Habrá Distrito del Vino en CABA Miércoles, 8 de septiembre de 2021Abarcará los barrios de Villa Devoto, Villa del Parque y La Paternal, donde habrá beneficios impositivos para la instalación de vinotecas, centros de capacitación, salas de exposición, oficinas de marketing de las bodegas y posiblemente, también un museo.
Escuchamos hablar por primera vez del tema en marzo pasado. Fue en el Valle de Uco, durante la presentación en la Bodega Enzo Bianchi del vino Cuarta Generación. Y fue de boca del propio gobernador de Mendoza, Rodolfo Suárez, quien adelantó que se había llegado a un principio de acuerdo con las autoridades porteñas, para que se instalara un Distrito del Vino en la Capital Federal.
Seis meses después, el proyecto es ley. En efecto, por 39 votos a favor, 15 en contra y 6 ausentes, los legisladores dieron aprobación a la normativa que fuera presentada por el diputado Facundo del Gaiso (Vamos Juntos).
¿Qué argumentos hubo para votar a favor? ¿Qué utilidad puede tener la instalación de un Distrito del Vino en la Ciudad? Sin dudas que se trata de una operación de marketing y de un atractivo turístico más para CABA.
La primera estrategia de marketing tuvo vigencia a partir del 24 de noviembre de 2010, cuando se declaró al vino como "Bebida Nacional". Algo cuanto menos discutible, considerando que la vid es un cultivo exótico, que el vino está presente en todos los países del mundo y que, en definitiva, no es una bebida que represente al país por no ser autóctona, como podría ser el mate (tratándose de una infusión que, por ende, también es una bebida).
Una década después, nos damos cuenta de que esta rimbombante declaración no ha tenido ningún efecto beneficioso, más allá de que cada 24 de noviembre nos hacen recordarlo.
Lo cierto es que la industria y sus dirigentes no han cambiado, siguen tirando cada uno para su lado, no hay uniformidad en las estrategias comerciales (como sí las tiene Chile) y la grieta se ha acrecentado desde que, con el aval del gobierno K, la presidencia de la COVIAR recayera en la figura de José Alberto Zuccardi, cuya bodega es la que más cerca ha estado siempre del Gobierno nacional de la diversidad y la inclusión (sic José Alberto Zuccardi).
De hecho, en los tiempos de la gestión de Cristina Fernández de Kirchner, Familia Zuccardi levantó una monumental bodega que, curiosamente, se inauguró el 30 de marzo de 2016, con Macri en el poder. Claro que la plata para la inversión la habían conseguido antes, durante el gobierno de CFK.
De manera que, con un nivel de consumo por debajo de los 20 litros anuales per cápita, los empresarios continuaron peleándose por el poder y la guerra entre Bodegas de Argentina y la COVIAR siguió por el camino de las diferencias ideológicas.
Así las cosas, había que dar un golpe de efecto y en eso estamos, con un Distrito del Vino en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Propiciado desde Mendoza, trasladada al fuego amigo de CABA, donde ambos son afines a la oposición a nivel nacional.
Si pensamos en esta iniciativa como una nueva propuesta turística para CABA, así como el crecimiento de los barrios involucrados, no hay nada que objetar. Si se pensó como un elemento generador de un mayor consumo de vinos, la cosa está muerta antes de empezar.
La crisis económica, la inflación, el aumento de la pobreza y otros elementos como la pandemia, llevan a que los índices de consumo no crezcan, simplemente porque la gente no tiene plata.
Volviendo al Distrito podemos agregar que, desde el primer momento en que conocimos la noticia por parte del gobernador mendocino, especulábamos con la zona en la que iba a estar instalado.
Se pensó en el área de Palermo en los terrenos ferroviarios ubicados entre la Avenida Juan B. Justo y Godoy Cruz, con las vías en el medio, precisamente porque el San Martín (Buenos Aires al Pacífico), fue durante mucho tiempo la puerta de entrada del vino a la Capital.
Pero en el medio aparecieron los comerciantes de Villa Devoto, los que ni lerdos ni perezosos hicieron lobby y ganaron fácilmente la pulseada. Está claro que ahí, cerca de la estación de tren, hay un polo gastronómico que estaba creciendo hasta que llegó la pandemia. Pero el argumento de que hay nueve vinotecas en la zona no parece suficiente.
Desde el lado del proyecto oficial, se buscó una excusa perfecta: las vías del San Martín están rodeando parte del Distrito, sin necesidad de negociar el acceso a los terrenos ferroviarios y dejar toda la inversión en manos privadas.
Cuentan que ya varias bodegas pusieron el ojo y, no debe sorprendernos, la propia Zuccardi es una de ellas, lo que demuestra que, si se trata de un negocio rentable, no tienen problema en pisar suelo enemigo (ideológicamente hablando claro está).
Los beneficios impositivos son muy importantes como para que pasen inadvertidos. De manera que los barrios de Villa Devoto, Villa del Parque y La Paternal serán los beneficiados. Habrá que invertir mucho si se pretende llevar al público de otras zonas de CABA, porque a los vecinos del sur y el norte de la Ciudad les queda bastante lejos.
Ojalá que la iniciativa funcione, porque todo lo que se haga en favor de la industria vitivinícola es bienvenido. El tiempo dirá si fue solo una fallida estrategia de marketing como el "Vino Bebida Nacional", o si por el contrario se genera un punto de reunión para los amantes del vino y un generador de negocios para las bodegas.
Abarcará los barrios de Villa Devoto, Villa del Parque y La Paternal, donde habrá beneficios impositivos para la instalación de vinotecas, centros de capacitación, salas de exposición, oficinas de marketing de las bodegas y posiblemente, también un museo.
Escuchamos hablar por primera vez del tema en marzo pasado. Fue en el Valle de Uco, durante la presentación en la Bodega Enzo Bianchi del vino Cuarta Generación. Y fue de boca del propio gobernador de Mendoza, Rodolfo Suárez, quien adelantó que se había llegado a un principio de acuerdo con las autoridades porteñas, para que se instalara un Distrito del Vino en la Capital Federal.
Seis meses después, el proyecto es ley. En efecto, por 39 votos a favor, 15 en contra y 6 ausentes, los legisladores dieron aprobación a la normativa que fuera presentada por el diputado Facundo del Gaiso (Vamos Juntos).
¿Qué argumentos hubo para votar a favor? ¿Qué utilidad puede tener la instalación de un Distrito del Vino en la Ciudad? Sin dudas que se trata de una operación de marketing y de un atractivo turístico más para CABA.
La primera estrategia de marketing tuvo vigencia a partir del 24 de noviembre de 2010, cuando se declaró al vino como "Bebida Nacional". Algo cuanto menos discutible, considerando que la vid es un cultivo exótico, que el vino está presente en todos los países del mundo y que, en definitiva, no es una bebida que represente al país por no ser autóctona, como podría ser el mate (tratándose de una infusión que, por ende, también es una bebida).
Una década después, nos damos cuenta de que esta rimbombante declaración no ha tenido ningún efecto beneficioso, más allá de que cada 24 de noviembre nos hacen recordarlo.
Lo cierto es que la industria y sus dirigentes no han cambiado, siguen tirando cada uno para su lado, no hay uniformidad en las estrategias comerciales (como sí las tiene Chile) y la grieta se ha acrecentado desde que, con el aval del gobierno K, la presidencia de la COVIAR recayera en la figura de José Alberto Zuccardi, cuya bodega es la que más cerca ha estado siempre del Gobierno nacional de la diversidad y la inclusión (sic José Alberto Zuccardi).
De hecho, en los tiempos de la gestión de Cristina Fernández de Kirchner, Familia Zuccardi levantó una monumental bodega que, curiosamente, se inauguró el 30 de marzo de 2016, con Macri en el poder. Claro que la plata para la inversión la habían conseguido antes, durante el gobierno de CFK.
De manera que, con un nivel de consumo por debajo de los 20 litros anuales per cápita, los empresarios continuaron peleándose por el poder y la guerra entre Bodegas de Argentina y la COVIAR siguió por el camino de las diferencias ideológicas.
Así las cosas, había que dar un golpe de efecto y en eso estamos, con un Distrito del Vino en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Propiciado desde Mendoza, trasladada al fuego amigo de CABA, donde ambos son afines a la oposición a nivel nacional.
Si pensamos en esta iniciativa como una nueva propuesta turística para CABA, así como el crecimiento de los barrios involucrados, no hay nada que objetar. Si se pensó como un elemento generador de un mayor consumo de vinos, la cosa está muerta antes de empezar.
La crisis económica, la inflación, el aumento de la pobreza y otros elementos como la pandemia, llevan a que los índices de consumo no crezcan, simplemente porque la gente no tiene plata.
Volviendo al Distrito podemos agregar que, desde el primer momento en que conocimos la noticia por parte del gobernador mendocino, especulábamos con la zona en la que iba a estar instalado.
Se pensó en el área de Palermo en los terrenos ferroviarios ubicados entre la Avenida Juan B. Justo y Godoy Cruz, con las vías en el medio, precisamente porque el San Martín (Buenos Aires al Pacífico), fue durante mucho tiempo la puerta de entrada del vino a la Capital.
Pero en el medio aparecieron los comerciantes de Villa Devoto, los que ni lerdos ni perezosos hicieron lobby y ganaron fácilmente la pulseada. Está claro que ahí, cerca de la estación de tren, hay un polo gastronómico que estaba creciendo hasta que llegó la pandemia. Pero el argumento de que hay nueve vinotecas en la zona no parece suficiente.
Desde el lado del proyecto oficial, se buscó una excusa perfecta: las vías del San Martín están rodeando parte del Distrito, sin necesidad de negociar el acceso a los terrenos ferroviarios y dejar toda la inversión en manos privadas.
Cuentan que ya varias bodegas pusieron el ojo y, no debe sorprendernos, la propia Zuccardi es una de ellas, lo que demuestra que, si se trata de un negocio rentable, no tienen problema en pisar suelo enemigo (ideológicamente hablando claro está).
Los beneficios impositivos son muy importantes como para que pasen inadvertidos. De manera que los barrios de Villa Devoto, Villa del Parque y La Paternal serán los beneficiados. Habrá que invertir mucho si se pretende llevar al público de otras zonas de CABA, porque a los vecinos del sur y el norte de la Ciudad les queda bastante lejos.
Ojalá que la iniciativa funcione, porque todo lo que se haga en favor de la industria vitivinícola es bienvenido. El tiempo dirá si fue solo una fallida estrategia de marketing como el "Vino Bebida Nacional", o si por el contrario se genera un punto de reunión para los amantes del vino y un generador de negocios para las bodegas.