Pascua chocolatosaViernes, 31 de marzo de 2017La compañía emblema de chocolates suizos trae a la Argentina su tradicional Lindt Gold Bunny, los conejitos que identifican a la Pascua.
Tras años de oscurantismo y mediocridad, de a poco parece que la Argentina vuelve a la normalidad y el público gourmet está de parabienes. Con el ingreso de productos de calidad que superan largamente la medianía, hoy el consumidor tiene su opción, que no es otra que comprar lo mejor sin que ningún funcionario lo impida.
Uno de los casos es el de los famosos chocolates Lindt, un emblema de Suiza. El embajador de ese país en Buenos Aires, ofreció su residencia para la presentación del Gold Bunny, un conejito de chocolate con leche envuelto en un papel dorado con un suave cascabel.
Este instalado ícono de la Pascua que nació en 1952, actualmente se comercializa en más de 60 países y se producen más de 140 millones de unidades en todo el mundo.
La leyenda cuenta que el conejo Lindt fue ideado en un domingo de Pascua brillante y soleado en Suiza, mientras el maestro chocolatero de la marca disfrutaba de su banquete familiar. Allí, la hija más joven estalló de alegría al encontrar un conejo pequeño, con pelo brillante. Cuando la niña quiso alcanzarlo, el conejito saltó por el jardín y desapareció.
Conmovido por la tristeza de su hija, el padre imaginó una creación de Lindt especialmente para ella. Lo elaboró con chocolate suave, envuelto en papel dorado y una cinta roja con un cascabel para que nunca pierda de vista a su nuevo amigo.
Suiza y la tradición del chocolate están muy unidos, ya que fue Rudolph Lindt quien revolucionó la forma de consumo en ese país. Hasta el año 1879, el chocolate era duro, amargo y difícil de comer.
Pero este pastelero sibarita decidió crear un chocolate que fuese amable en boca y creó - con una receta familiar que hasta hoy se mantiene en secreto - un chocolate cremoso y extrafino con un revolucionario método. Lo que sí se sabe es que gracias al proceso de conchage se retiró el gusto amargo y se incorporó la textura aterciopelada que tantos adeptos tiene hoy en el mundo.
En la Argentina, el conejo y el resto de productos de la línea de Pascua de Lindt & Sprüngli, como los huevos Lindor, están cada vez más cerca de los fanáticos del chocolate gracias a su llegada a más de 300 puntos de venta en todo el territorio nacional. El grupo London Supply es el encargado de traer al país estos productos premium.
Lindt & Sprüngli se remonta a una larga tradición de 170 años que tiene su origen en Zürich, Suiza. Hoy en día, sus productos se elaboran en 12 plantas de producción propia en Europa y los Estados Unidos. Están distribuidos por 24 filiales y sucursales, en más de 370 tiendas propias, y también a través de una extensa red de más de 100 distribuidores independientes en todo el mundo y cuenta con más de 13.000 empleados.
La compañía emblema de chocolates suizos trae a la Argentina su tradicional Lindt Gold Bunny, los conejitos que identifican a la Pascua.
Tras años de oscurantismo y mediocridad, de a poco parece que la Argentina vuelve a la normalidad y el público gourmet está de parabienes. Con el ingreso de productos de calidad que superan largamente la medianía, hoy el consumidor tiene su opción, que no es otra que comprar lo mejor sin que ningún funcionario lo impida.
Uno de los casos es el de los famosos chocolates Lindt, un emblema de Suiza. El embajador de ese país en Buenos Aires, ofreció su residencia para la presentación del Gold Bunny, un conejito de chocolate con leche envuelto en un papel dorado con un suave cascabel.
Este instalado ícono de la Pascua que nació en 1952, actualmente se comercializa en más de 60 países y se producen más de 140 millones de unidades en todo el mundo.
La leyenda cuenta que el conejo Lindt fue ideado en un domingo de Pascua brillante y soleado en Suiza, mientras el maestro chocolatero de la marca disfrutaba de su banquete familiar. Allí, la hija más joven estalló de alegría al encontrar un conejo pequeño, con pelo brillante. Cuando la niña quiso alcanzarlo, el conejito saltó por el jardín y desapareció.
Conmovido por la tristeza de su hija, el padre imaginó una creación de Lindt especialmente para ella. Lo elaboró con chocolate suave, envuelto en papel dorado y una cinta roja con un cascabel para que nunca pierda de vista a su nuevo amigo.
Suiza y la tradición del chocolate están muy unidos, ya que fue Rudolph Lindt quien revolucionó la forma de consumo en ese país. Hasta el año 1879, el chocolate era duro, amargo y difícil de comer.
Pero este pastelero sibarita decidió crear un chocolate que fuese amable en boca y creó - con una receta familiar que hasta hoy se mantiene en secreto - un chocolate cremoso y extrafino con un revolucionario método. Lo que sí se sabe es que gracias al proceso de conchage se retiró el gusto amargo y se incorporó la textura aterciopelada que tantos adeptos tiene hoy en el mundo.
En la Argentina, el conejo y el resto de productos de la línea de Pascua de Lindt & Sprüngli, como los huevos Lindor, están cada vez más cerca de los fanáticos del chocolate gracias a su llegada a más de 300 puntos de venta en todo el territorio nacional. El grupo London Supply es el encargado de traer al país estos productos premium.
Lindt & Sprüngli se remonta a una larga tradición de 170 años que tiene su origen en Zürich, Suiza. Hoy en día, sus productos se elaboran en 12 plantas de producción propia en Europa y los Estados Unidos. Están distribuidos por 24 filiales y sucursales, en más de 370 tiendas propias, y también a través de una extensa red de más de 100 distribuidores independientes en todo el mundo y cuenta con más de 13.000 empleados.
