Krikos es un producto natural que se elabora con un maíz especial y sin conservantes. Fue creado por el español Víctor Alonso, que además le dio un toque personal al packaging, para transformarlo en el snack del antifaz.
Víctor Alonso salió de un día para el otro de Madrid, su ciudad, para dar la “vuelta al mundo”. Había renunciado pocos días antes a su trabajo, decidido a encarar un viaje a la aventura. Primero cruzó el Mediterráneo rumbo a Africa, luego recorrió por tierra el Continente Negro, para embarcarse en un pequeño velero, cruzando el Atlántico. Así fue como recaló en Buenos Aires. Ya en tierra firme, antes de encontrar hotel, se topó con un kiosco y allí pidió ese snack que comía en su país cuando era un niño. Defraudado, en ese mismo momento decidió que se iba a quedar en la Argentina y que produciría el maíz crujiente de la infancia. Krikos, la marca elegida, es además innovador en cuanto a su packaging, con la imagen del antifaz que ya es como una marca registrada. El producto es natural, no tiene conservantes, posee menos grasas que el maní y es rico en hidratos de carbono. El maíz utilizado es especial, de mayor calidad que el pisingallo que se utiliza comúnmente para preparar el “pororó”. En síntesis, como lo definió un médico del Hospital Austral: “por fin un snack que es sano, que no contiene demasiada sal y es puro hidrato de carbono”. Por otro lado, es la primera vez que en la bolsita de un snack aparecen los ojos del creador de la marca y el logo queda en la parte dorsal del envase. Esto va en contra de las reglas ortodoxas del marketing. La fórmula de elaboración es secreta, aunque si cabe, el verdadero secreto es la calidad del maíz que se utiliza. Krikos es adictivo, en el buen sentido: rico, sano y barato.
Krikos está a la venta en Falabella (Buenos Aires, Córdoba y Rosario), Walmart, Carrefour, locales de Cabrales, estaciones de servicio Esso y pronto en supermercados chinos y maxiquioscos porteños. También suelen verse en algunos hoteles, en el lobby-bar del Sheraton, por ejemplo. Un snack rico y que no hace mal, nada más y nada menos.