Fuimos uno de los primeros clientes de aquella vieja y querida parrilla de barrio, cuando San Telmo era un páramo gastronómico. De la modestia de 1992, de la mano de su creador Hugo Echevarrieta, se fue transformando hasta convertirse en un templo de la carne argentina.
A esta altura de la vida y con tantos años de periodismo gastronómico como los que cumple hoy La Brigada, podemos decir con satisfacción que hemos ganado un gran amigo, de ésos que están siempre dispuestos a ayudar. Como dice el tango "los amigos se cotizan en las buenas y en las malas".
Y gracias a ese amigo que tiene nombre y apellido, Hugo Echevarrieta, su restaurante es hoy el que más veces hemos visitado en todos estos años que se acercan a las tres décadas. No es un dato menor para alguien que, en su condición de crítico, suele visitar casi un restaurante por semana (mientras la pandemia nos dejó).
El aniversario número 28 fue el más triste de la fructífera historia de la parrilla que es un símbolo del barrio más antiguo de la ciudad, la que visitan figuras internacionales, deportistas, actores, cantantes y, por cierto, los amigos que Hugo fue forjando a través del tiempo. La cuarentena la encontró cerrada, vacía, triste.
En nuestro caso, ha sido cita obligada de festejos familiares, encuentros con amigos, el lugar al que invitamos a los extranjeros que nos visitan. Algunos se han hecho fanáticos y no pueden dejar de comer en La Brigada cuando vienen a Buenos Aires. Muchos de ellos han probado nuestras achuras por primera vez. Comprueban la calidad de la carne argentina.
Todos se sorprenden cuando observan a los mozos cortar la carne con una cuchara. Hugo siempre aparece con algo nuevo. Su cava, que comenzó siendo una mesa en la que había una veintena de botellas, es hoy la más nutrida del país, que atesora joyas que, en algunos casos, ni siquiera las propias bodegas que las elaboraron tienen en su poder.
No hace falta extenderse más en la descripción de este lugar que es un emblema, al que no le hace falta ninguna lista ni hacer publicidad para ser considerado entre los mejores restaurantes del país y de América latina. Ocurre que que Hugo es amigo de sus amigos, son su prioridad siempre, los clientes de toda la vida- Y nunca estuvo dispuesto a invertir en fútiles relaciones públicas, porque su trabajo es en silencio, por y para sus clientes.
Mientras la cuarentena obligó a cerrar las puertas, lejos de amilanarse, sin delivery ni take away, puso manos a la obra y remodeló todos los salones, dotándolos de separaciones y espacios más amplios a tono con los protocolos sanitarios. Fue aun más allá de lo exigido y sus clientes lo agradecen.
No son tiempos felices, porque faltan los turistas extranjeros cuya cara de felicidad y sorpresa podemos observar en una de las fotos que acompaña esta nota. Pero Hugo, acompañado por sus hijos, es un luchador y seguramente saldrá adelante como lo hizo siempre.
Aquel 27 de marzo de 1992, no entró un solo cliente al pequeño local que hoy aparece ampliado en su capacidad. Pasó poco tiempo hasta que el "boca en boca" terminó por instalar a La Brigada como referente de la gastronomía argentina a través de la carne y el vino.
Felicidades a los Echevarrieta en este nuevo aniversario. Todo el prestigio se lo han ganado con trabajo, esfuerzo, pasión, generosidad y, sobre todo, respeto por el comensal. Son grandes por derecho propio y no por obra del marketing, del lobby y mucho menos, del amiguismo por interés.
Con la llegada de los días cálidos y la energía renovadora de la primavera, La Casona de Belgrano, presentó los nuevos platos de su carta primavera-verano 2025/2026.
La semana pasada, se conoció la noticia de que 15 cocineros argentinos, habían logrado ser reconocidos por la lista "Best Chefs Awards", que los distingue con uno, dos o tres cuchillos. Hay un hecho que nos llamó la atención, y que demuestra a las claras lo poco serias que son las guías Michelin, los 50 Best Restaurants y también esta otra que nos ocupa y que, a diferencia de las dos anteriores, premia a los cocineros y no a los restaurantes. La misma m..... con distinto olor.
En Buenos Aires, y con un eco que llega hasta Miami, la pasta encuentra en esta fecha un escenario ideal para reafirmar su presencia en las mesas argentinas. Entre clásicos consagrados y nuevas propuestas, diferentes restaurantes celebran este símbolo de la cocina italiana con platos que mezclan tradición, producto local y la mirada personal de cada casa.