Maradona entre guisos y panqueques

Jueves, 17 de enero de 2013
Diegote acusó  a un político de no haber comido nunca un guiso. Pero él tampoco: está todo el tiempo manducando panqueques.



Por suerte otra vez lo tenemos lejos. De vez en cuando aparece en alguna foto con un jeque árabe barbudo, pero no mucho más que eso. La visita presidencial a los Emiratos, por desgracia, reavivó la incontinencia verbal del mejor futbolista de la historia (hasta que apareció Messi). Y como es habitual en su lenguaje canchero, lo mandó al Colorado De Narváez a comer un guiso, como si haber tenido dinero desde el nacimiento y también dueño de una de las cadenas de supermercados famosas de su tiempo (Casa Tía) fuera un delito.

El legislador se quiso hacer el gracioso respondiéndole con ironía al “10” con un operativo de prensa muy mal armado, bien por aficionados del marketing político, o directamente por imbéciles. Si no, vean la foto donde aparece el Colorado supuestamente cocinando un  guiso: la hornalla está apagada y en la olla no hay nada, ni un cacho de zanahoria.

Diegote había dicho que "De Narváez no sabe hacer una sopa, no sabe qué le tiene que poner, habla por hablar y no la vivió, no sufrió lo que sufrieron muchos argentinos". "Primero aprendan a hacer guisos y después hablamos", reclamó. De Narváez cargó en su cuenta de Twitter la foto de marras y en ella, se lo ve leyendo un libro del catalán Ferrán Adriá, que se hizo famoso no precisamente por cocinar guiso de mondongo o buseca. "Diego, soy mejor comiendo guiso que cocinándolo... me gusta más al día siguiente, recalentado. Abrazo", escribió el Colo en su cuenta. La verdad es que uno parece cada vez más carente de materia gris; el otro se quiso hacer el gracioso pero parece que se va a quedar con hambre, pues no sabe ni encender el fuego. Al menos, el Diego tenía razón en algo: el tipo que le ganó a Scioli en las elecciones parlamentarias post Resolución 125, no sabe ni hacer una sopa.

Ahora bien, Maradona hace tiempo que tampoco come guisos. Se dedica a los panqueques, cual un Víctor Hugo menos refinado, o como los periodistas del Canal Cristina5Néstor que tratan de chuparle las medias a cuanto funcionario nacional salga al aire, con tal de mantener su laburo. Recordemos que el Diego es un experto en panqueques: fue amigo del Turco, para quien protagonizó una campaña contra las drogas (predicando con el no ejemplo); miró con simpatía a los milicos; se hacía el simpático con De la Rúa; primero le tiró flores al Pingüino, aunque después se peleó, y ahora dice que es “Cristinista” y que es un orgullo “tener un gobierno como éste”. Se tatuó a Fidel en una pata y viajó a Venezuela (pago por supuesto) para chuparle las medias a Chávez. También dijo admirar al “Mamut” Ahmadinejad cual un Luis D’Elía cualquiera. Coherencia ideológica nunca tuvo, no vamos ahora a pedirle peras al olmo. Pero sería bueno para todos que el Diegote no abra más la boca (sólo para comer guisos) y que el Colo no se haga el simpático, que le queda mal.

 
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