Al atardecer, The Brick Bar se convierte en el espacio ideal para compartir
sus cócteles originales y tablas preparadas especialmente por el chef Javier Marrone y su brigada.
Creadas por el chef ejecutivo del Sofitel Recoleta, Javier Marrone, durante el after office hay dos opciones de tablas para compartir.
Una vegetariana, con chips de batata con guacamole, blinis de siete granos con crema ácida y pepinillos, y minimilanesas de berenjenas, entre otros.
Y la otra, que entre sus preparaciones ofrece minihamburguesas (cordero, cerdo y vaca), lardón de pollo, quesos y fiambres. Ambas se sirven junto a dos cócteles, sugerencia del bartender.
En la carta de The Brick Bar se pueden encontrar tragos clásicos -Bloody Mary, Dry Martini, Manhattan, Gimlet, entre otros- y también la sección The Brick Collection, creaciones de autor a cargo del bartender Alex dos Santos Pereira. Están disponibles todos los días, desde las 18.
Algunas opciones: Little Ema (Ron Bacardi Superior, uvas, menta, pepino, azúcar); Shelby (Bourbon, jugo de limón, jugo de ananá, almíbar de canela y miel, Angostura); y Alma Criolla, que tiene a la cepa insignia de la Argentina como protagonista y se prepara con el método de refrescado cubano y estos ingredientes: 60ml Malbec frutado, 25ml Amaretto Disaronno; 30ml Gin de Los Apostoles; 45ml Jugo de pomelo rosado; 15ml almíbar simple; garnish: rodajas de pomelo y un poco de menta.
Servicio
"After Office" en The Brick Bar, Sofitel Buenos Aires Recoleta. Desde las 18, incluye una tabla para dos y dos tragos con alcohol. Precio para dos personas: $ 990 (IVA incluido).
Cabaña Las Lilas elaboró un menú exclusivo para la noche de Fin de Año, que incluye varios de sus platos emblemáticos. Además, la noche estará musicalizada con DJ y habrá suelta de globos a la medianoche, en la terraza del restaurante.
Si algo le faltaba a la inefable, irrelevante y obscena lista conocida como 50° Best Restaurants (que son 100 curiosamente), es que Astrid & Gastón esté ubicado en un lugar insólito: N° 81 de Latinoamérica, habiendo sido alguna vez el primero. Cuenta Gastón Acurio que le llegaron numerosos comentarios, sobre todo de gente espantada por esta falta de respeto. Sin embargo, las reflexiones del chef peruano no dejan de sorprender por su cuota de humildad, una virtud que no abunda precisamente en este gremio de egocéntricos.
Escaleras arriba, en el living, Winston Club invita a descubrir la cocina de Jonás Alba y Jeremías Cacino, chef y souschef, respectivamente. Una propuesta que, como ellos mismo la definen, se apoya en cuatro pilares: historia, tradición, memoria y producto.