El bistró de Julio Báez propone platos de inspiración francesa y el toque personal del chef. Además de la carta, ofrece cajas de "hits" para una o dos personas, y vinos para llevar a precio de vinoteca.
Ya van seis meses sin poder visitar restaurantes, algo impensado para nosotros cuando comenzó la cuarentena pero mucho más para los pobres gastronómicos, que luchan a brazo partido para mantener sus locales abiertos.
A Julio Báez -ex souschef del Sofitel Arroyo- la pandemia lo agarró justo cuando aún no se había cumplido el primer año de vida. Y afortunadamente, logró armar una propuesta de delivery que podemos asegurar que es una de las más recomendables en cuanto a relación precio-calidad y costo-beneficio.
El menú vigente incluye platos como dalmas de repollo, arroz yogur y coriandro ($ 450); hummus, pepinos asados y castañas de cajú al curry ($ 450); alcauciles, queso Sardo, pimienta rosa y vinagre ($ 550); hongos, bagna cauda de miso, trigo sarraceno y eneldo ($ 550); terrina de cerdo, paté, pickles y mostaza ($ 550).
También pesca del día y topinambur, crema de mejillones y azafrán ($ 750); ojo de bife a la leña, jardinera de zanahorias orgánicas y gribiche de kimchi ($ 850).
Postre: budín de banana, crema de queso y DDL de apio nabo ($ 350). Asimismo, se puede pedir para llevar un pote de dulce de apio nabo de gramos ($ 250).
Las cajas de "hits" vienen para una o dos personas. La primera incluye pan de masa madre y manteca ahumada; paté y pickles; hongos y bagna cauda; ojo de bife o pesca del día, y budín de banana ($ 1.450).
Para dos personas, pan de masa madre y manteca; terrina de cerdo; hummus y pepinos asados; dalmas de repollo; hongos y bagna cauda; ojo de bife a la leña o pesca del día y budín de banana ($ 2.100).
Tras convertir al pistacchio en un ícono de su propuesta, la heladería argentina lanza dos nuevas ediciones disponibles en todas sus sucursales, a partir de este mes de julio. Llegan los alfajores y conitos con corazón de "Avella Pistacchio".
Así como el locro y las empanadas son casi "obligados" en un menú patrio, el "Vigilante" es un postre tradicional que no puede faltar en la mesa de los argentinos. Santa Rosa propone una nueva versión que combina queso y dulce en una entrada.
En el corazón de Recoleta, Rufino presenta un menú por pasos, pensado para compartir, donde cada plato recorre sabores clásicos de la parrilla argentina, ejecutados por el chef Jerónimo Bichi.