Suma y sigue la crisis... el Peugeot Lounge, que había nacido hace apenas cuatro años con bombos y platillos, cerró sus puertas hace dos semanas. Por ahí, en tan poco tiempo, pasaron grandes cocineros pero terminaron convirtiéndose en un bar más de Palermo. Así les fue.
Siempre nos da pena cuando un restaurante cierra sus puertas. Mucha gente se queda sin trabajo y a veces, nos apodera la nostalgia tal como comentábamos hace pocos días sobre la situación de Rond Point.
La catarata de cierres de lugares gastronómicos no se detiene. Ahora le tocó el turno al Peugeot Lounge. Penoso por donde se lo mire, solo pensar que allí cocinaron Martín Baquero, Diego Gera y Ramiro Solís, entre otros grandes profesionales.
Decíamos en el momento de su apertura: "Un menú escueto pero con el nivel que nos tiene acostumbrado Martín Baquero, es lo que propone 404 Bistró, el restaurante del Peugeot Lounge que fue inspirado en el local de la automotriz en la avenida Champs Élysées, de París. Baquero armó una brigada de cocina que atiende también la planta baja, donde hay un bar de tragos y comidas en el que se ofrecen tapas con preparaciones de distintos países. La carta del bistró es corta, con cinco entradas, y otros tantos principales y postres. La relación precio calidad es excelente. Hay 30 cubiertos en el salón, 10 en el VIP y 60 en la terraza".
En aquel momento, estaba Inés de los Santos a cargo de la barra y Fabricio Portelli como sommelier jefe.
Un año después, en mayo de 2015, fue Diego Gera, el chef argentino con mejor posición histórica en el Bocuse d'Or, quien tomó el volante con una propuesta de "Bar & Drinks".
Ahí quedó demostrado que eran todos grandes pilotos para tan pobre automóvil. Algo fallaba. Cuando en 2016 subió al auto el chef Gonzalo Arbilla Díaz y en el local de Puerto Madero, el misionero Ramiro Solís, la máquina ya se había quedado sin combustible como para llegar a la meta.
El local de Puerto Madero se transformó en una Birrería y el de Palermo, en los hechos, también se convirtió en cervecería con escasa o nula preocupación por la comida.
Finalmente, el auto se quedó en la recta y a los mecánicos (brigada y camareros) les pagaron la indemnización al menos para que carguen la Sube. ¿Qué pasará con el local? No se sabe, pero quizás abran otra cervecería. Algo así como pasar de un automóvil lujoso a un monopatín.
Roman Kissa Bar, un nuevo concepto inspirado en los kissa bars japoneses (espacios dedicados a la escucha atenta de vinilos), abrió sus puertas el 3 de diciembre en el barrio de Palermo. Lo definen como "un bar que propone un ambiente enfocado en el sonido de alta fidelidad, el silencio y una propuesta de coctelería y cocina de vanguardia".
15 de diciembre: edición única y limitada de "Fuego Compartido", que hace su tercer Pop-Up del año en República del Fuego, con la participación de BASA Buenos Aires. Un encuentro gastronómico efímero, donde dos cocinas se unen alrededor del fuego para crear una propuesta única.
Los avances tecnológicos, la conectividad y la rapidez para buscar información son una maravilla a celebrar, y debemos utilizarlos como herramientas muy útiles en nuestras actividades. Pero, no olvidemos aquello de "zapatero a tus zapatos", y a no creerse que pidiendo a la IA una reseña gastronómica o una novela, podamos ejercer como periodistas o escritores.
