Los Pescarmona hacen los vinos que a ellos les gustan, y a nosotros nos gustan esos vinos que nada tienen que ver con la superconcentración petrolera (afortunadamente están pasando de moda). Vean sino la línea Guarda de Lagarde.
Por lo general, nos reservamos las secciones “Lo que se Cocina en la Olla” y “Vinoteca Fondo de Olla”, para dar las últimas noticias e informaciones. Cada tanto, si algo nos llama la atención le dedicamos un espacio más protagónico. Y el caso es que nos sorprendió esta vez la línea Guarda Colección de Viñedos. ¿Por qué? Simplemente porque no son parkerianos (como decía Brascó, de cuyo fallecimiento, dicho sea de paso, se acaba de cumplir un año). Porque tampoco son rollandianos. Y más allá de que hay buenos vinos apetrolados, que se elaboran más para el mercado de USA o para presentar en concursos, se trata de un estilo que no nos atrae.
La línea Guarda Colección de Viñedos, de Bodega Lagarde, tiene la particularidad de que son vinos muy bebibles (sólo bastaba ver las copas que acompañaban cada plato del almuerzo realizado en el Restaurante Uco, del Fierro Hotel, para darse cuenta de que quedaban rápidamente vacías). Buena señal.
Guarda Colección de Viñedos, de Lagarde, consta de cinco etiquetas, cuatro varietales y un blend. Precios ajustados a la realidad.
Guarda tiene cinco exponentes. Un Chardonnay 2013 (Finca Aguas Verdes), de Gualtallary a 1.380 metros sobre el nivel del mar, con 60% del vino criado en barricas de roble francés; Malbec DOC 2012, de la Finca Drummond, 850 metros snm, doce meses de crianza; Cabernet Franc 2012 (Finca La Jacintana), 980 metros snm, también un año de madera; Cabernet Sauvignon 2011 (ídem Finca La Jacintana), y el Guarda Blend 2012, que desde siempre es un corte de 40% Malbec; 30% Cabernet Sauvignon, 20% Merlot y 10% Syrah. Las uvas provienen en este caso de tres lugares; Finca Drummond, La Jacintana y Las Bateas. “¿Para qué cambiar lo que es un éxito?”, nos decía Sofía Pescarmona enfáticamente (y con razón).
Juan Roby, enólogo de Lagarde, afirma que “la filosofía de la bodega tiene como principal objetivo lograr que las cepas tengan el equilibrio justo, para que cada terroir excepcional pueda expresarse en su máximo potencial”. La fruta primero, la madera sin exageraciones después, y un precio que responde a lo que el vino vale y no a lo que algún fijador de precios excitado cree que vale. Nada más y nada menos, así que Guarda con Lagarde.