Malargüe no te deja Chivo

Lunes, 26 de agosto de 2013
Malargüe es el departamento mendocino con mayor superficie, pero también el único que no cuenta con viñedos. Gastronómicamente, su mayor virtud son los chivitos, pero también hay truchas y dulce de papa. Y paisajes de ensueño.

Quizá se enojen con FDO los cordobeses de Quilino, o los santiagueños, y otros compatriotas de las provincias del NOA. Pero Malargüe es la “Capital Nacional del Chivito”. El secreto no lo es tanto, todo pasa por la alimentación que reciben estos animales. Malargüe significa “lugar de corrales” en lengua mapuche. Y no es casualidad, aquí se ha desarrollado notablemente la cría de caprinos, que pasó de ser una ganadería de subsistencia a transformarse en fuente de ingresos importante para quienes la realizan. Mucho tuvo que ver en esta evolución, el exintendente Celso Jaque, también senador nacional y más tarde gobernador de la provincia, que impulsó la profesionalización de los “crianceros” a través de capacitación permanente y la mejora de su vida y la de sus familias, a través de la incorporación de paneles solares y otros avances tecnológicos vinculados a su actividad. En lo personal, “descubrimos” Malargüe hace algunos años, gracias a la gestión de Daniel Valerio, colega periodista agropecuario y gran amigo, que montó en la Reserva La Payunia un “agriturismo”. Desde el conocimiento con Graciela Viollaz (antes directora de Turismo del municipio, hoy a cargo del departamento de Planeamiento Estratégico de la comuna) y con el trágicamente desaparecido Isidro Márquez, hombre que manejó la relación directa con los productores durante muchos años, pudimos comprobar cuál es el “condimento” que hace de los chivitos malargüinos un speciality reconocido en muchos lugares del mundo. El municipio posee además el único frigorífico de ganado menor del país.

Pero además de sus chivitos, truchas y demás productos destinados a la gastronomía (también Malargüe es uno de los pocos lugares de la Argentina donde se cultiva papa semilla), en materia turística hay mucho para ver y para hacer. En Los Castillos de Pincheira, el amigo Ramón Cara prepara sus chivitos al asador (o a la llama como dicen los mendocinos), al tiempo que uno puede disfrutar de la vista de las montañas cercanas y del cruce a caballo del río que las circunda. Hay mucho más: la laguna dela NiñaEncantada y la de Llancanelo con sus pintorescas aves, como los flamencos rosados;la Cavernade las Brujas;La Payuniay sus volcanes; Manqui Malal y sus cascadas que pueden visualizarse desde “adentro” de sus cuevas, sumado a los fósiles marinos que demuestran que hace millones de años esta zona era mar; el Observatorio Pierre Auger, donde se estudia el origen de los rayos cósmicos. Y claro, su lugar mediático, esto es el complejo del Valle de Las Leñas.

Ubicado al sur de la provincia, limitando con Neuquén, Malargüe es más conocido por el Valle de Las Leñas y su complejo de esquí, que por sus incontables bellezas naturales y los mejores chivitos del país.

Volviendo a los chivitos (a diferencia de Córdoba los lugareños no dicen cabritos), hay que decir que la forma de crianza es diferente al resto del país y me atrevo a decir del mundo. El secreto, si cabe, es el arreo durante lo que se denomina “veranada”, momento del año en que el “criancero” o “puestero” emigra temporalmente con su ganado a la alta montaña, donde están las mejores pasturas naturales. Los chivos comen hierbas salvajes, como tomillo y jarilla, que terminan por otorgarle un saber especial a la carne.

El municipio ha armado la “Ruta del Chivito y de la Trucha”. Muy cerquita del ejido urbano, se encuentra el criadero Cuyam Có, donde hay un pequeño restaurante donde se comen truchas que uno mismo puede elegir previamente. También hay varios establecimientos donde se podrá comer el chivito en sus múltiples preparaciones, aunque sigamos prefiriendo la más simple, a la sal. Que puede también ser cocinado en el horno de barro o a la llama. Algunos lugares que recomendamos son el Hotel Río Grande, ubicado sobre el acceso norte del pueblo, cerca de la Dirección de Turismo y el Observatorio Pierre Auger, que alberga al restaurante El Nido del Jabalí. Cercano está La Cima, un restaurante nuevo que abrieron extrabajadores de Las Leñas. También se pueden probar los de Manqui Malal y El Bodegón de María. Malargüe está a 187 kilómetros al sur de San Rafael, desde donde se llega rápidamente en auto o con ómnibus de línea. También funciona un aeropuerto destinado a vuelos chárter, que se utiliza mayormente en invierno.

Injustamente desconocido para el turismo masivo, Malargüe bien vale la pena ser visitado. Pese a que han fracasado algunos intentos de producir uva, no faltan los buenos vinos de la provincia. Ideales para acompañar sus increíbles chivitos y las truchas, para terminar la comida con el único dulce de papa que hay en el país. Y en el verano, la Fiesta Nacional de Chivito es un espectáculo que deslumbra.

 

 
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