LQF trae a tu comercio y a domicilio un nuevo concepto: la pizza en cono. Comprás la pizza congelada, en forma de cucurucho, y la ponés en la tostadora que comercializa la misma empresa. Y listo.
La empresa LQF introdujo en el mercado la novedosa tostadora para la preparación de la pizza en cono. Esto facilita y agiliza el despacho del producto, lo que la hace ideal para pancherías, drugstores, buffets de clubes y cualquier tipo de comercios, incluyendo comedores de escuelas, así como en los hogares.
Una vez provisto el artefacto, se pide la entrega del producto congelado en todas sus variedades. La tostadora convertirá al instante el cono en una crocante masa de pizza, relleno de mozzarella derretida en su punto ideal, evitando que chorree y ensucie.
Otro dato a destacar es que la tostadora se entrega en comodato a los comerciantes. Pero si no se cuenta con los negocios antes mencionados, LQF brinda la comercialización mediante franquicia.
La idea corresponde al empresario Alejandro Flores, quien ofrece también conos para vegetarianos, veganos y celíacos. Y lógicamente los sabores más tradicionales. Como si fuera un helado de cucurucho pero no, es un pizza. Más información se puede solicitar en el mail: quieromitostadora@lqfweb.com
Se trata de un menú aniversario de tres pasos, que incluye también agua y una copa de vino o bebida sin alcohol. A solo $ 33.000 por persona, y descuento del 10% por pago en efectivo.
En una casa histórica de más de 100 años, que perteneció al sobrino del expresidente Carlos Pellegrini, se instaló Muyè, el nuevo proyecto gastronómico de Marcelo Böer, junto a Fernando Bertuol. Tuvimos la oportunidad de conocer el lugar en la marcha blanca. Todavía en etapa de experimentación, de prueba y error, encontramos una propuesta en la que sincronizaban armoniosamente cocina, ambiente y servicio.
El hombre es un maestro, solo que para hacer plata. Como cocinero, es del montón. Y no para de llamar la atención con excentricidades como ésta: una milanesa crudeli crudeli. Contradicción pura, el chef que quema todo, acá te encaja una milanga que da asco de solo verla. Y los periodistas obsecuentes aplauden, como siempre. En tanto que los comensales ingenuos creen que están disfrutando de la obra de un genio.
