbearon para los calamaretti a la lionesa, muy tiernos y sabrosos, abundantes, que salen con crocantes papas españolas.
También nos habían tentado las empanadas, que pueden pedirse tanto al horno como fritas. Unas de carne cortada a cuchillo, las otras de matambre, al estilo tucumano. Probamos ambas en su versión frita.
Otras entradas disponibles son rabas a la provenzal, langostinos al ajillo, buñuelos de acelga, tortilla de papa, provoleta especial y bastones de muzzarella.
También minutas, como la milanesa de centro de ojo sola o a la napolitana, y mollejas al verdeo.
Otra opciones son el bife de chorizo con salsa al Malbec, y los langostinos Beltrán salteados con ajo, pimentón y vino blanco, acompañado por papas españolas.
Por el lado de la parrilla, hay "chori súper" de carnes vacuna y de cerdo, o de solo cerdo (en este caso, con morrones asados); morcillas; riñones; mollejas; churrasquito de cerdo; asado especial; brochettes de pollo; ojo de bife, entraña y vacío en cocción lenta. Lo que se pidió en esta parte de la carta, fue la ceja de ojo que recomendamos siempre pedirla jugosa. Llegó a la mesa con papas trufadas.
Pidiendo con una anticipación de 24 horas, hay dos opciones especiales: costillar en cocción lenta para cinco o seis comensales, y el cochinillo también para compartir.
En materia de pescados, tienta el truchón (también para varias personas). También hay salmón a la toscana (con papines, tomates deshidratados, champiñones y espinaca), y pacú a la parrilla con manteca a las finas hierbas.
Entre las pastas, se pidieron los lingotes rellenos de ternera braseada a la barbacoa, con salsa de crema de hongos, muy recomendable. Otra opción para tener en cuenta son los fettuccine nero di sepia e frutti di mare. Las salsas se eligen a gusto del comensal. También ofrecen un risotto de hongos.
Para el momento de los postres, se destaca la tarta de queso "La Viña", al estilo vasco (que se probó, muy buena); volcán de chocolate o dulce de leche; helados (incluyendo bombón escocés, de paleta y almendrado).
Va de suyo que es casi obligatorio a esta altura el café Segafredo, si es ristretto pues mucho mejor para cerrar una opípara comida entre amigos.
Frente ante tanto modernismo y sofisticación no siempre satisfactorios, la propuesta de Beltrán es clásica y variada, como nos gusta comer todos los días a los argentinos. Con una relación precio calidad destacada, pues mucho mejor todavía.
Por razón precio calidad, Cruz Omakase se destaca como un verdadero "best-buy". Sin sofisticaciones innecesarias, su propuesta permite disfrutar de una docena de pasos que van in crescendo, al tiempo que también podés optar por opciones de handrolls y una selección de etiquetas de la vinoteca vecina del mismo nombre, así como la reciente incorporación de whiskies japoneses.
"Capricho, deseo vehemente, ilusión". Así define la Real Academia Española a la palabra "berretín". Y esas tres cosas son las que llevaron a un holandés a abrir un restaurante a su propio gusto y piacere. Para ello se afincó hace un tiempo entre nosotros porque, como nos dijo, "Buenos Aires es como estar en Europa, pero lejos de todo". Se llama Nicolás Houweling y, junto a su hermana Bente (que estará a cargo del café de la planta baja de próxima apertura), abrió "Presencia", un restaurante en el que quiere también omitir todo lo que le parece inapropiado cuando uno sale a comer afuera. Para ello, convocó al chef Rodrigo Da Costa, de último paso por "Le Réve". Nuestra visita coincidió con el fin de la marcha blanca y comienzo del servicio al público. Impecable todo.
La chef ejecutiva de Casa Cavia, Julieta Caruso, renovó el menú de mediodía con una propuesta que permite pedir a la carta o bien elegir entre menús de pasos. A ello, se suma la coctelería creativa de la bartender Flavia Arroyo y una selección notable de vinos a cargo de Delvis Huck. La dirección general es de Guadalupe García Mosqueda.