Uno no termina de reponerse de una noticia infausta y aparece otra. Esta mañana nos enteramos allende la cordillera del fallecimiento de Pedro Jesús Fernández, diplomático, periodista, alguien muy apreciado que encontró en su paso por Buenos Aires el significado de lo que es el valor de la amistad para los argentinos
De inmediato lo invité a participar de las cenas que, en ese momento, organizábamos con la Cofradía del Cálculo. Nunca más faltó. Nació una amistad corta por los años transcurridos, aunque sí muy profunda, que se extendió al grupo al que llamamos "mesa chica", con el que realizamos juntos sendos viajes gastronómicos al Perú y a Chile.
En La Mar de Santiago de Chile, mucho antes de que se radicara allí por su labor diplomática.
También solíamos encontrarnos en nuestras casas, donde nunca faltaba alguna joyita traída de España por Pedro, los vinos argentinos y los quesos de Cabaña Piedras Blancas.
Pedro era un tipo culto, un periodista devenido en diplomático, colaborador del diario "El País", hincha del Madrid y buen amigo, generoso. Además, siempre decía que después de tantos años en destinos como Italia, México y otros lugares del mundo, aquí se había encontrado "como en casa" por las características propias de nuestra forma de ser. Pedro decía que a los argentinos no nos gusta que los extranjeros critiquen a nuestro país; por ende, no lo hacía aun cuando sobraran razones para hacerlo.
Pedro tenía una enfermedad preexistente y a fines del año pasado se contagió de Coronavirus en Santiago de Chile, su nuevo destino en la diplomacia. Desde hacía un par de meses estaba internado en coma inducido y con respirador artificial.
A la salida de Canta Rana, en Lima.
Por desgracia, nunca se pudo reponer y esta maldita enfermedad del Siglo XXI se lleva a otro amigo que nos regalaron la vida y el periodismo. Muy triste, pero siempre recordaremos las anécdotas de estos viajes tan placenteros y los repetidos encuentros en esta Buenos Aires.
Le gustaba nuestra ciudad tan europea, sobre todo ese paisaje primaveral con los yacarandás en flor. Siendo español, amaba la cocina italiana que supo disfrutar durante su paso por Roma. Quizá también por eso mismo, halló aquí a una especie de italianos que hablan en español, como nos catalogan en Europa.
Terminamos un año pésimo y este 2021, en apenas dos semanas, nos ha pegado dos mazazos durísimos.
Pedro Jesús Fernández, te vamos a extrañar. Fuiste el extranjero del grupo, el que se hizo un argentino más. Hoy estamos acongojados, tristes, enojados con ese maldito virus que está haciendo estragos como una peste en la Edad Media. Lo mejor que podemos hacer para recordarte, amigo Pedro, es levantar la copa y brindar por tantos buenos momentos que pasamos juntos.
MasterChef Celebrities 2 nos enseña dos cosas. La primera es que la cocina despierta un gran interés en los espectadores; la segunda, desgraciadamente, es que por la plata baila el mono. Ya no importa hacer el ridículo, dejar que te humillen y rifar tu prestigio (si es que lo tenías).
En el país de la carne te dan pura grasa. Claro, si hasta tenemos un ministro de Agricultura vegetariano. Lo cierto es que el programa de cortes a precios un 30% menores a los que estaban vigentes en diciembre pasado, vienen con la receta 70/30 del fernet, pero acá tenés que tirar el 70% que es grasa. Lo barato sale caro.
La lista es interminable. Cientos de restaurantes han cerrado sus puertas mientras que, en contrapartida, muy pocos audaces se decidieron a apostar al negocio gastronómico, jaqueado por el COVID-19 y la insostenible situación económica del país. Hoy Uco anunció que no va más, es el último registrado. Pero esto no se detiene.