El chef de Mishiguene nos cuenta la historia de los blintzes, que entre otras cosas dieron origen a las crêpes francesas. En su restaurante, los sirve hechos de remolacha y rellenos con helado de remolachas y crema agria.
Tevye "el lechero", en las historias de Sholem Aleijem, estaba bastante orgulloso de los blintzes de su esposa. En un pasaje, él se deleita con esos gloriosos blintzes mientras se sirven a los invitados en medio de la fiesta de Shavuot: "y muy pronto Golda apareció con los blintzes, calientes, directamente de la sartén, con mucho relleno y deliciosos".
En el Siglo XIV, los turcos conquistaron los Balcanes, donde introdujeron panqueques de trigo muy finos que se cocinaban en una sartén poco profunda y luego se rellenaban y enrollaban.
Los rumanos los llamaron "clatita" o "placinta", la pronunciación rumana de la palabra para la antigua tarta de queso plana romana. En el Siglo XVI, el panqueque delgado se extendió de Rumania a Ucrania, pero cambiando el nombre al blintz eslavo.
Desde Ucrania, el blintze continuó a Polonia y Lituania. El término blintze-blintz proviene del yiddish, que denota tanto un panqueque simple como uno relleno, pero entre algunos hablantes los blintzes sin relleno también se conocen como bletlaj (hojas).
En Francia, se convirtieron en crêpes (del latín "crispus": rizado, arrugado), suplantando los panqueques gruesos medievales anteriores del mismo nombre.
El blintz no es exactamente una crêpe. Es más robusto, en parte debido a la mayor proporción de huevos y, a veces, a la ausencia de leche. Para las comidas lácteas, la mezcla puede contener leche o derivados, pero para platos con carne, la masa está hecha a base de agua. Del mismo modo, los blintzes lácteos se pueden freír en manteca, mientras que los destinados a una comida de carne se fríen en aceite o schmaltz.
Las crêpes se cocinan en ambos lados, mientras que las bletlach solo en uno. Un blintz suele ser doblado y enrollado en un paquete para envolver el relleno como un sobre, todo para freír.
Antiguamente, el bletlach de trigo sarraceno duro, se preparaba de manera diaria, mientras que los más delicados hechos a base de harina blanca eran considerados un lujo y se reservaban para ocasiones especiales.
Sólo en el Siglo XIX, con la mayor disponibilidad y asequibilidad de la harina de trigo fino en Europa, la bletlach de trigo se hizo popular.
En la nueva carta de otoño de Mishiguene, presentamos nuestros nuevos blintzes de remolachas, rellenos con helado de remolachas y queso agrio.
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