La Medalla de TrapicheLunes, 12 de diciembre de 2016Trapiche Medalla es una etiqueta que nace en 1983 para conmemorar el Centenario de la bodega. La cocina de Oviedo sirvió platos pensados para cuatro exponentes de esta etiqueta que es ícono indiscutido en nuestra vitivinicultura.
El Grupo Peñaflor realizó una cata vertical de su etiqueta Medalla, que permitió comprobar la evolución del vino y presentar los nuevos varietales de la etiqueta.
La degustación vertical estuvo guiada por el reconocido Daniel Pi, jefe de Enología del grupo. Es un enólogo sui generis, con sus salidas humorísticas y nada de protocolo, lo cual ayuda a que la cata no sea solamente productiva para el periodista, sino también divertida. Lo acompañó Sergio Casé, su mano derecha en la bodega.
Este vino está compuesto principalmente por Cabernet Sauvignon con el agregado en menor proporción de Malbec y Cabernet Franc. En relación a este tema, Pi mencionó que "en Trapiche apostamos por el Cabernet Sauvignon, hay que darle promoción a esta cepa".
Comenzamos la cata con la añada 1996, un vino maduro y claramente evolucionado, de notas mentoladas, higo o membrillo, de taninos firmes y donde queda en el paladar presente el uso de la madera que tuvo la elaboración.
Seguimos con la 2003, el año en que Daniel Pi arrancó como jefe de Enología, y encontramos un vino equilibrado, mucha fruta madura, especias dulces y esa nota vegetal tan característica del Cabernet Sauvignon. Un "vino jugoso", como lo describiría alguien en la mesa. Vale decir que 13 años después, está en perfecto estado.
El Medalla 2006 nos trae mucha fruta y torrefacción (café-tofee) bien integradas; una punta interesante es una nota salina, sobre la cual el enólogo explicó que los suelos con cierta carga de limo dan salado y que además el ácido succínico (subproducto de la fermentación alcohólica) puede dar también un perfil salino.
Para terminar, la añada 2010 nos pareció que requiere un par de años más en botella para suavizar la potencia con la que carga la etiqueta.
Respecto a la cena, la cocina de Oviedo sirvió platos pensados para el Trapiche Medalla Chardonnay 2015, Medalla Malbec 2013, Medalla Blend 2013 y el Medalla Cabernet Sauvignon 2013.
En una cultura como la nuestra, donde no pensamos en comprar para guardar y donde los productores se vuelcan principalmente en hacer vinos jóvenes, la línea Trapiche Medalla ofrece la garantía para los que nos gusta encontrar el famoso bouquet del que tantos hablan pero tan poco aparece en la Argentina.
El tiempo nos dará la razón (¿o la historia nos absolverá?), porque por el momento, recomendamos comprar y esperar que los años hagan su trabajo. Es una buena inversión.
Trapiche Medalla es una etiqueta que nace en 1983 para conmemorar el Centenario de la bodega. La cocina de Oviedo sirvió platos pensados para cuatro exponentes de esta etiqueta que es ícono indiscutido en nuestra vitivinicultura.
El Grupo Peñaflor realizó una cata vertical de su etiqueta Medalla, que permitió comprobar la evolución del vino y presentar los nuevos varietales de la etiqueta.
La degustación vertical estuvo guiada por el reconocido Daniel Pi, jefe de Enología del grupo. Es un enólogo sui generis, con sus salidas humorísticas y nada de protocolo, lo cual ayuda a que la cata no sea solamente productiva para el periodista, sino también divertida. Lo acompañó Sergio Casé, su mano derecha en la bodega.
Este vino está compuesto principalmente por Cabernet Sauvignon con el agregado en menor proporción de Malbec y Cabernet Franc. En relación a este tema, Pi mencionó que "en Trapiche apostamos por el Cabernet Sauvignon, hay que darle promoción a esta cepa".
Comenzamos la cata con la añada 1996, un vino maduro y claramente evolucionado, de notas mentoladas, higo o membrillo, de taninos firmes y donde queda en el paladar presente el uso de la madera que tuvo la elaboración.
Seguimos con la 2003, el año en que Daniel Pi arrancó como jefe de Enología, y encontramos un vino equilibrado, mucha fruta madura, especias dulces y esa nota vegetal tan característica del Cabernet Sauvignon. Un "vino jugoso", como lo describiría alguien en la mesa. Vale decir que 13 años después, está en perfecto estado.
El Medalla 2006 nos trae mucha fruta y torrefacción (café-tofee) bien integradas; una punta interesante es una nota salina, sobre la cual el enólogo explicó que los suelos con cierta carga de limo dan salado y que además el ácido succínico (subproducto de la fermentación alcohólica) puede dar también un perfil salino.
Para terminar, la añada 2010 nos pareció que requiere un par de años más en botella para suavizar la potencia con la que carga la etiqueta.
Respecto a la cena, la cocina de Oviedo sirvió platos pensados para el Trapiche Medalla Chardonnay 2015, Medalla Malbec 2013, Medalla Blend 2013 y el Medalla Cabernet Sauvignon 2013.
En una cultura como la nuestra, donde no pensamos en comprar para guardar y donde los productores se vuelcan principalmente en hacer vinos jóvenes, la línea Trapiche Medalla ofrece la garantía para los que nos gusta encontrar el famoso bouquet del que tantos hablan pero tan poco aparece en la Argentina.
El tiempo nos dará la razón (¿o la historia nos absolverá?), porque por el momento, recomendamos comprar y esperar que los años hagan su trabajo. Es una buena inversión.