El polifacético Edgar Kuda renovó totalmente la propuesta del local palermitano, en el que hasta hace poco tiempo funcionaba su reconocido omakase. Yuzu heredó esa histórica ubicación que alguna vez fue la de Morizono. Por si esto fuera poco, al lado está San Café con su pastelería japonesa y, enfrente, un delivery de sushi y el centro de producción.
Yuzu - Dirección: Paraguay 3521, Palermo. Teléfono: 15 3079 1893. Abierto de martes a domingos de 19.00 a 23.00 - Precio: $$$. Se atiende por orden de llegada. Instagram: @yuzu.izakaya.
Yuzu es un cítrico muy presente en la cocina japonesa, en la que tiene sobre todo el propósito de condimentar diversas preparaciones. Es también el nombre elegido por el polifacético chef nikkei Edgar Kuda para este nuevo emprendimiento, que reemplaza al omakase que llevaba el apellido de su propietario hasta hace algunas semanas.
El local, como los amantes de la gastronomía japonesa bien saben, tiene su historia. Porque allí funcionó Morizono, el primer restaurante de Buenos Aires orientado a esta culinaria fuera del ámbito de la propia colectividad nipona.
Edgar proviene de una familia de inmigrantes provenientes de Okinawa (la isla de la cual llegó a la Argentina el 70% de los japoneses que eligieron a nuestro país como nuevo destino para sus vidas).
Sus padres tenían una tintorería en La Plata. De hecho, en City Bell está ubicado Kuda Sushi, el originario emprendimiento del chef, que supo estudiar en la Escuela de Alicia Berger, ya desaparecida, que se encontraba en el barrio de Belgrano.
Pero Edgar también echó raíces recientemente en la Zona Sur del Conurbano, más precisamente en Quilmes, con el restaurante "Oki", nombre que abrevia a la isla de donde proviene su familia.
En Palermo, Kuda transformó la propuesta hacia una cocina más popular y que, asimismo, denota algunas licencias locales en las preparaciones. Resulta evidente que el público le ha dado su visto bueno al nuevo emprendimiento, que nos permite comer en la barra o sentados en otro sector de mesas bajas, que completan el aforo y requieren llegar muy temprano porque no se toman reservas. Hay algunas mesas en la vereda, si el clima acompaña.
En Yuzu, hay varios platos aptos para quienes no consumen proteínas animales, aunque claro está que esto no es excluyente. Entre los snacks, probamos por ejemplo un plato llamado "Koliaage", consistente en coliflor frita con ensalada de repollo y pepino, muy recomendable.
Ikayaki es una preparación de calamares a la plancha, con oroshi de nabo y limón. Y se completó la degustación de starters con "Gyonada", es decir dumplings hechos al vapor y rellenos de kabocha (calabaza) y humita, más crocante de queso. Son de tamaño considerable, como puede verse en la foto.
Otras opciones de snacks son el pollo frito con ensalada de repollo y alioli; la ensalada de papa y huevo osen, y K Salad (lechuga, tofu, nori frito, soja y sésamo).
Luego llegó el turno del capítulo de "Sando", que incluye "Katsusando", un sándwich de tonkatsu o "milanesa" de cerdo, repollo y salsa tonkatsu; o la versión más porteña con ojo de bife de chorizo, lechuga y tomates secos, que fue la elegida para esta cena. Hay una tercera versión vegetariana, con berenjenas en escabeche, rúcula y aderezo.
El "bao" es protagonista de otra parte de la carta, también con tres opciones: de panceta, cilantro, pickles de pepino y alioli (que se probó); así como el de gírgolas a la plancha con cebolla caramelizada y aderezo; o bien el de pastrami de tapa de asado, pickles de pepino y granos de mostaza.
No falta tampoco el ramen: "Yoshimi" (a base de cerdo, chashiu, ají tamago y aceite de ajo negro); "Nikkei.ar" (caldo de pollo picante, pechuga a baja temperatura, cilantro y ají tamago), y "Yasai" (caldo de shiitakes y vegetales asados, brotes de soja y pak choi).
En materia de bowls, elegimos el kare de lentejas (curry japonés de vegetales, lentejas y arroz); pero además se puede pedir el "Mapo Dofu V" de tofu picante, hongos, cebollas fritas y arroz; o "Fungi Nira" (mix de hongos, porotos negros nira y huevo osen).
Por último, el menú incluye dos preparaciones "Al plato": "Milanikkei" de bife de chorizo, gohan y ensalada de lechuga y tomate); y "Tonkatsu" de cerdo, gohan y ensalada de repollo.
Yuzu cuenta con una barra de tragos, que curiosamente se sirven en chopps para cerveza y que resultan muy creativos. Probamos el "Matcha Tonic", hecho con gin, infusión de matcha, cítricos y tónica. Inclusive tienen uno de ume (el licor de ciruelas japonés con soda).
No hay vinos, pero sí tres tipos de cerveza: Kira (en cinco variedades), y las importadas Kirin Ichiban y Tsingtao Stour de origen chino. También Peer, "sidra" de pera; o Dill Gin & Ume.
Por supuesto, el sake dice presente en cinco envases de 90 ml, ó bien en botellas de 300 ml (cuatro variedades).
Yuzu es una propuesta sui generis más cercana a una cocina "callejera" muy rica y sencilla, que dada su calidad y la muy buena relación precio calidad se ha ganado el apoyo masivo del público.
Por razón precio calidad, Cruz Omakase se destaca como un verdadero "best-buy". Sin sofisticaciones innecesarias, su propuesta permite disfrutar de una docena de pasos que van in crescendo, al tiempo que también podés optar por opciones de handrolls y una selección de etiquetas de la vinoteca vecina del mismo nombre, así como la reciente incorporación de whiskies japoneses.
"Capricho, deseo vehemente, ilusión". Así define la Real Academia Española a la palabra "berretín". Y esas tres cosas son las que llevaron a un holandés a abrir un restaurante a su propio gusto y piacere. Para ello se afincó hace un tiempo entre nosotros porque, como nos dijo, "Buenos Aires es como estar en Europa, pero lejos de todo". Se llama Nicolás Houweling y, junto a su hermana Bente (que estará a cargo del café de la planta baja de próxima apertura), abrió "Presencia", un restaurante en el que quiere también omitir todo lo que le parece inapropiado cuando uno sale a comer afuera. Para ello, convocó al chef Rodrigo Da Costa, de último paso por "Le Réve". Nuestra visita coincidió con el fin de la marcha blanca y comienzo del servicio al público. Impecable todo.
La chef ejecutiva de Casa Cavia, Julieta Caruso, renovó el menú de mediodía con una propuesta que permite pedir a la carta o bien elegir entre menús de pasos. A ello, se suma la coctelería creativa de la bartender Flavia Arroyo y una selección notable de vinos a cargo de Delvis Huck. La dirección general es de Guadalupe García Mosqueda.