Gioia, el restaurante italiano del Palacio Duhau Park Hyatt Hotel, ha tenido el gran mérito de traer a Buenos Aires un nuevo estilo de cocina italiana, aggiornada pero al mismo tiempo auténtica.
Es curioso, pero muchos aún se resisten a aceptar una modernización de la cocina italiana. Es que aquí no estamos hablando de una revolución tal como ocurriera en España, fundamentalmente en Cataluña y Euzkadi (País Vasco), sino de un aggiornamento que le agrega otros valores a los platos clásicos. Aún así, a siete años de su inauguración, podemos decir que sólo encontramos un émulo de Gioia en Buenos Aires: L’Adesso. Los demás ristoranti, que los hay excelentes, muy buenos, buenos, discretos y malos, mantienen a rajatabla las elaboraciones sin agudizar el ingenio. Y en algunos casos, hasta traicionan las raíces con abominables mezclas ítalo porteñas. No es que un estilo sea mejor que el otro, sino que siempre viene bien un soplo de renovación. Por ejemplo, un risotto de cerdo con manzana no es tan usual de encontrar en la madre patria de la mayoría de los argentinos (entre los que me encuentro).
A siete años de su inauguración, el Hyatt logró imponer en Gioia una culinaria moderna que respeta las tradiciones italianas pero que mantiene las raíces, basadas en la sencillez y la prevalencia del producto por sobre la técnica.
Gioia comenzó a transitar su camino de la mano de Máximo López May (entonces su jefe de cocina y hoy chef ejecutivo). Luego hubo un paso del italiano Fabio Brambilla en dupla con Franco Canzano (uno emigró a Turquía, el segundo a Qatar), y ahora nuevamente Máximo con Pedro Tassarolo, quien desde hace algunos meses es su chef de ristorante. Gioia cuenta con un aditamento extra, sobre todo ahora con la inminencia del buen clima, ideal para disfrutar de la terraza con vista al Palacio Duhau. Otra novedad que han incorporado hace tiempo es la posibilidad de optar por medias porciones, siempre buscando armar una “autodegustación” que permitirá probar otras opciones tentadoras de la carta.
La carta de primavera, recién estrenada, propone menú de un paso (antipasto a $ 240), de dos pasos ($ 320) y de tres ($ 380), valor que incluye agua y café o té. También puede pedirse el buffet de postres a $ 100. Todos los precios son a septiembre de 2013.
Hay sopas de arvejas, con mascarpone, panceta y menta; minestra de vegetales con pesto de tomates secos y bruschetta de parmesano; estofado de mejillones, papa, chauchas, hongos frescos y salmoriglio; risotto de langostinos en su caldo con mascarpone, rúcula y cítricos; de cerdo con manzana, endivias, hinojo y vinagreta de naranja con miel. El capítulo de pastas incluye un amplio repertorio: rótolo de espinacas con tomates secos, jamón crudo y crema de parmesano; gnocchi de papa y ajo rostizado con bocconcini, tomates cherries y berenjenas asadas; ravioli de mozzarella de búfala con ralladura de limón, alcauciles y manteca de salvia; pappardelle con pulpitos, tomates, portobellos, espárragos y queso pecorino, y varias más.
Ofrecen además guarniciones, ensaladas, papines asados y polenta húmeda con parmesano. Excelente buffet de postres. La pastelería siempre ha sido un punto muy fuerte en el Hyatt. En síntesis, una excelente oportunidad para disfrutar de la cocina de nuestros ancestros, modernizada y con un toque de distinción que la potencia.