Editorial

Nunca más sillas al revés

Lunes, 5 de abril de 2021

Estamos publicando este editorial unas horas antes de la reunión entre los representantes del gobierno nacional, de la Ciudad de Buenos Aires y de la provincia. Tema: medidas restrictivas por la segunda ola de la pandemia. Si la primera ola se puestos a cientos de restaurantes, la segunda será seguramente un tsunami y pocos, muy pocos, lograrán quedar en pie.

El año pasado, a esta altura, ya llevábamos un par de semana de cuarentena estricta. Restaurantes cerrados, al igual que los hoteles. Pérdidas enormes para los dueños y trabajadores de la gastronomía. El Presidente "científico" decía que por más que lo criticaran, la salud estaba antes que la economía. Teníamos mil contagios diarios, la décima parte de lo actual, pero nos encerraron igual. Así no fue y nos va por efecto dominó.

Un 42% de pobres, producto de la insensibilidad del supuesto gobierno nacional y popular. Si no nos mata el COVID, lo hará la economía familiar por falta de ingresos. No necesitamos decir que en el rubro gastronómico (y el hotelero, porque ambos van de la mano), miles y miles de empleados han quedado cesantes. La nómina de restaurantes que cerraron es larguísima y muy triste, por cierto.

Pero ellos siguen empecinados en volver a una cuarentena estricta, que ya hemos comprobado que no sirvió más que para agravar la situación. Encima el Presidente "científico" osaba criticar con sus absurdas filminas a los demás países, a los que el tiempo les dio la razón. Por la boca muere el pez y se vuelve pescado.

No estamos menospreciando la pandemia. Por el contrario, hay que ser cuidadosos porque nadie está exento de contagiarse. Salvo los privilegiados que tienen sus vacunas por ser dueños y/o amigos del poder, que verán sus efectos nocivos disminuidos. Incluyendo a los jóvenes ñoquis de La Cámpora, que se vacunaron antes que los viejos. Parecen los criminales de "Diario de la guerra del cerdo", el libro de Adolfo Bioy Casares

NADIE VA A SOPORTAR OTRO CIERRE TOTAL DE LA ACTIVIDAD. HOY ESTÁ EN JUEGO LA SUPERVIVENCIA Y SI ASÍ NO LO ENTIENDEN LOS GOBERNANTES "CIENTÍFICOS", DEBERÁN SOPORTAR UNA REBELIÓN DE LA CIUDADANÍA.  

Volviendo a la gastronomía, si la primera ola derrumbó ese castillo de naipes que ya era la gastronomía, agobiada por la presión impositiva y la galopante inflación, esta segunda marejada será poco menos que letal para los que pudieron sobrevivir a la anterior.

A esta hora, el mismo esbirro del gobierno que, desde el periodismo basura dijo que había ganado Scioli, salió a vaticinar que se decretará el cierre de la actividad gastronómica a las 22, lo cual significaría un duro golpe a quienes ya están trabajando a media máquina desde octubre pasado. ¿Lo mandaron a tantear el terreno para ver qué pasaba? ¿Fue otro de sus vaticinios erróneos? ¿Tendrá buena información? Más tarde lo sabremos.

Dirán que las limitaciones parciales son algo mejor que el cierre total, como ocurrió en 2020. Es cierto. Pero hoy, un año después, quedó demostrado que la verdadera fuente de contagio está en otro lado. Por ejemplo, en las fiestas clandestinas (y otras permitidas en connivencia con las autoridades de cada distrito). Está en las marchas de protesta, algunas de ellas convocadas precisamente por los dirigentes políticos oficialistas. Pero ni las escuelas ni los restaurantes, son el verdadero problema.

Atenti que los ciudadanos comunes ya estamos hartos. Lo ocurrido en Formosa, una provincia poco propensa a la reacción popular contra el gobierno nefasto del caudillo Gildo Insfrán, podría fácilmente trasladarse al resto del país con efecto dominó.

Nos quieren pobres y brutos, dijo anoche en la televisión ese inefable personaje llamado "El Dipy" quien, desde su origen humilde y su escasa instrucción, dice una cosa coherente tras otra.

Hay una resistencia y a ellos les preocupa mucho. Por otra parte, el jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, que se está jugando su ambicioso futuro político según lo que haga en los próximos meses, se muestra reacio a volver a cometer los errores del pasado. Ya le mojaron la oreja lo suficiente, como para que se deje seguir avasallando desde el gobierno central y por el impresentable gobernador bonaerense.

Habrá que ver hasta dónde conseguirán torcerle el brazo. Ya cedió demasiado y es hora de que se haga valer. Lo que nos toca, que es la gastronomía, ya no soporta más palos en la rueda. Está en juego la supervivencia.

A los que nos gobiernan, ya sea los "científicos", como los del "neoliberalismo", ambos lados de la grieta, les decimos que "nunca más sillas al revés". Veremos con qué se salen esta tarde. Nada les va a salir gratis, eso es seguro. 

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