No más pata negra, no más prosciutto di Parma. Los argentinos, cada día que pasa, nos vemos obligados a comer productos de baja calidad por obra y gracia del funcionario que digita arbitrariamente qué podemos y qué no podemos.
Está claro que en FDO estamos a favor de la defensa de la producción nacional. Pero eso no se logra apelando a la máquina de prohibir. Cualquier país serio tiene armas como para proteger sin destruir. Pero esto último no entra en la cabeza de Guillermo Moreno. La última jugarreta del secretario que “es más bueno que Lassie”, ha sido impedir el ingreso de jamones españoles e italianos al mercado local. En síntesis, hablando de jamones crudos, vamos a estar condenados a comer porquería. La verdad sea dicha: salvo alguna excepción que confirma la regla, no hay productos que siquiera se arrimen a la calidad de un “pata negra”, un Jabugo, un prosciutto di Parma, un San Daniele.
Hay que reconocer que el ingreso de carne porcina desde Brasil le ha hecho mucho daño a la industria local. Y aquí tenemos carne porcina fresca de gran calidad, como Magret, pero en el caso de los jamones crudos nadie se ha preocupado por elaborar algo que valga la pena. En un país serio, con un gobierno serio, se pondrían aranceles al ingreso de estos productos. El que quiere celeste que le cueste. Pero ahora las cosas no son así, Guillermo Moreno (que lamentablemente no es Mariano), ha decidido que a partir de la fecha comamos jamón que parece de papel, sin gusto, insulso, de cuarta.
Desde hace cuatro meses, había trabas no escritas (como todas las que limitan o prohíben directamente el ingreso de alimentos importados) que impedían la importación de jamones y otros subproductos del cerdo. Hoy la cosa es “oficial”, ya que se firmó un acuerdo entre la industria y Moreno para que no entren más jamones españoles e italianos. Tampoco brasileños (pero éstos son tan malos como los de aquí), e inclusive se cree que el supersecretario modificará su estrategia dentro de la negociación con los principales socios y vecinos del Mercosur, que amenaza con represalias directas.
Sería bueno que la Asociación de Argentina de Productores de Porcinos (AAPP) y el oficialista Consejo Argentino de Productores (CAP), se pongan las pilas y empiecen a producir un jamón crudo de calidad. Y otra cosa, el gobierno creó una cámara exportadora, presidida por Miguel Saredi. Este dirigente pertenece a la Agrupación Pampa Sur (junto con la actual funcionaria K, María del Carmen Alarcón). Ambos fueron “enemigos” del actual oficialismo, pero luego se dieron vuelta como panqueques. Algo habitual en la política argentina.
Pero volviendo al jamón crudo, en esta instancia los que estarán de parabienes son los que respetan los ritos judío y musulmán. Total ellos no comen carne de cerdo. Y tampoco jamón español e italiano.
