Solos en la MadrugadaLunes, 2 de agosto de 2021
Su vida pasa por un momento de crisis que plasma todas las noches en su programa radiofónico mediante crónicas derrotistas que no son más que un vivo reflejo de la insatisfacción de su propia vida.
"Solos en la madrugada" es una recordada película española del año 1978, protagonizada por José Sacristán. Narra las tribulaciones de un periodista radial que, en un momento de crisis, despliega crónicas derrotistas sobre lo que le toca vivir.
La madrugada es un ámbito de trabajo habitual para los trabajadores gastronómicos, al menos en tiempos de normalidad. Hoy vivimos una crisis profunda por la maldita pandemia y, aunque nos pese, algunas de nuestras crónicas no pueden no ser sino derrotistas.
Es que a los gastronómicos los han dejado solos, aunque no únicamente en la madrugada. Este es un año en el que les permiten trabajar a media máquina, con el resabio que dejó la cuarentena el año pasado. Con deudas, créditos tomados para no cerrar, en el mejor de los casos.
En un año y medio han cerrado miles de establecimientos gastronómicos en todo el país. Muchos, con una larga trayectoria a cuestas.
Como lo dijimos en 2020, hace justo un año, en Fondo de Olla © estamos convencidos de que a los gastronómicos se les está exigiendo más de lo que pueden soportar.
Pero este gobierno de inútiles y mentirosos, que en los niveles provinciales y municipales no son demasiado distintos, no muestra empatía con un sector que es generador de mano de obra directa e indirecta como ningún otro en la actividad económica de un país.
Es cierto, no hay mucho que festejar. Son tiempos de sobrevivir como se puede. Y a muchos ya los ha tapado el agua.
A los trabajadores de la gastronomía, incluidos los que se han quedado sin empleo por la pandemia y por la indignante economía de este país, ya sea cocineros, mozos, administrativos, y también los que lo son de manera indirecta, les enviamos un mensaje de aliento frente a la adversidad.
Estamos con ustedes, los admiramos por cómo la siguen peleando. Y si hay patrones malos, también hay que decir que conocemos a muchísimos que son generosos y que ponen lo que hay que poner porque no quieren dejar sin trabajo a sus empleados.
Y si hay empleados malos que viven de la "industria del juicio", como contrapartida existe una mayoría que cumple con su obligación y es fiel a quien le da de comer y lo respeta como ser humano.
Hay de todo en la viña del señor. Pero la pandemia ha sacado lo peor y lo mejor de todos nosotros. Y de esto último valoramos la solidaridad, el ingenio para reinventarse y el sacrificio que todos hacen.
Pese a todo, que pasen un excelente día, sabedores de que son "esenciales" para nosotros. Ya vendrán tiempos mejores. Salud.
Su vida pasa por un momento de crisis que plasma todas las noches en su programa radiofónico mediante crónicas derrotistas que no son más que un vivo reflejo de la insatisfacción de su propia vida.
"Solos en la madrugada" es una recordada película española del año 1978, protagonizada por José Sacristán. Narra las tribulaciones de un periodista radial que, en un momento de crisis, despliega crónicas derrotistas sobre lo que le toca vivir.
La madrugada es un ámbito de trabajo habitual para los trabajadores gastronómicos, al menos en tiempos de normalidad. Hoy vivimos una crisis profunda por la maldita pandemia y, aunque nos pese, algunas de nuestras crónicas no pueden no ser sino derrotistas.
Es que a los gastronómicos los han dejado solos, aunque no únicamente en la madrugada. Este es un año en el que les permiten trabajar a media máquina, con el resabio que dejó la cuarentena el año pasado. Con deudas, créditos tomados para no cerrar, en el mejor de los casos.
En un año y medio han cerrado miles de establecimientos gastronómicos en todo el país. Muchos, con una larga trayectoria a cuestas.
Como lo dijimos en 2020, hace justo un año, en Fondo de Olla © estamos convencidos de que a los gastronómicos se les está exigiendo más de lo que pueden soportar.
Pero este gobierno de inútiles y mentirosos, que en los niveles provinciales y municipales no son demasiado distintos, no muestra empatía con un sector que es generador de mano de obra directa e indirecta como ningún otro en la actividad económica de un país.
Es cierto, no hay mucho que festejar. Son tiempos de sobrevivir como se puede. Y a muchos ya los ha tapado el agua.
A los trabajadores de la gastronomía, incluidos los que se han quedado sin empleo por la pandemia y por la indignante economía de este país, ya sea cocineros, mozos, administrativos, y también los que lo son de manera indirecta, les enviamos un mensaje de aliento frente a la adversidad.
Estamos con ustedes, los admiramos por cómo la siguen peleando. Y si hay patrones malos, también hay que decir que conocemos a muchísimos que son generosos y que ponen lo que hay que poner porque no quieren dejar sin trabajo a sus empleados.
Y si hay empleados malos que viven de la "industria del juicio", como contrapartida existe una mayoría que cumple con su obligación y es fiel a quien le da de comer y lo respeta como ser humano.
Hay de todo en la viña del señor. Pero la pandemia ha sacado lo peor y lo mejor de todos nosotros. Y de esto último valoramos la solidaridad, el ingenio para reinventarse y el sacrificio que todos hacen.
Pese a todo, que pasen un excelente día, sabedores de que son "esenciales" para nosotros. Ya vendrán tiempos mejores. Salud.