Bajo el eslogan "un clásico del buen gusto" se realizó la octava edición de la Expovino Río Cuarto en esa ciudad del sur cordobés.
Vale la pena destacar el éxito que viene acompañando a este evento desde sus comienzos, cuando se convirtió en una verdadera referencia de las ferias vinícolas en el país. Hasta ella llegan no solamente las principales bodegas argentinas, sino también miles de personas desde todos los rincones de la provincia de Córdoba y también desde Buenos Aires, Santa Fe, La Pampa y otros lugares de nuestra república. Lo mejor de todo (tal vez, la clave de semejante suceso) es la acertada combinación que ha logrado Ariel Sanz, director de Expovino, entre el placer puramente enológico, la gastronomía y los excelentes espectáculos artísticos que cada año se realizan allí. Para lo primero sobran los argumentos: 60 bodegas, charlas de especialistas y el permanente servicio de diferentes bocados de todos los tipos imaginables. Mención aparte merece el Salón de Alta Gama, donde se pueden degustar (con reserva previa) las mejores etiquetas del mercado nacional. El costado del arte, en esta ocasión, estuvo muy bien cubierto con las actuaciones de Fabricio Rodríguez, Alejandro Lerner y Abel Pintos, entre otras figuras que brillaron en el escenario ante más de 2500 personas.
Expovino Río Cuarto ha sido declarada de interés provincial y tiene, como protagonista principal, al vino argentino.