Alex Gordon, el dueño de la cadena de fast food, Nac & Pop, está desaparecido desde hace varios meses. No pagó los sueldos y dejó el tendal.
Dicen que ni su familia sabe dónde está Alex Gordon, el creador de Nac & Pop, que con su propuesta populista intentó derrotar a los gigantes del Imperio. Autodefinido como “socialista” y “sionista”, Alex Gordon se pareció más a un aprovechador del auge K, con una propuesta económica, la imagen de la Coca Sarli, Maradona, Charly García y hasta Mafalda, y una evidente competencia contra las cadenas yanquis. La idea era captar al público supuestamente “nacional y popular”, o mejor dicho “nacional populista”. Luego de dos décadas en Israel, algunos medios periodísticos locales lo definieron como un “empresario exitoso”, que volvía a la Argentina para abrir una cadena de locales de fast food criollo, muy baratos, abiertos las 24 horas pero sin seguridad y una dudosa calidad de producto. Hoy, los 170 trabajadores que dejó en banda “Flash” Gordon, intentan ahora transformarse en cooperativa o empresa recuperada, como suele decirse en el mundo K.
Este uruguayo de apellido cuasi obeso, había incursionado en la gastronomía local comprando un local de La Robla. Con Nac & Pop, logró abrir 13 locales y armar menús con nombres tan ilustrativos como “La Coca Sarli”, “La Cumbiera” y “La Pulga”.
En 2012, durante una entrevista con LA NACION, Gordon sostuvo que no estaba identificado con el gobierno, aunque admitía sus simpatías con el modelo. El término Nac&Pop fue tomado lógicamente del lenguaje K.
De Nac & Pop sólo quedará en el recuerdo de la Coca Sarli, imagen elegida por Alex “Flash” Gordon, el empresario que con bombos y platillos abrió la cadena de hamburguesas según el modelo K y duró lo que un flash justamente.
Uno de los problemas de los locales, abiertos las 24 horas, era la inseguridad. Y para combatirla, lejos de contratar personal especializado, decidió que por la noche fueran atendidos únicamente por mujeres. Las mandó al muere, pobres chicas, aunque él mismo solía ufanarse de que sus locales no eran asaltados.
La idea coincidió con la euforia por los festejos del Bicentenario, la apertura llegó unos meses después, ya en 2011. Los precios bajos no pudieron mantener rentable el negocio, luego de que los índices inflacionarios subían por el ascensor y los sueldos lo hacían por la escalera, y encima con la AFIP cobrando el impuesto a las ganancias en cada piso. Gordon, quien decía que la facturación anual era de 24 millones de pesos, pensaba inclusive cotizar en la Bolsa. El paso siguiente fue la caída de la calidad del producto, ya de por sí bastante bajo. Cansados de no cobrar (los empleados denunciaron que les adeudaban tres meses de sueldo), ahora intentan gestionar la cadena como cooperativa, mientras Gordon no aparece por ningún lado y hasta su propio hermano dice desconocer su paradero. Parece que “Flash” ya no tenía ni para la Coca, lo cual es un eufemismo, ya que en su local la única Coca que se veía era la Sarli. Ahora solo falta que salga Víctor Hugo a decir que la quiebra de Nac & Pop es culpa de Magnetto.