Muy pocos habían escuchado hablar de la Marca País, impulsada por el Inprotur (organismo dependiente del Ministerio de Turismo de la Nación). Funciona desde 2004, pero recién ahora llega a la cocina de la mano de Mauro Colagreco y Soledad Nardelli.
El Inprotur, un instituto que funciona en la órbita del Ministerio de Turismo (de hecho inició su labor cuando el área era apenas una secretaría), creó en el año 2004 la Marca País Argentina. Se trata de un plan rector según el cual “el país coordina sus factores diferenciales para posicionarse con éxito en los mercados del mundo, fomentando las exportaciones, el crecimiento del turismo y las inversiones, difundiendo eficientemente sus mejores atributos como pueden ser la cultura, las tradiciones, la ciencia, el deporte, etc.”. Lo que transcribimos es absolutamente textual, de manera que nadie se enoje por la abundancia de adjetivos, el uso abusivo de gerundios, la soberbia de decir que son mejores y eficientes, y la conclusión de la frase con una abreviatura. Dejemos de lado la gramática, para decir de una vez que muy pocos sabían de la existencia de la Marca País, pese a sus ocho años de vida. Para darse una idea de su heterogeneidad, allí están agrupados Lionel Messi, varias empresas importantes de diferentes rubros, y específicamente en el área gastronómica, la heladería Chungo, la confitería La Biela, el Fernet 1882, Abuela Goye y la Federación de Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (FEHGRA), entre otros.
La novedad es que a fines del año pasado se incorporaron dos cocineros, que a partir de ahora colaborarán en la instalación de la Marca País. Se trata de Mauro Colagreco y Soledad Nardelli. El chef platense es el único argentino en ostentar dos estrellas Michelin a través de su Restaurante Mirazur, ubicado en la Costa Azul (Mentón). Lejos de ser un cocinero de cabotaje como muchos de los que vemos por la tele, Mauro es respetado y conocido en Francia, donde estudió y se perfeccionó. Y pese a su fama “europea”, sigue siendo un tipo campechano y humilde, como debe ser. Digamos que es una especie de Messi de la cocina, muchos menos un Maradona (dicho esto en cuanto a carácter y no a capacidad profesional).
En tanto, Soledad Nardelli, chef ejecutiva desde su apertura del Restaurante Chila, uno de los mejores de Buenos Aires, ganó en el año 2009 el título de “Chef de L’Avenir” en París, lo que podría traducirse como “Chef del Futuro”. Fue la primera vez que una argentina obtuvo tal distinción. Seguramente ambos tendrán un gran entusiasmo para colaborar con la difusión de la gastronomía argentina en el exterior; ojalá los dejen hacer porque ya sabemos que cuando las cosas salen de la órbita oficial y se tiñen de politiquería barata, los proyectos fracasan y no por culpa precisamente de los que trabajan “ad honorem” por el bien de nuestro país. Cabe esperar además que pronto se agreguen nuevos exponentes de la culinaria argentina, que los tenemos muchos y en cantidad.