Primer restaurante para nudistasViernes, 3 de junio de 2016Esta vez no es que te dejen en cueros por lo que se paga, sino que Londres hace punta en una nueva moda: un lugar donde para comer hay que desvestirse primero. Lo único textil serán las servilletas y el mantel.
El 10 de junio y hasta el mes de agosto (el verano europeo, claro está) abrirá sus puertas en Londres el Restaurante The Bunyadi, descripto por sus creadores como el primer restaurante del mundo en ofrecer este tipo de experiencia para comunidades no nudistas.
Esto significa que si bien hay lugares de este tipo en playas nudistas europeas, es la primera vez que se arma un restaurante en una capital europea con este tipo de características.
La sede aún no ha sido revelada pero se sabe que el local contará con dos zonas: una para estar desvestido y otra donde se permite llevar una bata que se le entregará a cada persona al llegar y de la que podrán despojarse al pasar por un “sendero a la pureza”, al final del cual serán recibidos por los camareros.
A pocos días de su inauguración, la lista de espera ya incluía a casi 40 mil personas.
En declaraciones formuladas a BBC Mundo, Seb Lyall, creador del restaurante, dice estar gratamente sorprendido con la acogida que ha tenido la propuesta de The Bunyadi dado que no hubo un estudio o sondeo previo que pudiera garantizar que habría interesados.
Lyall señaló que “no ha habido oposición o crítica al concepto del restaurante”, y la conclusión que saca es que “muchas personas coinciden con que está bien encontrar un lugar en el que no se les va a juzgar por no cumplir con los parámetros de la imagen que la moda ha impuesto, un lugar en el que realmente no estarán expuestos al cien por ciento donde se verán las siluetas pero las luces tenues de las velas que iluminarán el lugar, permitirán a los tímidos sentirse más cómodos”.
HANGLIN DE PARABIENES: ABRE EL PRIMER RESTAURANTE PARA NUDISTAS. EL LUGAR ES IDEAL PARA GENTE COMO DOMAN, YA QUE ALLÍ NO TIENEN QUE SACAR LA BILLETERA DEL BOLSILLO.
Para aquellos a los que se preocupan por la higiene, los cocineros estarán completamente vestidos. En las mesas, todas las personas se sentarán sobre sus batas o sobre toallas, respetando las reglas de etiqueta que la Asociación Americana de Recreación Nudista propone, en tanto que los camareros llevarán puestos guantes y sus partes íntimas estarán cubiertas.
Lo curioso es que mirando las reservas que están en lista de espera, han sorprendido las mujeres. Son ellas las que mostraron menos pudor ante la situación de comer sin ropa frente a desconocidos. Justo al revés de lo que ocurre en las playas nudistas.
Recomiendas taparse las partes íntimas con una servilleta a la hora de comer y nada de fotos. El precio del menú degustación oscilará entre los 70 y 85 euros con versión vegetariana o carnívora. Todos los alimentos utilizados serán orgánicos.
Según Lyall, uno de los mayores retos fue el diseño de los cubiertos, que serán comestibles. Además, no se servirá comida caliente para prevenir accidentes que puedan lesionar la piel. Una de las dudas que nos queda es dónde la gente dejará la billetera.
Esta vez no es que te dejen en cueros por lo que se paga, sino que Londres hace punta en una nueva moda: un lugar donde para comer hay que desvestirse primero. Lo único textil serán las servilletas y el mantel.
El 10 de junio y hasta el mes de agosto (el verano europeo, claro está) abrirá sus puertas en Londres el Restaurante The Bunyadi, descripto por sus creadores como el primer restaurante del mundo en ofrecer este tipo de experiencia para comunidades no nudistas.
Esto significa que si bien hay lugares de este tipo en playas nudistas europeas, es la primera vez que se arma un restaurante en una capital europea con este tipo de características.
La sede aún no ha sido revelada pero se sabe que el local contará con dos zonas: una para estar desvestido y otra donde se permite llevar una bata que se le entregará a cada persona al llegar y de la que podrán despojarse al pasar por un “sendero a la pureza”, al final del cual serán recibidos por los camareros.
A pocos días de su inauguración, la lista de espera ya incluía a casi 40 mil personas.
En declaraciones formuladas a BBC Mundo, Seb Lyall, creador del restaurante, dice estar gratamente sorprendido con la acogida que ha tenido la propuesta de The Bunyadi dado que no hubo un estudio o sondeo previo que pudiera garantizar que habría interesados.
Lyall señaló que “no ha habido oposición o crítica al concepto del restaurante”, y la conclusión que saca es que “muchas personas coinciden con que está bien encontrar un lugar en el que no se les va a juzgar por no cumplir con los parámetros de la imagen que la moda ha impuesto, un lugar en el que realmente no estarán expuestos al cien por ciento donde se verán las siluetas pero las luces tenues de las velas que iluminarán el lugar, permitirán a los tímidos sentirse más cómodos”.
HANGLIN DE PARABIENES: ABRE EL PRIMER RESTAURANTE PARA NUDISTAS. EL LUGAR ES IDEAL PARA GENTE COMO DOMAN, YA QUE ALLÍ NO TIENEN QUE SACAR LA BILLETERA DEL BOLSILLO.
Para aquellos a los que se preocupan por la higiene, los cocineros estarán completamente vestidos. En las mesas, todas las personas se sentarán sobre sus batas o sobre toallas, respetando las reglas de etiqueta que la Asociación Americana de Recreación Nudista propone, en tanto que los camareros llevarán puestos guantes y sus partes íntimas estarán cubiertas.
Lo curioso es que mirando las reservas que están en lista de espera, han sorprendido las mujeres. Son ellas las que mostraron menos pudor ante la situación de comer sin ropa frente a desconocidos. Justo al revés de lo que ocurre en las playas nudistas.
Recomiendas taparse las partes íntimas con una servilleta a la hora de comer y nada de fotos. El precio del menú degustación oscilará entre los 70 y 85 euros con versión vegetariana o carnívora. Todos los alimentos utilizados serán orgánicos.
Según Lyall, uno de los mayores retos fue el diseño de los cubiertos, que serán comestibles. Además, no se servirá comida caliente para prevenir accidentes que puedan lesionar la piel. Una de las dudas que nos queda es dónde la gente dejará la billetera.
