Miller, andá a tomar cerveza ídem

Martes, 27 de diciembre de 2011
La noticia es que el catador estrella Jay Miller, de la Revista The Wine Advocate, la publicación del “nefasto” Robert Parker, ha cesado en sus funciones. Acusado de corrupción en España, el hombre, capaz de catar y calificar cientos de vinos en una sola jornada, se fue a su casa (o lo fueron)

Su "majestad" Robert Parker


El encomillado de la palabra “nefasto” responde a una calificación que hace tiempo hizo mi amigo y colega Gustavo Choren. Comparto, claro está, la apreciación. Para quienes no lo saben, Parker es amigo personal de Michel Rolland, con quien tiene una sociedad de hecho. Los vinos de MR siempre gozan de altísimos puntajes en la publicación. Pero hoy la noticia es otra: Jay Miller, el periodista estrella de TWA ha dejado su puesto y lo reemplazará quien era su segundo: el inglés británico Neal Martin.

A principios de diciembre, Miller (que nada tiene que ver con la cerveza que lleva su mismo apellido en USA) debió dejar su función, sin que se haya aclarado si se fue o lo fueron. Lo cierto es que el escándalo explotó en España, donde Jay había sido invitado por Pancho Campo, de The Wine Academy of Spain. La polémica surgió cuando trascendieron unos correos electrónicos intercambiados entre el organismo de coordinación del vino en Murcia y las bodegas de esa provincia, y luego otros entre la empresa de Campo y la Denominación de Origen Madrid, en ambos casos con el tema del precio cobrado por una visita de Campo y Miller, y su reparto de pago entre las bodegas cuyos vinos serían catados. En esos correos se habla de cifras entre 20.000 y 40.000 euros. Recuerdo ahora el episodio vivido en nuestro país, casi dos años atrás, donde gracias a una suculenta suma de dinero puesta en avisos en TWA por Wines of Argentina, el bueno de Jay calificó con más de 90 puntos a cientos de vinos argentinos, algunos de los cuales se dice que ni siquiera llegó a probar. Y aún si lo hubiera hecho, resultaría imposible hacer un trabajo coherente después de haber catado el vino Nº 30 ó 40.

Varios blogueros en Europa (con el británico Jim Budd a la cabeza) y los Estados Unidos, se hicieron eco de lo que inicialmente se llamó “Murcia-Gate”. Tras las discusiones sobre el destino final de esas sumas y si Miller recibía parte de ellas o no, el crítico se ha despedido con este mensaje en el foro del sitio de Parker en Internet, eRobertParker.com: “Algunos pueden creer que mi dimisión es en respuesta a mis críticos. Nada podría estar más alejado de la verdad. Me he sentido constreñido a la hora de responder mientras era un empleado de 'The Wine Advocate. Aunque la empresa ha defendido mi actuación, justificablemente ha llegado la hora de que hable por mí mismo. Está por ver bajo qué formato lo haré (...) Dejo TWA con la conciencia limpia. Nunca he aceptado (ni solicitado) dinero por visitar regiones vinícolas ni bodegas".



Miller, que se ocupaba de España desde 2007, será recordado como el crítico de TWA que “por primera vez concedió legendarios 100 puntos a vinos españoles, algo que el mismísimo Parker nunca hizo”. Pero a Miller también le acompañó la polémica desde el inicio con el asunto de un vino mediocre de Jumilla, que recibió una alta nota en TWA. Martin llega acompañado de su propia polémica. En 2006, escribió que no entendía los vinos españoles, y que ni siquiera le interesaban. El británico se hará cargo también de la Argentina y Chile. El propio Michel Rolland habló del tema en la entrevista que le realizó nuestro columnista José Luis Belluscio.

Se va Miller y llega Martin, pero Parker sigue siendo el mismo jefe, y la revista una publicación que te hunde o te eleva al cielo eterno. Por eso nunca se escuchará a ningún bodeguero hablar en contra de esta cofradía del puntaje. Todos les tienen miedo, porque Parker te puede hacer ganar mucho dinero pero también perderlo. Y una cosa más: para él y sus secuaces no importa la calidad, sólo el negocio. Business are business, ésa es la cuestión.
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