La Guerra del AlfajorViernes, 27 de diciembre de 2019Una cita (muy cierta por otra parte) en la carta de postres del Restaurante Anchoíta, motivó una exagerada reacción del Exxel Group, propietario actual de la marca de alfajores más famosa. La respuesta de Enrique Piñeyro, dueño del lugar, denota una fina ironía en su condición de "pastelero en jefe".
Parece mentira que una empresa (o mejor dicho un megagrupo empresario) se ocupe de estas nimiedades. Pero es así, se toman la molestia de enviar una carta documento solamente porque en un menú del Restaurante Anchoíta asegura que los alfajores marplatenses eran una cosa antes del Exxel y otra muy distinta, de menor calidad después de la venta de la compañía.
En la enésima visita que realizamos a Anchoíta en los últimos días, nos encontramos con sendas cartas documento agregadas a la carta. En la primera, el presidente del Exxel Group "intima a remover de inmediato del menú el postre descripto como ‘reversión del famoso alfajor marplatense antes de que lo destruyera el Grupo Exxel', bajo apercibimiento de iniciar las acciones legales pertinentes, incluso aquellas orientadas a la reparación del daño ocasionado".
Aburrido texto que redactó un abogado del grupo inversor, para presionar al Restaurante Anchoíta por su definición del postre de marras.
La respuesta de Enrique Piñeyro no tiene desperdicio. Y es mucho más divertida, porque no la escribió un abogado, sino un piloto aeronáutico, médico, actor, empresario teatral, restaurateur y chef.
Dice Piñeyro: "En mi carácter de hombre adulto que se hace cargo del niño que fue, me dirijo a Ud. a fin de comunicarle que veo con buenos ojos que Ud. haya dado un paso al frente y confiese ser el responsable del despojo de una de mis reliquias de la infancia".
Y sigue: "Acepto sin dudar su convite a dirimir nuestras diferencias en los tribunales, y cruce usted los dedos para que ninguno de los jueces que nos toquen en suerte haya probado el famoso alfajor marplatense, antes de que Ud. y su desalmado Grupo Exxel lo destruyeran. Porque si alguno de los jueves llegó a probarlo, deberá Ud. prepararse para recibir un fallo adverso en todas las instancias". Firma la carta documento Enrique Piñeyro, "pastelero en jefe".
Y la P.D. afirma: "No lo removemos nada". Agregándose varios hashtags muy risueños: "Anchoíta resiste", "Devuélvannos el alfajor", "No al despojo de las reliquias de la infancia", y "Destruir al alfajor es delito".
Señor Piñeyro, por si hiciera falta, nos ponemos a disposición para declarar como testigos en el juicio que podría llevarse a cabo en los tribunales. Nosotros, como millones de argentinos que comíamos el alfajor marplatense y ahora lo recordamos con nostalgia porque todo tiempo pasado fue mejor, podríamos formar parte de un millonario ejército de testigos voluntarios en esta disputa judicial.
Una cita (muy cierta por otra parte) en la carta de postres del Restaurante Anchoíta, motivó una exagerada reacción del Exxel Group, propietario actual de la marca de alfajores más famosa. La respuesta de Enrique Piñeyro, dueño del lugar, denota una fina ironía en su condición de "pastelero en jefe".
Parece mentira que una empresa (o mejor dicho un megagrupo empresario) se ocupe de estas nimiedades. Pero es así, se toman la molestia de enviar una carta documento solamente porque en un menú del Restaurante Anchoíta asegura que los alfajores marplatenses eran una cosa antes del Exxel y otra muy distinta, de menor calidad después de la venta de la compañía.
En la enésima visita que realizamos a Anchoíta en los últimos días, nos encontramos con sendas cartas documento agregadas a la carta. En la primera, el presidente del Exxel Group "intima a remover de inmediato del menú el postre descripto como ‘reversión del famoso alfajor marplatense antes de que lo destruyera el Grupo Exxel', bajo apercibimiento de iniciar las acciones legales pertinentes, incluso aquellas orientadas a la reparación del daño ocasionado".
Aburrido texto que redactó un abogado del grupo inversor, para presionar al Restaurante Anchoíta por su definición del postre de marras.
La respuesta de Enrique Piñeyro no tiene desperdicio. Y es mucho más divertida, porque no la escribió un abogado, sino un piloto aeronáutico, médico, actor, empresario teatral, restaurateur y chef.
Dice Piñeyro: "En mi carácter de hombre adulto que se hace cargo del niño que fue, me dirijo a Ud. a fin de comunicarle que veo con buenos ojos que Ud. haya dado un paso al frente y confiese ser el responsable del despojo de una de mis reliquias de la infancia".
Y sigue: "Acepto sin dudar su convite a dirimir nuestras diferencias en los tribunales, y cruce usted los dedos para que ninguno de los jueces que nos toquen en suerte haya probado el famoso alfajor marplatense, antes de que Ud. y su desalmado Grupo Exxel lo destruyeran. Porque si alguno de los jueves llegó a probarlo, deberá Ud. prepararse para recibir un fallo adverso en todas las instancias". Firma la carta documento Enrique Piñeyro, "pastelero en jefe".
Y la P.D. afirma: "No lo removemos nada". Agregándose varios hashtags muy risueños: "Anchoíta resiste", "Devuélvannos el alfajor", "No al despojo de las reliquias de la infancia", y "Destruir al alfajor es delito".
Señor Piñeyro, por si hiciera falta, nos ponemos a disposición para declarar como testigos en el juicio que podría llevarse a cabo en los tribunales. Nosotros, como millones de argentinos que comíamos el alfajor marplatense y ahora lo recordamos con nostalgia porque todo tiempo pasado fue mejor, podríamos formar parte de un millonario ejército de testigos voluntarios en esta disputa judicial.