El Rey de los “Termitas”

Lunes, 22 de abril de 2013
Por estos pagos, los “termitas” se han multiplicado de manera proporcional a la crisis económica. Pero como dice el dicho, “en todos lados se cuecen habas”. Un británico puede ser considerado el rey de los “termas”. Les contamos por qué.

Los “termitas” son esos personajes que nos sorprenden día a día en los eventos multitudinarios, en los que resulta más fácil colarse y comer de garrón. A muchos les conocemos las caras, otros aparecen de improviso y se suman a la fauna de “termas” caraduras y “ladris”. Otro ejemplar es el “eventero”, que no trabaja de periodista sino de eso, de ir a cuanto evento surja y sepa que se va a llevar un regalito a casa. Pero a diferencia de los “termas”, al menos son invitados, aunque uno no sepa por qué los siguen poniendo en los mailings si nunca publican nada. Los “termitas”, en verdad, son unos rateros de cuarta. Los hemos visto muchas veces comer sin solución de continuidad, siempre están con la boca llena y la copa en la mano, haciendo sociales y entregando tarjetas personales de medios inexistentes. Muchas veces, los anfitriones, pese a reconocerlos, los dejan tranquilos para evitar escándalos; parece que es más negocio permitirles que se llenen la panza que quedar expuestos al papelón, porque son capaces de hacerse los indignados como si fueran periodistas de los medios más importantes de la ciudad. No sólo se llenan la panza, también los bolsillos. Meten en sus bolsillos holgados, cucharitas, tenedores, cuchillos, sobres de azúcar, lo que sea, hasta bocaditos dulces y salados, todo lo que puedan atrapar con sus garras insaciables.

Pero la verdad es que no llegan a los talones a un británico, llamado Jeremy Heath, que según leemos en el diario El País, de Madrid, se ha pasado los últimos cinco años comiendo “de gorra” (para nosotros sería “de garrón”) en los restaurantes de la isla. Heath no es periodista, pero se las ha ingeniado para comer de arriba en los mejores lugares. El modus operandi era simple: tras comer y beber lo más caro de la carta, el tipo simulaba un paro cardíaco y el servicio de emergencia se lo llevaba en ambulancia al hospital más cercano. Una vez allí, se recuperaba milagrosamente y volvía a su casa con la panza llena y el bolsillo contento. Tan cebado estaba Heath que comenzó a “sufrir” parálisis cerebral y otros achaques físicos como para cambiar de verso. Pero la gula pudo más, es así que reincidió descaradamente en bares y restaurantes que habían sido sus víctimas meses antes. Y también llegó a hacer doblete en sendos lugares, uno al mediodía y otro a la noche. La mentira tiene patas cortas, pero la verdad es que si sumamos lo consumido en cinco años por el “rey de los termas”, la cifra seguramente trepa a unas 100.000 libras esterlinas. Un maestro del timo, sin dudas. Nada que ver con los “termitas” locales, al fin y al cabo invitados truchos del subdesarrollo, que se conforman con unos canapés, alguna cucharita y por qué no, hasta algún choripán en el bolsillo trasero del pantalón.

 
Más de Periodismo Gastronómico
La religión y el vino
Periodismo Gastronómico

La religión y el vino

Para el fundador y director de Fondo de Olla ©, hay dos periodistas preclaros a la hora de escribir y hablar sobre el vino. Son ellos Gustavo Choren, "culpable" de que uno se haya dedicado a la prensa enogastronómica (lamentablemente fuera del gremio), y el otro Diego Bigongiari (les aconsejamos a nuestros lectores seguirlo en su sitio: diegobigongiari.ar - En esta oportunidad, nos ilustra sobre "la religión y el vino". Incluye, además del catolicismo y el judaísmo, a lo biodinámico y lo vegano. Nos tomamos el atrevimiento de comentar algunas de sus impresiones, pero lo mejor es leer su nota completa, titulada: "La religión y el vino: de misa, kosher, biodinámico y vegano".